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Pasos Método Científico



Pasos a seguir en el Método Científico:

Primero: Detectar la existencia de un problema, de un fenómeno de la Naturaleza para el cual queramos una explicación. Este puede ser por ejemplo, la caída de los cuerpos cuando se les suelta.
Segundo: Realizar un análisis de cúales son los aspectos esenciales del problema para desechar aquéllos que no lo sean. El olor del objeto que cae, por ejemplo, no es esencial para el análisis del problema de su caída.
Tercero: Reunir todos los datos posibles que incidan en el problema. Esto es, repitiendo el experimento bajo distintas circunstancias, ver si se modifican los resultados; en caso de que lo hagan, la circunstancia que se ha cambiado o añadido influye en el problema y será importante para su análisis. En el caso de un objeto que cae, por ejemplo, la superficie que ofrece el objeto al aire, influye. En la Antiguedad y en la Edad Media, este último paso equivalía simplemente a observar los sucesos atentamente tal y como acaecían; pero a principios de los tiempos modernos empezó a implantarse la costumbre de jugar con los propios sucesos, de modo que se sometiera el mismo suceso a circunstancias diferentes para ver así cómo se modificaba su comportamiento. Cabía plantear entonces debidamente una situación en la que los objetos se comportaran de una determinada manera y suministraran datos relevantes para el problema. Uno podía por ejemplo hacer rodar una esfera a lo largo de un plano inclinado y repetir la situación variando el tamaño de las esferas, la naturaleza de su superficie, la inclinación del plano, etc... y viendo cómo se modificaba la caída bajo estos cambios. Tales situaciones deliberadamente planteadas para interrogar a la Naturaleza son lo que llamamos "experimentos".
Cuarto: Reunidos todos los datos obtenidos de la modificación de las circunstancias relevantes y la observación del cambio en las respuestas bajo estos modificaciones, elabórese una generalización provisional que describa a todos estos datos (los resultados de los diversos experimentos), y que lo haga además, de la manera más simple posible, en forma de un enunciado breve o un a relación matemática. Lo que obtenemos es lo que llamamos una "hipótesis": una explicación provisional de los resultados obtenidos de nuestros experimentos acerca de un problema determinado.
Quinto: La hipótesis es ahora nuestro medio de predicción del comportamiento de futuros experimentos referentes al mismo tema. Podemos ahora plantear una nueva circunstancia que no se nos había ocurrido para el fenómeno que queremos estudiar y para comprobar la validez de la hipótesis, antes de montar un experimento con esa circunstancia y ver lo que pasa, deducimos el resultado directamente de nuestra hipótesis; luego vamos al experimento y vemos si obtenemos el mismo resultado. Repetimos esto varias veces para diferentes circunstancias. Si los resultados están de acuerdo con lo que hemos ido prediciendo, nuestra hipótesis es válida por el momento y en el ámbito que estamos tratando.
Sexto: Con una interrogación constante en el ámbito tratado, si la hipótesis prevé cada vez el resultado que se observa, podemos elevar la hipótesis al status de "teoría" o incluso de "Ley de la Naturaleza", siempre en el ámbito tratado.
Séptimo: Pero las hipótesis han de estar continuamente sometidas a la experimentación para ver hasta dónde se puede llegar con ellas, cúales son sus límites de aplicación, a qué ámbitos llegan y en qué ámbitos no es válida su aplicación. Por ejemplo, en el área de la Física, las Leyes de la Mecánica de Newton son perfectamente válidas si nos mantenemos en el ámbito de la Física Clásica, esto es, en situaciones en las que los potenciales gravitatorios a los que están sometidos los objetos cuyo comportamiento estudiamos, nos sean muy intensos, y la velocidad de estos objetos sea muy pequeña comparada con la velocidad de la luz. Mientras nos mantengamos en este ámbito, Newton funciona: lo que predice, se encuentra. Sin embargo, a la que nos salimos de estos límites y empezamos a tratar situaciones en las que el campo gravitatorio involucrado sea intenso (por ejemplo, el movimiento de un cuerpo cerca de un agujero negro), o bien objetos cuya velocidad sea del orden o cercana a la de la luz (por ejemplo, si tratamos la luz misma), estamos fuera del ámbito de aplicación de Newton, y tenemos que formular otras hipótesis que serán aplicables a ese ámbito. En concreto, recurrimos a la Teoría de la Relatividad de Einstein. Eso no significa que las Leyes de Newton no sean correctas, sino solamente que no se las puede extrapolar de su ámbito de aplicación: son válidas en su ámbito. En el campo de la Física, la idea es ir buscando cada vez una teoría más general, esto es, que incluya el ámbito anterior y otro ámbito no tratado por la teoría anterior. Así, la Teoría de la Relatividad de Einstein, incluye la de Newton: en cierto límite matemático nos encontramos con la Teoría de Newton, de modo que la de Einstein es una teoría más global que la de Newton. Y se sigue en el deseo de una integración cada vez mayor: se busca la síntesis, alguna teoría global a partir de la cual se puedan tratar correctamente todos los ámbitos de la física.

Desviaciones afortunadas:
El método científico es la pauta general de trabajo de cualquier investigador. Sin embargo, a veces las ideas acerca de cómo resolver un problema de la Naturaleza aparecen de la forma más insospechada. Todo lo expuesto es una versión 'ideal' del método científico. En la práctica no es necesario que el científico pase por los distintos puntos de este método, por orden, uno a uno, como si fuese un ejercicio de caligrafía; y normalmente, de hecho, no lo hace. Más que nada juegan un papel importante para poder ver los comportamientos generales y saber formularlos, factores como la preparación, la capacidad de observación y de relación, la sagacidad y la intuición.

La historia de la Ciencia está repleta de casos en los que un investigador da con una idea brillante basada en datos insuficientes y en poca o ninguna experimentación, llegando así a una verdad útil cuyo descubrimiento hubiese requerido años mediante la aplicación directa y estricta del método científico: F.A. Kekulé dio con la estructura del benceno mientras descabezaba un sueño en el autobús; Otto Loewi despertó en medio de la noche con la solución del problema de la conducción sináptica; Donald Gleiser concibió la idea de la cámara de burbujas mientras miraba su vaso de cerveza; Henri Becquerel, realizando un experimento con los Rayos X descubiertos tan sólo un año antes por Röentgen, observó que una placa fotográfica que había dejado casualmente dentro de un cajón oscuro y cerca de una fuente de sal de uranio, se había ennegrecido, es decir, algo había actuado sobre ella produciendo ese ennegrecimiento. Para otra persona este hecho hubiera pasado desapercibido o no hubiera resultado interesante; sin embargo se requerían los años de trabajo de este hombre y su intuición para darse cuenta de que algo tenía que ver aquél ennegrecimiento con las sales de uranio. Tanto en este como en los otros descubrimientos mencionados, no es simplemente suerte: los elementos citados anteriormente juegan un papel decisivo. Podemos decir que el método científico es más bien un leit motiv, una idea básica que mueve cualquier aprendizaje en ciencia que se quiera aprehender: no imagino meramente y me doy a la especulación y la divagación, sino que ideo un método que me permita obtener resultados con los cuales montar algo concreto que me permita predecir esos y otros resultados, de manera que se pueda comprobar que estoy en la correcto o en lo incorrecto; estructuro un método objetivo, que pueda además ejecutar cualquier otra persona para que mis resultados puedan ser reproducidos por otra persona o mi posible error pueda estar contrastado. El método científico además es un proceso que requiere de muchos investigadores realicen lo mismo para obtener el mayor grado de conocimiento posible acerca de un problema de la Naturaleza.
Autor:

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