Cartógrafos
Piri Reis



Piri Reis:
El palacio Topkapi, en Estambul, fue transformado en 1929 en museo de antigüedades. El 9 de noviembre del mismo año, el director del Museo Nacional Turco, B. Halil Eldem, encontró dos fragmentos de un mapa trazado por el marino Piri Reis, que antaño desempeñó el cargo de almirante de la Flota en el mar Rojo y en el golfo Pérsico. Fue en 1513 cuando Piri Reis, en la ciudad de Gallípoli, comenzó a confeccionar sus mapas, que en 1517 ofreció como regalo al sultán Selim I, conquistador de Egipto, durante un viaje que hizo por este país. Ya antes de este hallazgo, Piri Reis gozaba en Turquía de gran fama como cartógrafo, al conservarse hasta 215 mapas firmados por él, junto con un escrito marginal -Bahriye- en que el propio autor los comenta. En cuanto a los nuevos mapas a que nos referimos, fueron trazados sobre piel de gacela y aún pueden apreciarse sus exquisitos colores. los fragmentos hallados forman parte de los planisferios -definitivamente perdidos, según se cree- que utilizaba nuestro almirante. En el Bahriye escribe Piri Reis: "Los dibujó el pobre Piri Reis, hijo de Hadj Mehmet, conocido como sobrino carnal de Kemal Reis, en la ciudad de Gelibolu [Gallípoli]. Dios tenga misericordia de ambos, en el mes del santo Muharrem del año 919 [9 marzo - 7 abril 1513]". En los años curenta de nuestro siglo, una serie de museos y bibliotecas adquirieron copias de estos fragmentos de un antiguo mapamundi a escala ampliada. Y en 1954 algunas de estas hojas fueron a parar a la mesa de trabajo del crtógrafo norteamericano Arlington H. Mallery, especializado en antiguas cartas marinas desde hacía décadas. Los mapas en cuestión fascinaron inmediatamente a Mallery, ya que en ellos figuraban continentes, como la Antártida, que aún no habían sido descubiertos en 1513.

[Estudio de Mallery y Walters:]
Piri Reis declara en el Bahriye que para la confección de su mapamundi se sirvió de 20 mapas diferentes, y que incluso utilizó un mapa de Cristóbal Colón para el trazado de las costas e islas del mar de las Antillas; es de notar que hasta la fecha no se ha encontrado ningún mapa que perteneciera a Colón. En el mismo escrito Piri Reis proporciona a sus contemporáneos muchos detalles, hasta entonces ignorados, sobre América, de los cuales pudo haberse enterado a raíz del regreso efectuado por Colón en 1511. Esto, que es posible en teoría, no impidió que el propio Piri Reis tuviera plena conciencia del carácter extraordinario de su obra. Así pues, escribía."Un mapa de esta clase no lo posee nadie hoy en día". En el curso de los trabajos, Arlington Mallery solicitó la colaboración de su colega Walters, del Instituto Hidrográfico de la Marina de los Estados Unidos. Ya de entrada, Walters no pudo ocultar su admiración ante la exactitud de las proporciones y distancias ente el Antiguo y Nuevo Mundo: ha de tenerse en cuenta que a principios del siglo XVI el mapa de América era todavía completamente desconocido. La misma sorpresa le produjo la localización de las islas Canarias o de las Azores. Ambos investigadores observaron también que o bien Piri Reis no utilizó las coordenadashabituales en su tiempo, o bien consideró realmente que la Tierra era redonda y lo tuvo en cuenta al trazar su mapa. Esto dejó perplejos a los dos hombres, que decidieron investigar las cosas a fondo. Para ello fabricaron una especie de rejilla que les permitiera leer los datos y dimensiones del antiguo mapa transfiriéndolos a un moderno globo terráqueo. ¡Aquí la sorpresa fue total! No sólo los contornos de la costa americana sino también los de la Antártida, correspondían con toda exactitud a los que hoy conocemos gracias a la ciencia moderna. En el mapamundi de Piri Reis el extremo sudamericano de la Tierra del Fuego se prolonga en un estrecha franja a modo de apéndice que casi enlaza con la Antártida, donde vuelve a ensancharse. En la actualidad es esta una zona de mar a menudo embravecido y agitado por violentas tempestades. Milímetro a milímetro se comparó el mapa de Reis con los perfiles de tierra submarina obtenidos por los más modernos medios científicos: fotografía aérea, tomas bajo el agua con cámaras de rayos infrarojos, sondas acústicas enviadas desde buques. ¡De todo ello se dedujo que, efectivamente, unos 11.000 años antes, o sea, a finales de la Era Glacial, existió dicho puente continental entre Sudamérica y la Antártida! En ésta última representó Piri reis con meticulosa exactitud perfiles costeros, islas, bahías y promontorios. Hoy día no puede verse ninguna de estas costas. Todas ellas yacen bajo una gruesa capa de hielo.

Conclusiones del estudio:
Durante el Año Geodésico Internacional, 1957, se interesó también por los mapas el padre Lineham, antiguo director del observatorio astronómico de Weston y cartógrafo de la Marina Estadounidense. Su conclusión fue la misma: los mapas (especialmente la zona de la Antártida) son increíblemente precisos, llegando a ofrecer datos que a nosostros únicamente nos constan después de las expediciones antárticas que suecos, británicos y noruegos llevaron a cabo en 1949 y 1952. El 28 de agosto de 1958 tuvo lugar en la universidad de Georgetown una audición pública de Mallery y Lineham, que fueron interrogados por un lal Warren. He aquí algunos extractos de las actas: Warren: Nos resulta hoy difícil comprender cómo unos cartógrafos anteriores a nosotros en muchos siglos pudieron llegar a ser tan precisos, siendo así que apenas acaban de nacer los métodos científicos de la moderna cartografía. Mallery: Este problema nos dio, naturalmente, no poco que pensar... En todo caso no podemos imaginar cómo fue posible trazar un mapa tan exacto sin la ayuda de un aeroplano. El hecho es que aquellos cartógrafos lo hicieron y, por si ello fuera poco, los grados de longitud fueron determinados de un modo absolutamente correcto, cosa que sólo hace dos siglos hemos podido conseguir nosotros. Warren: Padre Lineham; usted que ha tomado parte en las investigaciones sísmicas de la Antártida, ¿comparte el entusiasmo de su colega por estos nuevos descubrimientos? Lineham: Desde luego. El método sísmico nos ha permitido descubrir cosas que parecen confirmar en gran medida los detalles geográficos apuntados en esos mapas; masas de tierra firme, proyección de las montañas, mares, islas, etc. Creo que con el método sísmico podríamos quitar aún más hielo de todas estas tierras señaladas en los mapas, y se comprobaría que son todavía más correctos de lo que nos inclinamos a pensar. (von Däniken)

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