CANARIAS
TRANSPORTE DE PLATANOS



El transporte marítimo de plátanos:
Las condiciones exigidas a los buques para la exportación de plátanos desde Canarias a la península, dependían de las decisiones surgidas de la Comisión Reguladora de la Exportación de Plátanos (CREP). Tras la cosecha, los plátanos debían viajar en buques rápidos (por encima de los 15 nudos) y cuyas bodegas tuvieran una ventilación forzada a temperatura ambiente. La capacidad de ventilación debía permitir la completa renovación del aire de las bodegas (vacías) al menos 30 veces en una hora. La práctica totalidad de la flota platanera estaba adaptada a estas condiciones. E incluso se construían buques especialmente adaptados a las especificaciones marcadas por la CREP, como el Torres de Cuarte y el Torre de Serranos, botados por Elcano en 1956. Lo cierto es que en los años sesenta había muchos buques dispuestos a entrar en el negocio del plátano, pero pocos plátanos. Esta circunstancia hacía especialmente dominante la posición de la CREP en sus exigencias a los armadores y astilleros. Hubo intentos, por parte de algunas navieras, como Pinillos, de introducir innovaciones técnicas en el tráfico. En 1965, esta naviera propuso la construcción de un nuevo buque dotado de plataformas frigoríficas alimentadas por la electricidad del propio buque. La propuesta fue estudiada por la CREP y rechazada tras comprobar un sobrecoste del 20 por ciento en el transporte y después de analizar las conclusiones del Libro Amarillo surgido de los trabajos de un consultor francés. En dicho estudio, asumido por la CREP, el transporte del plátano en bodegas sometidas a una fuerte renovación de aire no hacía necesario ningún tipo de sistema frigorífico, dadas las distancias a recorrer.

La CREP adopta el transporte por contenedor:
En 1975 el empleo del contenedor se extendía en el transporte marítimo y la CREP decidió adoptarlo. Se mantenía el sistema de ventilación forzada y aparecieron contenedores especiales que, manteniendo el suelo, tenían sus paredes y techos de rejilla para facilitar el paso del aire. La situación parecía estabilizada y algunos armadores se aprestaron a construir buques portacontenedores sujetos a las normas de la CREP. En este caso encontró a Naviera Ason que se embarcó en la construcción de dos grandes unidades, de nombre "Lucía de Pérez" y "Berta de Pérez", destinadas al transporte contenerizado de plátanos. Por aquel entonces, los importadores de plátanos de la península se quejaban del excesivo grado de madurez que tenían las frutas cuando eran desembarcadas. Los capitanes y armadores señalaban que esta madurez ya era patente en el embarque, quizás causada por un voluntario retraso en el momento de la cosecha, y no como el resultado de un proceso acaecido durante el viaje desde Canarias. Lo cierto es que la CREP modificó sus tradicionales normas y, a partir de 1982, exigió que los plátanos fueran transportados a bordo de buques "climatizados" a una temperatura de +12grados C. Para quienes tenían buques en grada diseñados según las reglas anteriores, como el caso de Naviera Ason, el cambio fue como un terremoto que apartó del tráfico a sus flamantes portacontenedores ventilados, incapaces de adaptar los equipos frigoríficos necesarios por falta material de espacio para los mismos. Para el resto de los buques plataneros llegó la hora de hacerse "reefers". Todas las navieras involucradas encaminaron a sus buques de ventilación forzada hacia los talleres para colocar los preceptivos grupos refrigerantes dentro de casamatas instaladas en las cubiertas y proceder al aislamiento de las bodegas. Fue, entre otros, el caso de los fruteros "Villablanca", "Villaverde", "Villafranca" y "Villafría", de la antigua COFRUNA, y de los buques "Segre", "Darro" y "Jalón" de Naviera Pinillos.

