Tirpitz (1939-1944):
Inquietó a los británicos durante mucho más tiempo que su gemelo el Bismark, principalmente mientras se escondía entre los fiordos noruegos.
La RAF trató de destruirlo con unas 12 misiones de bombardeo. Alcanzaba los 29 nudos con un motor Brown-Boveri. Le habían instalado cañones AA adicionales. Sus principales cañones eran 8 de 380mm y 12 de 150mm. Tenía una dotación de 2.092 hombres, 248 m de eslora y 36 de manga. Portaba 4 aviones de reconocimiento.
Noruega estaba sometida por unas fuerzas de ocupación alemanas de 300.000 hombres. Tantos efectivos mantenían abierta la posibilidad de una invasión desde Noruega mientras se reforzaba el Muro Atlántico en las costas francesas. Una red de espías noruegos reportaba a Londres información para posibles operaciones. Esta organización formada en suelo británico por noruegos huidos en barcos de pesca fue la que informó sobre la fabricación de agua pesada en Noruega que sería neutralizada con un bombardeo y el hundimiento de un ferry.
Primera incursión contra un convoy ártico (marzo de 1942):
El PQ12 había sido localizado por un avión de reconocimiento. El acorazado fue detectado por un submarino británico, pero el mal tiempo malogró su búsqueda del convoy y el Tirpitz regresó a puerto, donde fue atacado sin éxito por la aviación del portaaviones británico Victorious. Como resultado, Hitler ordenó que se enviaran más aviones a Noruega. La probabilidad de que los convoyes llegaran intactos a Rusia disminuía.
Con la llegada de la primavera, el Artico tenía un día perpetuo, lo que arrebataba a los convoyes rusos la cobertura de la oscuridad. Esto y la creciente fuerza de las fuerzas alemanas de Noruega se tradujo en que las bajas de buques empezaron a aumentar. Para empeorar la situación, el hielo se fundía con lentitud y forzaba a los convoyes a navegar cerca de la costa noruega.
Ataque al convoy PQ17 (julio de 1942):
[...] Al día siguiente [2 de julio], el convoy evitó ataques, pero el 4 de julio la situación empezó a cambiar. Los submarinos alemanes atacaron y hundieron dos buques Liberty. Los escoltas consiguieron rechazar a los submarinos alemanes y el PQ17 siguió adelante. Sin embargo, en Londres, el primer lord del Almirantazgo, el almirante Dudley Pound, había recibido algunas noticias inquietantes. Pound se estaba agotando por la tensión de tres años de jefe de la Royal Navy y ya no era la persona adecuada para su cargo. La información que había recibido procedía de la Escuela de Códigos y Claves del gobierno, en Bletchley Park. Habían descifrado una señal naval alemana secreta que afirmaba que el Tirpitz había sido localizado entrando en un puerto noruego el 3 de julio. Para Pound esto sólo podía significar una cosa: el Tirpitz se estaba preparando para interceptar el convoy PQ17. En realidad, el acorazado sólo estaba cambiando de fondeadero, pero los británicos no podían saberlo. Pound se dio cuenta de que había cometido un disparate al situar la distante fuerza de cobertura, que era suficientemente potente para enfrentarse con el Tirpitz, demasiado lejos para poder impedir que el acorazado alemán atacara al convoy y a los cruceros que navegaban al norte de él. (Michael Coffey, Días de infamia)
Ante la supuesta amenaza del Tirpitz el almirante Pound dio la orden de retirar los cruceros y dispersar el convoy. El abandono de la escolta permitió que el 5 de julio un intenso ataque de submarinos y de la Luftwaffe dejara doce barcos hundidos. El día 6 los perseguidores hundieron dos barcos más, y el día 7 cuatro más. Sólo llegaron a puertos rusos 11 barcos de los 35 que habían salido de Islandia. En el convoy siguiente, aunque se desplegaron 53 barcos de guerra como protección, los alemanes lograron hundir 13 buques.
