HISTORIA
Felipe II



Felipe II Felipe II:
Eras uno de los más poderosos reyes de la tierra, pero contigo comenzó, y en parte por tu culpa, la decadencia de tus pueblos. Sombrío y codicioso fue tu natural, soberbio hasta la crueldad. Te agradó ser llamado Rey Católico, pero en la religión viste el terror más que el amor; en la política, el ansia de adquirir más que la felicidad de tus súbditos; en el manejo de los hombres, el arte de simular más que de persuadir; en el arte, una pompa real y sepulcral más que un gozo del alma. Dios te envió sus avisos en forma de desgracias, pero no supiste descifrarlos. Tua Armada Invencible fue dispersa y destrozada por la tempestad; tu hijo primogénito, aquel que hubiera debido ser el sostén de tu vejez y el heredero de tu inmenso imperio, te odiaba ferozmente y murió, jovencísimo, en la cárcel solo y desesperado. Se dice que rehusaste verlo por última vez; hasta se dijo que habías dado la orden de hacerle morir.

[...]
Tú eres, Señor, verdaderamente misericordioso y tu amor es aún más fuerte que tu poder. Todo lo había perdido: corona, imperio, vida; los gusanos habían reducido a polvo mi persona; los siglos habían reducido a polvo incluso mi tumba, aunque amplia y solemne como una ciudad santa, la tierra misma no era ya más que polvo desvanecido y memoria amarga, y he aquí que por tu querer no solo recobro vida y palabra, sino aquello que siempre deseé y no tuve jamás: el amor de mi primogénito, el perdón del hijo que creí dos veces perdido. [...] (G.Papini)


Dos modelos en los Países Bajos:
Felipe II, en cuya época ocurrió la bifurcación de la cultura de los Países Bajos, era un príncipe progresista, que quería introducir los logros del absolutismo, el sistema del Estado centralizado y un racional orden en la administración financiera también en Holanda. Todo el país se levantó en contra; el Norte con éxito, el Sur sin él. Las provincias meridionales “católicas” se opusieron contra los nuevos sacrificios de dinero que la administración centralizada exigía de los burgueses tan violentamente como el Norte “protestante”. La oposición cultural entre las dos zonas no se manifestaba aún antes de la lucha contra España, sino que se desarrolló sólo como consecuencia de la diversa fortuna con que fue llevada y como reflejo de las diferencias sociales que resultaron, después del final de la lucha, en el Sur y en el Norte. La burguesía se portó frente a España al principio por todas partes lo mismo. Y era esta clase social de espíritu gremial y anticentralista la que pensaba y sentía de modo conservador, no el monarca, criado en el círculo de ideas de la razón de Estado y del mercantilismo. Los burgueses querían ante todo conservar la autonomía de sus ciudades y los privilegios a ellas unidos, y sobre ello estaban de acuerdo en todo el país. La historia de los holandeses protestantes y republicanos que se sublevan contra el déspota católico respaldado por la Inquisición implacable y la soldadesca desvergonzada no es más que una pura leyenda. Los holandeses no se levantaron contra España porque fueran protestantes, si bien el individualismo de la fe protestante aumentó quizá el ímpetu de su movimiento. El catolicismo en sí era en tan escasa medida reaccionario como era revolucionario el protestantismo, si bien un calvinista se rebela contra su rey con la conciencia más tranquila que un católico. Pero sea de ello lo que quiera, la sublevación de los Países Bajos fue una revolución de conservadores. Las provincias del norte victoriosas defendían conceptos de libertad medievales y una autonomía regional anticuada. El hecho de que pudieran resistir durante algún tiempo muestra quizá, según se ha observado, que el absolutismo no era la única forma de Estado que correspondiera a las exigencias de la época; pero la breve duración de su éxito demostró al cabo lo insostenible de una forma de Estado federal en la época de los Estados centralizados. (A.Hauser)


[ Inicio | Documentos | Varios | Does | Carlos V | Trento | Contrarreforma | Conflictos hispano-holandeses ]