El contenedor refrigerado:
Pasados unos años, el contenedor perforado careció de sentido en cuanto apareció en el mercado el contenedor dotado de refrigeración autónoma, o activado por una fuente de energía eléctrica exterior. A partir de ese momento el buque platanero evolucionó rápidamente hacia el portacontenedores celular frigorífico, tal y como lo conocemos en la actualidad, y cuyos mejores representantes siguen perteneciendo a una naviera de tanta tradición en este tráfico como es Pinillos, y sus buques "Turia", "Ter" y "Duero". Simultáneamente, el resto del tráfico marítimo frutero español estaba siendo puesto a prueba por nuevas modalidades de transporte terrestre. El ferrocarril, con los sistemas de cambio automático de ancho de vía para adaptarse a las redes europeas, fue una competencia demasiado dura para los buques fruteros que cubrían las líneas con el norte de Europa y con el Mediterráneo. Las nuevas autopistas y los camiones frigoríficos terminaron por desbancar a la flota. Incluso en el tráfico de plátanos, los buques Ro/ro, capaces de cargar contenedores climatizados, dieron nuevos motivos para que el buque "reefer" tradicional abandonara la escena.
Extraído del artículo "De la fruta al pescado",Autor: Juan Carlos Arbex


Cultivo del plátano en Canarias:
El plátano procede del sudeste Asiático entre la India y Malasia. Las primeras noticias históricas son de unos 500 años a. J.C. Pasó a Africa a través de Madagascar unos 500 años d.J.C. Se establece en las costas del Mediterráneo sobre el siglo VI. A Canarias llega en los años de la conquista traído por portugueses procedente de Guinea. Desde Canarias se estima que llegó a América.

Consta que en 1516 un fraile llevó a Santo Domingo un clón procedente de Canarias. Los tipos más antiguos identificados en América fueron el "Seda" y "Francés". En las Antillas se expande ya en el siglo XVII. A la República Dominicana llegan las clases "Gros Michel" y "Cavendish enano" en el siglo XIX. Existen más de 500 variedades de bananas. Las principales variedades que existen son la Gros Michel, Lacatán, Poyo, Gran Enana, William's Hybrid, Pequeña Enana. Parece que los cultivos de Canarias corresponden a un tripliode de la Musa Acuminata, del grupo Cavendish, variedad Pequeña Enana. La producción mundial de plátanos es de 84 millones de toneladas anuales El plátano es uno de los frutos con más calorías: 66 kcal por cada 100 gramos (el peso aproximado de una unidad). Es una fruta que contiene vitamina C, B1, B2 y A. Es muy rica en potasio, hierro, calcio, fósforo y sodio. No tiene nada de colesterol. Las dimensiones de los plátanos pueden variar desde los 5 centímetros hasta el medio metro. Nueva Guinea es el país donde más se consumen, unos 250 kg por persona.
Condiciones para el cultivo:
La producción de Canarias es de 406.000 toneladas al año, de las cuales 372.000 se consumen fuera de las islas. En Canarias viven del plátano unas 35.000 personas. El negocio supera los 30.000 millones de pesetas. La temperatura óptima para el cultivo es alrededor de los 25 grados lo que sólo se encuentra en nuestras costas, con una cota inferior a los 300 metros. Requiere buena luminosidad y bastante humedad. Necesita suelos de textura arenosa pero con suficiente arcilla y limo, que tenga buena porosidad, con bastante contenido de materiales orgánicos (del 2.5 al 3 por ciento como mínimo), buen drenaje, terrenos con Ph ácido (6.5 y 7); no le viene bien las tierras de Ph alcalino, ni aguas con alto contenido de bicarbonatos. Es un cultivo caro: desde la "sorriba", rompiendo volcanes para preparar los bancales, a los que hay que traer tierra fértil desde la parte alta o montes; dejando debajo capa de drenaje de unos 30 centímetros y cubriendo altura con tierra en unos 80/90 centímetros; contenidos por gruesos muros, murallas cortavientos con bloques de hormigón generalmente; la estercoladura y abonos; los medios de riego, bien por atarjeas, o sistemas de aspersión o goteo, para sembrar alrededor de 1.000 plantones por fanegada. El riego puede variar entre 6.000 y 7.000 metros cúbicos de agua por fanegada año. Las plantaciones de países africanos, de las Antillas, de América Central, con bajos costos de mano de obra, abonos, manipulación, aguas y climas más apropiados producen un plátano más barato pero de peor calidad. En un mercado libre no resistiría la competencia y la reserva del mercado Peninsular no durará mucho. (A.Rodríguez Fariña)

