AGUA
Uso en Canarias



Riegos con agua residual urbana en Tenerife:
La situación de los recursos hídricos de Tenerife necesita el aprovechamiento de fuentes alternativas a las tradicionales de origen subterráneo: pozos y galerías, fundamentalmente. Por ello actualmente se está haciendo uso de otras fuentes de suministro de agua: las desaladas para uso urbano y/o agrícola, y de las depuradas para uso agrícola. Dentro de este contexto, la reutilización de aguas depuradas en la agricultura ha atenuado el efecto negativo que la disminución de la disponibilidad de agua subterránea ejerce en la isla. El agua depurada procedente de Santa Cruz de Tenerife llega hasta la balsa de Valle San Lorenzo, donde se deposita. A lo largo de su recorrido, se incorporan caudales procedentes de pozos para disminuir su conductividad eléctrica. Una parte de ella se desala y se mezcla con agua sin desalar: la cantidad de agua desalada está en torno al 15%. Tras un filtrado en la estación de filtrado de la balsa, se distribuye a los regantes mediante una red de riego a presión. En cada finca hay un hidrante, unidad en la que están instalados los siguientes elementos: contador, regulador de presión, regulador de caudal y contador. De este modo, el agricultor puede regar con presión suficiente sin necesidad de usar un equipo de bombeo, salvo que deposite el agua en un estanque. Por otra parte, sólo paga el agua que pasa por el contador y que es la realmente consumida. El empleo de aguas residuales depuradas para el riego es una práctica cada vez más extendida porque las técnicas de reciclaje suponen un importante ahorro de este recurso escaso. Sin embargo, también conlleva algunos riesgos agronómicos derivados de su uso continuado sin ninguna restricción.

Características agronómicas del agua residual:
Según análisis del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de La Laguna, el agua depurada resulta moderadamente salina. En el periodo 1995-99, la conductividad eléctrica media fue de 1250mS/cm., con oscilaciones de 900-1600 mS/cm. El valor medio es similar al de las aguas blancas empleadas en la zona. Para cultivos medianamente sensibles a la salinidad como la platanera, es conveniente no regar exclusivamente con agua depurada, sino que no se debe emplear como máximo un 70% de agua depurada y el 30% restante usar agua "blanca". Una buena norma podría ser dar dos riegos con agua depurada y un riego con agua blanca. En cultivos más sensibles como aguacates, mangos, ornamentales, no se aconseja su uso, y en todo caso no superar el 40% del riego con agua depurada. En general, un buen manejo del riego, con las dosis y frecuencias adecuadas, no tiene más riesgos si se utiliza agua depurada que si se emplea agua blanca. Uno de los problemas que se presentan en el riego con aguas depuradas en las fincas es la oscilación de conductividad que se produce, por lo que algunos agricultores han optado por la instalación de programadores de riego que, entre otras cosas, controlan la conductividad del agua con abonos, evitando así problemas de exceso de conductividad al fertiirrigar el cultivo y, en definitiva, la salinización del suelo. El ph medio del agua en el periodo citado fue de 7,8, con oscilaciones entre 7,5-8. El ph de equilibrio osciló entre 7,1 y 7,6. Son valores inferiores a los de las aguas blancas de la zona. Por ello, las cantidades de ácido a emplear en las instalaciones de riego localizado para evitar problemas de obturaciones en los emisores son menores cuando se emplean aguas depuradas que cuando se usan aguas blancas, con el consiguiente ahorro económico. Con el uso de los programadores de riego se controla automáticamente la cantidad de ácido, siempre que el mantenimiento sea el adecuado. Autor: Juan José Hernández Cruz

(*)Tratamiento terciario: Cuando el vertido tiene lugar en una zona protegida (zona mariscadora, zona balnearia, toma de agua con vistas a la producción de agua potable) es necesario realizar un tratamiento complementario llamado también tratamiento terciario. Se pretende eliminar por filtración la demanda biológica y química de oxígeno residuales, suprimir gérmenes patógenos por introducción de desinfectantes (cloro, ozono) y sobre todo eliminar los nitratos y los fosfatos, que conllevan importantes riesgos de eutrofización y, al ser solubles, aumentan la dificultad de potabilizar el agua, Suelen utilizarse métodos biológicos complementarios, el más sencillo de los cuales es la permanencia de algunas semanas en lagunas aerobias, estanques de profundidad no superior a los 2 m. Algunas cañas tienen incluso la propiedad de absorber o metabolizar sustancias nocivas como los fenoles. La desnitrificación es particularmente delicada, ya que hay que favorecer la vida de las bacterias anaerobias en un medio ya depurado y por tanto contar con depósitos especialmente vigilados.