Bombardeos en fiordos noruegos (1943-1944):
El 3 de abril de 1943 aviones Fairey Barracuda a bordo del Victorious y el Furious le atacaron, y en septiembre del mismo año, en una peligrosa operación, los minisubmarinos de la clase X lo dejaron inutilizado. Nunca combatió con barcos de guerra aliados en los mares septentrionales. Una organización de espías noruegos de la que Thor Heyerdhal formaba parte, radiaba los movimientos y defensas de los barcos alemanes a Londres. Fue el objetivo de numerosos ataques aéreos que no conseguían penetrar su blindaje.
El tamaño de las bombas lanzadas por cazas en picado no era suficiente para causar serios daños.
A mediados de septiembre de 1944 36 cuatrimotores Lancaster volaron desde Lossiemouth (norte de Escocia), hasta Yagodnik, a unas veinte millas de Arkángel.
El 15 de septiembre, mientras el Tirpitz estaba en el fiordo de Kaaf con cielo despejado, se produjo un ataque que resultaría efectivo.
Los bombarderos se encontraron al llegar una densa nube negra artificial y recibieron una intensa andanada de proyectiles antiaéreos.
Fueron lanzando numerosas bombas de penetración "Tallboy" de 5.443 kg. y sólo una de ellas hizo blanco.
Inpactó en la voladiza proa, la atravesó limpiamente y estalló al tocar el agua. La explosión indirecta dañó el castillo de proa y afectó a varias cuadernas hasta el punto de necesitar un traslado del acorazado y entrada en dique en Alemania.
Como el riesgo del traslado a Alemania se estimó inasumible, se decidió dejarlo como batería flotante frente a la localidad noruega de Trömso.
El radio de acción de los motores mejorados de los Lancaster no llegaba al fiordo de Kaaf pero la distancia entre Escocia y Trömso sí era factible.
En esos momentos los alemanes desarrollaban los preparativos para abandonar la parte más septentrional de la península escandinava.
El Ejército Rojo controla la mitad de la costa sur del Báltico y está a las puertas de Varsovia, Cracovia y Budapest.
Durante el ataque del 28 de octubre las bombas de los Lancaster no hicieron ningún impacto en el Tirpitz.
Hundimiento en Trömso (12/11/1944):
Fue hundido el 12 de noviembre de 1944 en una incursión de Lancaster con bombas de penetración Tallboy.
Pudo ser alcanzado antes de que sus dispositivos de humo tuvieran tiempo a ocultarlo.
Cuando se detectó a los 18 Lancaster que volaban a 4.250 metros de altura el Tirpitz empleó contra ellos sus dieciséis piezas de 105 mm.
Una de las bombas impactó de forma decisiva detrás de la chimenea, entre las dos catapultas, haciendo escorar al acorazado y silenciando las piezas del lado de babor.
Tres minutos después el segundo escuadrón de Lancaster descargó sus bombas y una de ellas perforó los 40 centímetros de espesor de la torre D y consiguió hacer estallar el pañol de municiones.
Varias bombas más consiguieron atravesar las cubiertas acorazadas y el efecto de otras que impactaron en el fondo de granito cerca del casco contribuyeron a desfondar el casco. Se fue escorando gradualmente en 8 minutos hasta dejar su quilla hacia arriba.
Los integrantes del puesto de mando no pudieron atravesar las pesadas puertas blindadas, que quedaron inmovilizadas por la pronunciada escora.
Su hundimiento causó la pérdida de 1.200 vidas, un número superado por las pérdidas del Bismarck y el Scharnhorst.
El Bismarck, hundido por aviones torpederos mientras se desplazaba desde el Báltico a puertos de la Francia ocupada (1941), tenía una tripulación de unos 2.200 hombres de los que se salvaron 114.
El Scharnhorst, hundido por torpedos durante la batalla de Cabo Norte (1943), tenía una tripulación de 1.968 hombres de los que se salvaron 36.
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