Canarias
Turismo



Canarias: Turismo:
Turismo de masas:
El clima de Canarias convirtió a las islas en destino de un turismo tradicional transportado por barcos. El turismo de masas llegó a las playas del Mediterráneo y a Canarias coincidiendo con un salto técnico en el desarrollo de la navegación aérea. Los ingresos que proporcionaba la nueva industria eran irrenunciables e Italia, España, Grecia y Portugal tuvieron que adaptarse a las costumbres más relajadas de los turistas del norte. El uso del bikini se extendió rápidamente y su prohibición, apoyada por el Vaticano, acabó siendo retirada. La construcción de hoteles en la costa supuso un deterioro medioambiental considerable. De forma paralela al aumento de visitantes siguió el de carreteras, vehículos y construcciones. En 1968 el Archipiélago recibía unos 600.000 turistas. En la década de 1990 recibía unos 8 millones. A principios del s.XXI recibía unos 12 millones, una cifra que se incrementaba anualmente en unos 600.000 visitantes. En 2005 provenían de Reino Unido (3.500.000), Alemania (2.50.000), resto de España (2.000.000), Holanda (400.000), Suecia (350.000) y otros países (2.500.000).

Una parte importante de los beneficios sale fuera de las Islas como beneficio de los turoperadores. Se incrementan los gastos de infraestructuras, se deteriora el medio ambiente y se llega al desbordamiento demográfico. El sector tiene un amplio margen para desarrollar mejoras, especialización, coordinación.


S.C. Tenerife: Hospitalidad:
Estatura moral que le hace ser abierta, hospitalaria, acogedora... Aquello de la ciudad de los brazos abiertos es más que un slogan; porque la Cruz, símbolo fundacional, no sólo ha dado renombre al nombre, sino que ha supuesto para la Ciudad española del Atlántico una manera de ser tradicional y cosmopolita al mismo tiempo, como en los versos de Rubén. El muelle es casi el corazón de la Ciudad, porque como escribió Luis: Santa Cruz se moja todos los días los pies en el mar para darle la bienvenida a sus forasteros. Aquí se guarda para el visitante la misma acogida que para el amigo, igual trato para el peninsular que para el extranjero. Por eso en Santa Cruz hay una larga tradición de familias inglesas y francesas, irlandesas e italianas, que se fueron incorporando a la historia de la Ciudad, que nunca rechazó a nadie y asimiló cuanto le traían. (Juan del Castillo León, 1981)

Calle de La Marina:
Calle de la Marina. Venerables casonas
llenas de English spoken y de On parle français.
Barullo. Tiendecitas con sus telas chillonas
y sus escandalosos letreros en inglés.
(Francisco Izquierdo, 1925)

Viajeros:
El Teide es el enclave que más llamó la atención a los viajeros del pasado que nos dejaron un relato de lo que vieron. En sus escritos va poco a poco disminuyendo el protagonismo de lo exótico y pintoresco. La mirada del extranjero recoge de forma vívida el contraste entre lo que le es familiar comparado con lo que observa en los usos y costumbres de los lugareños.

El grabado de Alfred Diston de la Villa y Valle de La Orotava nos ayuda a hacernos una idea de la evolución de la localidad. Ilustraba la Historia Natural de Webb de 1839. Ante la ausencia de edificaciones que ahora nos resultan familiares destaca la bóveda de la iglesia de la Concepción, el Convento de Santo Domingo, el desaparecido célebre drago de la Casa Franchy, la Casa Monteverde, la Casa Lercaro y el Convento de San Francisco.

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