Consumo anual de agua en Canarias:
El Gobierno de Canarias prevé que el 27,1 % de la oferta de agua en el Archipiélago proceda de plantas desaladoras en el año 2002 y alcance el 30% en 2006. En los últimos 30 años se ha producido un cambio radical. El uso de agua subterránea en 1996 abarcaba el 79,83 % de la oferta mientras que las previsiones para el 2002 es que se reduzca al 59,2 y en el 2006 al 50%. En 1996 la oferta de agua desalada era de 60,7 hectómetros cúbicos. La previsión es que se sitúe en 140 hectómetros cúbicos en 2002 y en 162,2 en el 2006. Se estima un incremento del agua reutilizada de un 54% en 2002 con respecto a 1996, cuando la oferta fue de 16,2 hectómetros cúbicos. En 2006 la oferta de agua reutilizada será de 71,3 hectómetros. El consumo de agua urbana fue de 122,9 hectómetros cúbicos en 1996, la previsión es que su consumo ascienda a 148,4 hectómetros cúbicos en 2002 y a 166,3 en 2006, lo que supondrá un incremento del 35% en 10 años. El sector turístico consumió 35,3 hectómetros cúbicos de agua en 1996. El Gobierno canario estima un consumo de 43,8 hectómetros cúbicos en 2002 y de 51,7 en 2006. El incremento en 10 años será del 46% y será el sector que registre mayor aumento. El agua para usos agrícolas será de un 5% menos en 2006 respecto a 1996, año en que se demandó 276,5 hectómetros cúbicos. La demanda estimada de 2006 es de 262,8 hectómetros. La oferta de agua subterránea de Las Palmas en 1996 fue de 85,5 hectómetros cúbicos mientras que en Santa Cruz de Tenerife fue de 217 hectómetros. La previsión es ofertar en Las Palmas 35,7 hectómetros en 2006 y 158 en Santa Cruz de Tenerife. La mayor parte de agua desalada que se ofertará en 2006 pertenecerá a Las Palmas (117 hectómetros) frente a los 44,5 de Santa Cruz de Tenerife.


Reserva natural especial Barranco del Infierno:
Posee una gran belleza, riqueza genética y un curso estable de agua superficial. Su red hidrológica ejerce un papel destacado en el mantenimiento de los procesos ecológicos ligados al ciclo del agua. Entre sus límites sobresalen elementos geomorfológicos de gran relevancia y singularidad (varios barrancos, roques del Conde, Imoque y Abinque), que representan hitos paisajísticos identificadores del sudoeste de Tenerife. En conjunto, el espacio está determinado por un paisaje de gran belleza y orografía abrupta modelada por la erosión. Limita al norte con el parque natural de Corona Forestal y al noreste con el paisaje protegido de Ifonche.

Recuperación de la Fuente Santa (La Palma):
Desde 1493 hasta 1677 existió una fuente que por lo cálido de sus aguas pasó a llamarse "fuente caliente" y por lo asombroso de sus curas terminó conociéndose como la Fuente Santa. En 1677, el volcán de San Antonio la sepultó bajo 70 metros de escorias y a partir de ese momento la historia de la Fuente Santase convirtió en leyenda. Después de 325 años en los que se suceden intentos desesperados por desenterrarla, en la que participan los palmeros primero y los grandes científicos del siglo XIX, la Fuente Santa y con ella el anhelo por descubrirla continuaron sellados por las lavas del volcán. En 1995 la Dirección General de Aguas asumió los trabajos de investigación para encontrarla. Tras la localización del lugar donde continuaba manando, se proyectó una galería de 2,5 x 2,5 metros de traza horizontal solera a ras de pleamar. Se consiguió descubrir y desenterrar la mítica fuente por medio de una ardua labor de perforación y sostenimiento en condiciones extremas de temperatura y gases volcánicos. A la galería, con un presupuesto de medio millón de euros, se le añadieron 5 piscinas subterráneas entre 30 y 45 grados de temperatura para el reanudado aprovechamiento de unas aguas termales que dieron fama a La Palma a lo largo de toda América y Europa.