Inicios de la exportación frutera:
A comienzos de la década de 1880 algunas casas exportadoras inglesas iniciaron de forma esporádica los envíos de fruta al extranjero. Peter S. Reid, establecido en Tenerife en 1867 parece ser que fue el primero en exportar plátanos en torno al año 1878. En 1882 aparece la primera gran firma exportadora, "Fyffes Ltd.", de origen británico y que había comenzado sus actividades en Gran Canaria, donde a principios de los años ochenta se registraba un mayor dinamismo en el ámbito frutero gracias a la iniciativa emprendida por algunos hombres de negocios ingleses como Alfred Lewis Jones, director de la compañía carbonera "Grand Canary Coaling Co. Ltd." y figura preeminente de la naviera Elder Dempster Co. Ltd., presente en Las Palmas desde 1884. En Tenerife, la temprana actividad de Henry Wolfson se revela asimismo desiciva en la evolución posterior del negocio frutero. Tras su asociación con Fyffes Ltd., la firma extendió sus actividades a Tenerife, conviertiéndose en una de las principales compañías productoras y exportadoras de la isla.


Plátano. marzo 2000:
La esperanza ha renacido recientemente a raíz de las conversaciones que la Comisión Europea mantiene con representantes de los países latinoamericanos, abastecedores del mercado de la UE. La propuesta de negociación, a la que se llegó casi por unanimidad y que la Comisión ha remitido también a los Estados Unidos, contempla la adopción del sistema de contingentes arancelarios, inicialmente transitorio y con la posibilidad de que sea definitivo, tomando como referencia el período 1994-96. El contingente de 2.550.000 toneladas (A y B) se distribuiría de la siguiente manera: 80% para los importadores primarios y 20% para otros operadores. En el complicado y voluble proceso que sigue, que pasa por encuentros/contactos/negociaciones, hay que añadir la reciente aprobación del proyecto de dictamen que presentó en el Comité Económico y Social (CES) Pedro Barato y el tinerfeño Fernando Jiménez, presidente de ASAGA, documento que cabe esperar quede definitivamente aceptado el próximo miércoles. El texto recoge prácticamente la totalidad de las demandas que sostienen los productores europeos de plátanos, representados por la APEB, que preside Leopoldo Cólogan. El texto no puede ser más claro en sus conclusiones: "El Comité, por un lado, deplora profundamente que criterios tales como el derecho al desarrollo, la sostenibilidad de las producciones y la dimensión social estén ausentes de los términos de referencia de la OMC, que no tiene en cuenta ni las condiciones efectivas de la producción ni los objetivos de equilibrio de las sociedades y territorios y, por otro lado, se opone a las medidas unilaterales y arbitrarias contra el multilateralismo y la búsqueda concertada de soluciones justas de los conflictos comerciales(...). El Comité no podría en ningún caso aceptar que la preferencia comunitaria, pilar fundamental de la PAC, se desmantele debido a la pérdida de la garantía de acceso al mercado para las producciones comunitarias". El acuerdo del CES es un nuevo peldaño en tan difícil trayecto. Para algunos puede que se trate de un peldaño menor. Quizá algunas organizaciones agrarias como la COAG observan el documento con menos esperanza. Mientras esto sucede Ecuador no baja la guardia en sus reivindicaciones y el culebrón UE-EE.UU. entra en un nuevo capítulo.

2015:
En 2015 se tiraron 15 millones de kilos de plátano canario que no pudo exportarse a causa de la introducción de la banana tras la reducción de sus aranceles. Durante los primeros meses del año las perdidas del sector se cifraron en 24 millones de euros. La Unión Europea se negó más ayudas argumentando que el sector ya recibía ayudas por in importe de 141,1 millones de euros. Los acuerdos imponen cuotas de exportación que no pueden sobrepasarse. El excedente que hay que desechar puede ser destinado a la alimentación animal o a centros benéficos. Muchos ganaderos recogen fruta para alimentar a sus animales pero no hay tantos en la isla como para agotar el excedente. Los centros benéficos no pasan a recogerlos por ser un producto perecedero y se limita con ello la posibilidad de almacenarlos. En 2015 las navieras canarias anunciaron al sector una subida de fletes del 40%.


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