Época de Agustín de Hipona (354-430): Acontecimientos:
Hechos de los Apóstoles, quinto Libro del Nuevo Testamento, aporta una valiosa descripción del contexto histórico en que las primeras generaciones de cristianos encajaron su idea de la historia de Jesús y de la iglesia primitiva. Ireneo, Tertuliano, Clemente y Orígenes señalan a San Lucas como autor. Los Hechos y el Evangelio de Lucas fueron escritos entre el año 80 y el 90. En el 335 muere Arrio, presbítero de Alejandría y principal promotor del arrianismo, doctrina que atrajo numerosos seguidores durante dos siglos. Defendían que, como hijo de Dios, Jesús fue creado por el Padre en el tiempo y, por tanto, no era eterno como él ni estaba formado de la misma sustancia. Los discípulos de san Atanasio argumentaban lo contrario: aunque Cristo era el Hijo, también era plenamente Dios. Padre, Hijo y Espíritu Santo eran iguales y estaban compuestos de una sustancia idéntica. En el 379 Teodosio I, último emperador de oriente y occidente, sucede a Valente. Notable perseguidor de paganos, con el edicto de Tesalónica (380) convierte el cristianismo niceno en la religión oficial del imperio. Desde comienzos del siglo IV ningún emperador vivió en Roma. Las mayores amenazas militares provenían de los godos, los persas y los hunos.

En el 355 el emperador romano Constancio II fuerza el exilio del papa Liberio para instalar al antipapa Félix II. Hacia el 360 San Basilio propuso normas para contener excesos en la mortificación autoimpuesta de los primeros monjes orientales. El monacato en occidente retrasó su crecimiento en número hasta el siglo VI. En el 361 muere en Cilicia (Anatolia) Constancio II, abrazando dognas cercanos al arrianismo. En el 366 San Jerónimo, tras varios años de exigentes estudios clásicos en Roma, pide ser bautizado. En el 374 Apolinar de Laodicea es condenado por primera vez en el sínodo de Roma. Enfatizaba la naturaleza divina de Cristo hasta el punto de caer en una posición cristológica heterodoxa. El emperador romano Valente traslada un importante contingente de tropas al imperio occidental debilitando las defensas en oriente. En el 375 una invasión de hunos expulsa a un gran número de godos, alanos y otros hunos que buscan asilo en el imperio romano. En el 378 Valente muere en la batalla de Adrianópolis (Tracia), abrazando dognas cercanos al arrianismo. En el 381 el Primer Concilio de Constantinopla vuelve a declarar herético el arrianismo cuya erradicación se logra en gran medida excepto entre los pueblos cristianos germánicos. El concilio avanza en la significativa unificación en la definición de dogmas conseguida previamente en el de Nicea (325). Teodosio I, llamado el Grande, decreta que todos sus súbditos debían profesar la fe de los obispos de Roma y Alejandría. Teodosio I mandó a retirar el altar a la diosa Victoria de la cámara del Senado en Roma. Buscando revertir las disposiciones de Julián el Apóstata como emperador (360-363), sus sucesores reaccionaron mostrando notable celo en suprimir otras religiones. La fórmula del credo [niceno-constantinopolitano] adoptada describe la naturaleza de Jesús [engendrado, no creado, consustancial con el Padre] y el misterio de la Trinidad: Y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre; que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria. En el 382 San Jerónimo finaliza una versión completa de la Vulgata. Terminó ese año de corregir la versión latina existente del Nuevo Testamento. Comenzaría años más tarde a traducir el Antiguo Testamento directamente del hebreo. En el 384 muere Dámaso I, papa que encargó la Vulgata a San Jerónimo. En el 388 Teodosio I condena al exilio a Apolinar de Laodicea. En el 390 muere en Constantinopla Apolinar de Laodicea. En el 391 Agustín de Hipona es ordenado sacerdote. La Biblioteca del Serapeo (Alejandría) es expoliada.

En el 397 Rufino traduce al latín Sobre los primeros principios de Orígenes, suprimiendo las partes que le parecían manipulaciones heréticas introducidas por terceros en el texto.

