HISTORIA
NAVEGACION
Filipinas



Filipinas:
Los primitivos pobladores de las Filipinas fueron los pigmeos negritos, empujados posteriormente hacia el interior del país por las invasiones de pueblos malayos (tagalos, igorrotes, etc.). Magallanes descubre el archipiélago y lo bautiza con el nombre de San Lázaro o Poniente (1521). Juan Sebastián de Elcano, a su llegada a España, dio cuenta de su descubrimiento a Carlos V. Tras el fracaso de las expediciones de García Jofre de Loaisa (1525) y de Alvaro de Saavedra (1527), Ruy Gómez de Villalobos, al frente de una nueva expedición, desembarcó 22 años después del descubrimiento de Magallanes en Mindanao y Leyte. Esta última isla recibió el nombre de Filipina en memoria de Felipe II. La denominación se hizo luego extensiva a todo el archipiélago. De Nueva España llegó la expedición mandada por el adelantado Miguel López de Legazpi y el fraile Andrés de Urdaneta (1565), iniciándose así la conquista y colonización de las islas, cuya capital, Manila, fue fundada el 24 de junio de 1571. Urdaneta regresó de nuevo a México, quedando establecida así, la ruta de ida y vuelta que tanto iba a favorecer las expediciones comerciales entre Nueva España y Filipinas; sobre todo, el comercio de la plata, tan codiciada por los chinos y con los que, ya entonces, se iniciaron los primeros contactos. Dificultaron la labor las incursiones piráticas de portugueses, holandeses, ingleses, chinos y malayos, ya que las Filipinas están estratégicamente situadas en el camino del comercio con el Oriente, siendo la base comercial que permitía participar en el tráfico de las especias y de la seda. En 1583 se erige la Audiencia de Manila. En 1611 se funda la Universidad de Santo Tomás en Manila.

Defensa de la posesión:
En la segunda mitad del siglo XVIII Inglaterra, enemiga de España por las alianzas matrimoniales de esta con Francia, intentó apoderarse de Filipinas. En 1762 el almirante Samuel Cornish atacó Manila, consiguiendo su rendición; sin embargo, el oidor Simón de Anda, con el apoyo de las órdenes religiosas y de la población indígena, logró mantener la independencia del interior del país. Los ingleses tuvieron que devolver Manila en la Paz de París (1763). Los primeros conatos de reclamación de la independencia datan de 1823, intentos, al igual que los suscitados por José Cuesta en 1854, que fueron rápidamente sofocados. Los Estados Unidos subvencionaron las guerrillas afiliadas al partido de la independencia o Katipunam, fundado por Marcelo Hilario del Pilar y al que pertenecían los que más tarde fueron los principales cabecillas de la rebelión de 1896, Andrés Bonifacio y Emilio Aguinaldo. Pese a la ejecución del patriota Rizal y las medidas adoptadas por los generales españoles Blanco y Polavieja, la destrucción de la Armada española en Cavite frente a la de los EEUU hizo que el caudillo Aguinaldo proclamara la independencia del archipiélago. Por el tratado de París pasaron a depender de los EEUU y obtuvieron su independencia al final de la Segunda Guerra Mundial.

El archipiélago de Joló:
Integrado por más de 400 islas que suman una superficie total de 2.816 km cuadrados. Desde las primeras expediciones españolas supuso un foco constante de agresiones y actos de piratería. No cedió en su rebeldía ni siquiera a partir de su primera sumisión lograda por Almonte (1639). El deseo de conservar el archipiélago frente a las amenazas holandesas, hizo que los españoles permitieran al sultán Salicala firmar (1645) un nuevo tratado de vasallaje. La intervención de los ingleses y las actitudes tomadas por los diferentes sultanes continuaron creando constantes problemas a España, que envió (1851) una expedición al mando del capitán general de Filipinas, Antonio de Urbistondo, y creó la provincia de Isabela de Basilán con el fin de someter definitivamente al archipiélago. Pero las aspiraciones británicas y alemanas al libre comercio entre las islas no permitieron que se lograse nunca la estabilidad del territorio. En 1898 pasó a poder de los Estados Unidos.

La isla de Luzón:
La mayor isla de Filipinas fue explorada por primera vez por la expedición mandada por Goyti y Salcedo, que actuaban a las ódenes de Legazpi. En 1574 Manila, la plaza más importante de la isla, fue atacada por los piratas chinos. En 1581 recibió a su primer obispo, Fray Domingo de Salazar. Los incendios de 1583 y 1603 y la epidemia de peste de 1628 dejaron a la ciudad en un lamentable estado de miseria. Fue atacada por los moros en 1754 y conquistada por los ingleses en 1762. Vuelta al poder de España, se suceden las revueltas nacionalistas. En 1898 pasó a poder de los Estados Unidos. Desde 1942 hasta 1945 fue ocupada por los japoneses.

El comercio con Filipinas:
Las islas Filipinas dependían del virrey de México. El comercio directo con la península Ibérica, obstaculizado al principio, acabó por ser prohibido por Felipe II en 1593. Durante las décadas posteriores dependió del tráfico de galeones que se efectuaba anualmente entre el puerto de Manila y el de Acapulco. Los intereses andaluces consiguieron limitar el tonelaje de los galeones y los contingentes de las mercancías. Se asignó a cada exportador una cantidad determinada por medio de un sistema llamado de la "boleta". Los cargamentos permitidos se dividían en 4000 boletas. Mil de ellas correspondían al rey; otra cuarta parte era para las órdenes religiosas (importante factor de cristianización y conquista de las islas); y el resto venía atribuido a los comerciantes. Las boletas podían enajenarse si el beneficiario lo deseaba. Su valor era de 250 pesos aunque llegó a pagarse la cantidad de 2000. Este extraño y burocratizado sistema comercial fue nefasto para las islas.

  • Favoreció la apatía y la tendencia a la especulación
  • Consolidaba el poder latifundista de los sectores eclesiásticos
  • Dejó a los chinos el monopolio del comercio al detall
  • Creó en las clases dirigentes de las islas una peculiar mentalidad monopolística
  • Oficializaba la corrupción y hacía estériles las iniciativas renovadoras
  • Puso trabas seculares al desarrollo de la agricultura.

(*) La Compañía Real de Filipinas fue fundada por Manuel Arriaga en 1733. En 1783 aumentó considerablemente su capital y sufrió una profunda transformación. Carlos III, que era uno de los mayores accionistas, concedió a la Compañía el privilegio de comerciar con Filipinas, Africa y las Indias durante veinte años. La guerra de la Independencia la sumió en un considerable estado de crisis, y fue disuelta en 1834.


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