Lisboa:
Es la principal aglomeración de Portugal, donde reside 3 de cada 10 habitantes. Concentra el 30% de las empresas y el 32,7% del empleo. General el 36% del PIB.
La ciudad y su área metropolitana experimentaron grandes cambios entre 1994 y 2002. La capitalidad europea de la cultura en 1994 (Centro cultural de Belém) preparó a Lisboa para el gran proyecto urbanístico y económico de la década de 1990, el parque de la expo'98. La exposición universal transformó la extensa fachada fluvial de 4 km cuadrados y creó nuevas áreas de centralidad, importantes equipamientos y nuevas infraestructuras (cinturones de ronda, en nuevo puente Vasco da Gama), aparte de modernizar los transportes (ampliación de la línea Oriente del metro y la moderna estación intermodal de la Gâre do Oriente, obra de Santiago Calatrava). Además, la ciudad llevó a cabo una profunda regeneralción del casco histórico. Las obras en el Chiado terminaron en otoño de 1999, y en calles y avenidas se plantaron miles de árboles. Tras esta profunda renovación, en el año 2000 la ciudad dejó de ser una región prioritaria en la recepción de los fondos de cohesión de la UE, al haber alcanzado el nivel de desarrollo previsto. La población disminuyó en la década de 1990 debido a la migración de importantes contingentes hacia zonas de área metropolitana menos densas, con mejor calidad de vida y mayor oferta de viviendas asequibles. Si en 1991 el 26% de la población del área metropolitana residía en la capital, en 2001 sólo el 20,9% vivía en la ciudad central, compuesta por cinco conselhos. Un problema destacable de Lisboa es el hacinamiento de 7% de la población en diversas zonas de chabolas, a cuya mejora se destinaron esfuerzos y recursos desde 1994. La economía se halla muy terciarizada: los servicios crean el 84% de los empleos de Lisboa y el 77% en el área metropolitana. La zona portuaria es la más importante de la costa atlántica de Europa en cuanto a volumen de pasajeros transoceánicos. En la década de 1990, el área metropolitana de Lisboa era sede del 41% de las empresas de Portugal, y a principios de la década de 2000 concentraba casi tres de cada 10 empresas, así como el 40% de las que facturan más de cinco millones de euros. Es un extenso centro de formación con el 37% de los estudiantes del país y receptor de tecnología, al que se destina el 67,5% de la inversión portuguesa en I+D. Junto a la Expo, la remodelación del casco histórico, la mejora de la calidad de vida y la creación de un vasto parque de viviendas asequibles jalonaron las grandes intervenciones urbanas, cuyo destino último fue contener la pérdida de población joven que afectaba a la ciudad.
Lisbon Story. Wim Wenders (1995)
Un ingeniero de sonido (Rüdiger Vogler) recibe una postal desde Lisboa en la que un amigo, que está rodando una película, le pide su ayuda. A pesar de tener un pie enyesado, el protagonista cruza tos Europa de Norte a Sur, pero cuando por fin llega a la capital portuguesa su amigo ha desaparecido. En la enorme casa donde vivía, el cineasta sólo ha dejado una película inacabada rodada con una vieja cámara de manivela en la que se ven imágenes mudas de las calles de Lisboa. Pacientemente, el ingeniero decide poner sonido a esas imágenes. Bajo el encanto de la ciudad, deambula de un lado para otro siguiendo las huellas de su amigo y conociendo a todo tipo de gente interesante que ha tenido alguna relación con el rodaje del filme: un grupo de niños, los componentes del grupo Madredeus (que, de hecho, compusieron la banda sonora de la película), o el realizador portugués Manoel de Oliveira.. Con un argumento que se pierde en el hechizo de las imágenes, Wenders (El amigo americano, París, Texas, Cielo sobre Berlín) lleva su pasión por la poesía filmada hasta sus últimas consecuencias, supeditando la historia para captar, casi documentalmente, el espíritu de la ciudad. Con Patrick Bauchau, Vasco Sequeira y Manoel de Oliveira. (99 min)
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