Desertificación:
El mayor riesgo de desertificación se localiza en las comunidades de Castilla-La Mancha, Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Canarias. En nuestro archipiélago, con una gran variedad de condiciones ambientales, están ampliamente representadas las condiciones climáticas de aridez que establecen el ámbito potencial de la desertificación y el nivel de riesgo. Sin duda, en el conjunto de las islas de Fuerteventura y Lanzarote y en el sur de Gran Canaria y Tenerife se puede hablar de muy alto riesgo, a diferencia de la isla de La Palma, con unas condiciones de humedad mucho más elevadas y donde el ámbito árido se limita a un núcleo en el oeste. Las islas de La Gomera y El Hierro tienen un comportamiento intermedio. Pero, además, estas condiciones de aridez se localizan en ecosistemas insulares caracterizados por su fragilidad, que los hace extremadamente sensibles a los procesos de degradación. Entre los factores antrópicos que han influido o están influyendo en las islas en este proceso podemos citar varios: el uso abusivo e indiscriminado de agroquímicos, el manejo inadecuado del riego, los cambios de uso del suelo, la explotación insostenible de los escasos recursos hídricos, la pérdida de masa forestal por talas indiscriminadas o incendios forestales, el sobrepastoreo, el crecimiento de la presión demográfica, ciertas actividades turísticas, la utilización inapropiada del suelo, el abandono de la agricultura tradicional, etcétera. En todos estos aspectos, y en elgunos más, como el reciclado de residuos , la investigación y la educación, habrá que incidir al definir las acciones a realizar de lucha contra la desertificación. Si al hombre se le atribuyen muchos de los procesos que están llevando a la desertificación, también hay que constatar que a lo largo de la historia ha tenido importantes actuaciones positivas. En Canarias son muchos los ejemplos que se tienen de sistemas y estructuras que han sido de gran eficacia, no sólo en su relación con el aspecto productivo, que ya es importante pues cubrieron las nacesidades alimentarias durante siglos, sino también por su contribución a la conservación de los suelos y aguas. Es el caso de los arenados, gavias y bancales, muchos de ellos actualmente abandonados. La desertificación es, en gran medida, un síntoma de pérdida del equilibrio entre los recursos naturales y el uso de éstos. La toma en conciencia que existe actualmente en las administraciones y en la ciudadanía favorecerá, una vez hecho el diagnóstico, a la puesta en marcha de las acciones que correspondan para restaurar los equilibrios perdidos. En este sentido se está trabajando. (Marisa Tejedor, 2008)


Foro sobre la sequía (Sevilla, julio 2007):
El astronauta Pedro Duque que viajó al espacio en 2003, y uno de los más de 150 expertos de 20 países que debatieron en el Foro Internacional sobre la Sequía, explicó que el espacio es la mejor plataforma para estudiar la sequía, ya que permite abarcar amplias superficies -imposibles para cualquier otro medio-, y entrega una visión global del fenómeno. La única manera de medir bien las cosas que ocurren en toda la Tierra es utilizando instrumentos que están por fuera, ya que le da objetividad. La Agencia Europea del Espacio tiene mediciones sobre la desertificación. Según el Informe de Sostenibilidad del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), 1.100 millones de ciudadanos de la Tierra carecen de agua potable y 2.400 millones no cuentan con sistemas de abastecimiento.

Biodegradación:
Es un proceso natural de mineralización y destrucción de la materia orgánica en el que una serie de microorganismos eliminan sustancias residuales o desechos animales y vegetales transformándolos en sustancias inorgánicas simples carentes de toxicidad. Entre los desechos de origen industrial se plantean mayores problemas a la conservación del equilibrio ecológico natural, tanto por su difusión como por su resistencia a los agentes atmosféricos, se encuentran en los envases plásticos y los detergentes. La acumulación de materiales plásticos de desecho trata de atajarse, por una parte, con la obtención de cepas microbianas susceptibles de destruir los polímeros con que usualmente se fabrican los envases; y, por otra parte, con el descubrimiento de nuevos polímeros sensibles a la acción degradante de las especies bacterianas comunes. En el caso de los detergentes, los efectos acumulativos que produce su vertido en la red fluvial se eliminan, en parte, con la inclusión de componentes que permiten su transformación en sustancias inocuas.

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