La obra, escrita en Alejandría en el 230, se había convertido en la base de escritos teológicos posteriores. Dedica una parte a abordar las herejías de su tiempo. Uno de sus propósitos es demarcar la verdadera predicación de los apóstoles frente a los predicadores gnósticos y la variedad de enseñanzas que existían en aquellos tiempos. Una de las implicaciones del gnosticismo, originado en el siglo I y enfatizador del conocimiento espiritual, es que ponen en cuestión o socavan la autoridad de la iglesia. El obispo Ireneo de Lyon lo declaró herejía en el 180 d.C. de una manera integral y sin entrar a especificar corrientes. Orígenes interpretó muchos pasajes de la Biblia como alegóricos. Contribuyó significativamente al desarrollo del concepto de Trinidad. El adopcionismo se basaba en una idea que apareció en las primeras décadas y se declaró herejía en el segundo concilio ecuménico de Nicea (787). Según la doctrina Jesús era un hombre que fue elevado a categoría divina por designio de Dios en algún momento. El gnóstico Pablo de Samósata (200-272), patriarca cristiano heterodoxo, difundió una variante del adopcionismo condenada en sínodo por los obispos en el 268. La secta de Carpócrates (s.II) seguía una mezcla de cristianismo y platonismo. Para Clemente de Alejandría (s.II) Platón y otros filósofos se hallaban en el camino recto para encontrar a Dios. Especialmente Ireneo de Lyon y Clemente de Alejandría se dedicaron a poner freno a las aportaciones de Carpócrates y Pablo de Samósata. Durante el siglo II la escuela gnóstica más importante es la de los seguidores de Valentín, que durante su vida se fue distanciando de los dogmas cristianos y acercándose al panteísmo. A finales del siglo IV se termina de apagar el movimiento montanista, al que Tertuliano (160-220) se había adherido (205) para luego apartarse. El movimiento que generó Tertuliano, los tertulianistas, existían en Cartago en tiempos de Agustín, pero se trasladaron a oriente.

Siglo V:
A finales del siglo IV los cristianos dentro del imperio habían alcanzado una mayoría respecto a otras religiones. Hacia el año 400 el clero ya comprendía una jerarquía definida de patriarcas, metropolitanos, obispos, sacerdotes y diáconos. En el año 400 Teófilo de Alejandría convoca un concilio que condenó a Orígenes y sus seguidores como herejes. Teófilo llamó a Orígenes la hidra de todas las herejías. En teoría Alejandría debía estar regida por un prefecto designado por el emperador de Constantinopla, pero la realidad era que el obispo y patriarca detentaba el mando superior. En la ciudad residía gran número de gente de variadas procedencias y permanecían todavía templos paganos. En el 405 San Jerónimo finaliza su versión definitiva de la Vulgata. El Codex Amiatinus, pergamino copiado en Northumberland, es la versión de la Vulgata más antigua (s.VIII) que se conoce. Diferentes países, reacios en distinta medida a renunciar a expresiones en latín especialmente estimadas, elaboraron sus variantes de la Vulgata. En el 402 Teófilo expulsó a los monjes origenistas de los monasterios de Egipto. En el 406 los vándalos invaden la Galia. En el 409 los vándalos invaden la península ibérica. En el 415 Hipatia es asesinada por una enfervorizada multitud cristiana en Alejandría. No era una oscura profesora sino una estudiosa sumamente respetada y que se relacionaba con el prefecto Orestes mientras éste y el obispo se disputaban ámbitos del poder local. En el 420 muere en Belén San Jerónimo. En el 429, expulsados por los más numerosos visigodos, los vándalos de Genserico cruzan el estrecho de Gibraltar. Se habían encontrado amarradas naves suficientes para un largo periplo. El norte de Africa y Sicilia eran puntos de abastecimiento esenciales para el funcionamiento de la parte occidental del imperio. El cerco de Hipona duró catorce meses. En el 430 muere Agustín de Hipona durante el asedio.

En el 431 el Concilio de Éfeso condena la herejía nestoriana. En el 444 Eutiquio comienza a predicar ideas monofisitas según las cuales la naturaleza humana de Cristo estaba absorbida por la divina y en la unión de ambas solo había una naturaleza. Sus adeptos no llegan a un acuerdo en el Concilio de Calcedonia (451) y se produce el cisma de la Iglesia Copta y otras iglesias ortodoxas orientales. En el 445 los sucesores de la sede de San Pedro gozaron de una preeminencia nominal cuando Valentiniano III ordenaba a todos los obispos occidentales someterse a la jurisdicción del papa. Fue en ese momento una orden del poder terrenal simplemente ignorada por la mayoría de obispos orientales. En el 462 se copia el Codex Syriac, un ejemplar de la Historia eclesiástica de Eusebio de Cesarea. Entre la producción historiográfica de Isidoro de Sevilla (556-636) está una Historia de los godos, vándalos y suevos (619), en la que dispensa un trato deferente a los visigodos, artífices de una Spania unificada. En el 692 el Concilio Quinisexto, convocado por Justiniano II, condena el libro de las Constituciones apostólicas, que la tradición mantenía como obra redactada por los mismos apóstoles. El libro incluía instrucciones sobre ritos, liturgia, bautismo y catequesis.

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