La Concepción de La Orotava:
Corresponde a un barroco tardío; su forma es convexa, abombándose hacia adelante, con lo que el frontis se divide claramente en tres zonas: la central -correspondiente a la portada- y las dos laterales, retranqueadas, que dan la impresión de empujar hacia atrás a las dos torres. Éstas alcanzan unos veinticuatro metros de altura y se dividen en tres cuerpos; parten de una base cuadrada, que a nivel del cornisamento pasa a un octógono con arquería, y se encuentran rematadas por una cúpula bulbosa. La torre norte estaba concluida ya cuando tuvo lugar la inauguración del templo, pero la otra sólo se acabó en 1820, donde, a principios del siglo XX se colocó el reloj.
El adorno central es el más recargado, en él destaca la portada de arco carpanel enmarcada en dos grandes pilastras cajeadas; dichas columnas poseen capiteles muy trabajados, sobre los cuales se encuentra la cornisa, en los frisos correspondientes sobresalen dos semiesferas representando a las Antillas y a las Islas Canarias. Sobre este espacio se vuelven a levantar otras dos columnas, más pequeñas, que a través de adornos de volutas dan la impresión de mayor altura y elegancia.
En el centro del frontis se encuentra el balcón, bajo el cual destaca su rica ménsula, con curva de pecho de paloma, dotada de águilas en sus esquinas y una profusa decoración floral, además de otros elementos ornamentales, que la enlazan al rococó. Hay un ventanal superior y sobre él una pequeña hornacina en la que se descubre una imagen de la Inmaculada. La decoración de esta fachada se remata en una amplia cornisa serpenteante que recorre toda la parte superior, bajo la cual surgen cuatro poderosas gárgolas que, amén de decorar, sirven de desagües a la cubierta. Desde el exterior se puede ver la gran cúpula que se remata en una linterna.
La fachada norte:
Este frente parece corresponder a la entrada principal del viejo templo. En él se pueden observar elementos renacentistas. Destaca una monumental puerta enmarcada por dos pilastras, en las que sobresalen unas pequeñas conchas, posible base para esculturas inexistentes y encima del arco de medio punto, una cruz ricamente ornamentada. Bajo la torre campanario, se encuentra la placa, en latín, que conmemora la colocación de la primera piedra y cuyo texto reza:
"Señor, mira con benignos ojos a este pueblo que para alabanza y gloria de tu Nombre y de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María levantó este templo desde sus cimientos en la estrechez de los tiempos, bajo los auspicios del Ilmo. Sr. D. Francisco Javier Delgado y Venegas Obispo de Canarias, cuya primera piedra fue colocada bajo la puerta oriental el día 11 de diciembre de 1768, gobernando a la Iglesia S.S.N.P. Clemente XIII y ostentando el cetro de España Carlos III".
La capilla mayor está presidida por un monumental tabernáculo, de los más importantes de Canarias, obra genovesa de 1823 en mármol y jaspe procedente del taller de Giuseppe Gaggini (1791-1867). El púlpito, de idénticos materiales, fue ejecutado en el mismo taller.
Autoría del templo:
Conviene separar en dos el estudio de este templo; la primera tratará sobre la discutida paternidad de la obra, de las fases constructivas y de los personajes que, de una forma u otra, intervinieron con aportes diferentes. La segunda, se limitará al análisis arquitectónico formal y espacial del monumento. Aún cuando un reciente trabajo de Antonio Béthencourt Massieu (1992) aporta informaciones valiosísimas sobre el ingeniero militar Francisco Gozar y el proyecto por él elaborado en 1755, resulta imposible atribuir, con seguridad, la paternidad de la obra al mencionado ingeniero. Ya lo ha señalado Carmen Fraga (1990) que las diferencias entre este proyecto y el templo actual son más numerosas que las similitudes. Jesús Hernández Perera (1984) asigna al maestro Patricio José García, natural de La Orotava, la aotoría de la traza y la dirección de las obras desde sus comienzos en 1768, hasta 1778 cuando la dejó para ir a Gran Canaria para trabajar con Diego Nicolás Eduardo en la catedral de Las Palmas. Desde 1778 hasta la conclusión de las obras, estuvo al frente de los trabajos el carpintero orotavense Miguel García de Chavez. También intervino, a lo largo de todo el período constructivo, Alonso de Llarena Carrasco, un personaje de indefinidas atribuciones que desempeñaba el cargo de director de fábrica y que, según sus declaraciones participó activamente en la asistencia de los trabajos preparando y entregando al maestro García Chávez las trazas de las piedras, plantillas y proporciones de cantería, en especial para las pechinas, cúpula y linterna. Hay más, Llarena Carrasco afirma que esa parte delicada de la obra se ejecutó bajo su dirección por cuanto el maestro García Chavez nunca había visto una cúpula en su vida. Lo cierto es que Alonso de Llarena Carrasco fue el único técnico que participó en toda la historia constructiva de La Concepción a lo largo de 33 años, desde la presentación del plano por el ingeniero Francisco Gozar en 1755, hasta 1788 cuando se terminó la obra. (Graziano Gasparini)
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