El agua del planeta:
Atmósfera: En su carta de 1678 a la Royal Society Leeuwenhoek especuló sobre las pequeñas criaturas contenidas en una gota de agua que podía contemplar con el microscopio de su invención: «Suponiendo que este caballero viera en realidad 1.000 animálculos en una partícula de agua treinta veces menor que una semilla de mijo, eso querría decir que en una cantidad de agua igual a una semilla de mijo habría 30.000 criaturas vivas, y, por tanto, 273.000 criaturas vivas en una gota de agua».
● El agua potable es un bien escaso por la cantidad de energía que hay que invertir en su formacón. El agua de los polos no es directamente utilizable a gran escala, y es necesario recurrir a los acuíferos, algunos de los cuales son fósiles, es decir, no renovables, y a los ríos. (Francisco J. Tapiador)
El agua en la tierra. Por Miguel Angel Gutiérrez Fernández:
El agua se encuentra en la naturaleza con diversas formas y características y cada una de ellas tiene su función dentro del gran ecosistema del planeta Tierra. La que nos interesa, principalmente, para los usos humanos en el tema que tratamos, es en forma líquida y la conocida como agua dulce, en la cual existe una gama de componentes en disolución en pequeñas proporción, que la hace más o menos apta para los distintos usos, para lo que se han ido desarrollando una serie de normas que definen la calidad y tratan de regularla, desde el agua para el consumo directo o agua potable hasta el agua para usos industriales.
Este agua dulce es solo una pequeña parte del conjunto de agua que existe en la tierra y, a su vez, de ella solo es aprovechable otra pequeña parte.
Para hacernos una idea de la escala del agua en la tierra y su influencia en los procesos vitales, vamos a dar unos datos generales a título orientativo.
El agua se encuentra en la tierra, fundamentalmente, en los mares y océanos cubriendo el 72% de la superficie del globo. Su volumen se cifra en algo más de 1.300 millones de Km3, lo que representa solo 1/4.500 de la masa de la tierra, siendo la profundidad media de 3.800 metros, que es, aproximadamente, 1/l.600 del radio de la esfera terrestre, lo cual da idea de la pequeñez respecto del conjunto y de la importancia para la formación de la vida en la superficie terrestre, empezando por la de los océanos.
Este agua es salada y su contenido es, aproximadamente, de 35 gramos de sales por m3., representando el 97,2% de la totalidad de las aguas y el 2,8% restante lo forman las aguas no saladas que se cifran en unos 38 millones de Km3.
Este resto de agua se reparte, a su vez, fundamentalmente, en los casquetes polares en forma de hielo, con un volumen estimado en unos 30 millones de Km3. lo que representa el 2,2% del total y el 78% de las dulces. Las aguas subterráneas algo más de 8 millones de Km3 el 0,60% del total y 20% de las dulces, lagos, ríos y arroyos 120.000 Km3. el 0,009% y 0,3%, respectivamente, y la de atmósfera 13.000 Km3 el 0,001% y el 0.03, respectivamente. En el Gráfico 1.1 se representa esquemáticamente la distribución del agua en el planeta.
La procedencia de las aguas se supone, según una teoría que tiene su origen en la misma formación de la tierra y según otra que se formó a lo largo de los tiempos geológicos en reacciones internas de la tierra, expulsándose al exterior en los procesos eruptivos.
En cualquiera de las dos teorías por escala humana podemos considerar que estas aguas se mantienen prácticamente constantes a lo largo del tiempo, estando sometidas a un ciclo hidrológico, donde la radiación solar es la fuente de energía que las hace funcionar.
La energía media anual aportada por el sol a la superficie terrestre es de 0, 1 a 0,2 KW/m2, lo que da lugar a una evaporación de una capa de agua de 1,30 a 2,60 metros al año, que asciende hasta zonas frías donde se condensa y vuelve a caer en forma de precipitaciones, nieve, granizo y gotas de agua manteniéndose una reserva del vapor de agua atmosférico que solo representa unos 25 mm., el cual se encuentra en 9/10 partes en los 5 primeros Kms de la atmósfera, variando su contenido por m3. de aire desde menos de 1 gramo en las zonas continentales a 25 gramos en los mares tropicales.
El volumen anual de las evaporaciones de unos 480.000 Km3, los cuales provienen casi el 85% de los océanos, unos 410.000 Km3. de los continentes, el 15%, unos 70.000 Km3. La cifra de precipitaciones es la misma que la de evaporaciones lo que representa una media de 940 mm. anuales, pero su reparto difiere ligeramente, Cerca de 370.000 Km3, el 77%, caen en los mares y océanos y unos 110.000 Km3, el 23%, lo hacen sobre continentes.
De estos 110.000 Km3 que caen sobre los continentes, parte se evapora y parte discurre por tierra, siendo unos 70.000 Km3. los que se vuelven a evaporar y 40.000 Km3. los que discurren por cursos de agua y a través del terreno hacia los mares.
De este agua que cae sobre el terreno, parte queda retenida en charcas o pequeños surcos (almacenamiento superficial) y en su mayoría vuelve pronto a la atmósfera en forma de vapor, otra parte se va concentrando en regatas, arroyos y ríos escorrentía superficial) de la que parte se infiltra y otra gran parte desemboca en lagos, mares u océanos, donde se repetirá el ciclo. Por último, una tercera parte penetra bajo la superficie del terreno (infiltración), rellenando los poros o fisuras del mismo. De ella, una parte queda en zona no saturada o de humedad del suelo, volviendo desde ahí a la atmósfera por evaporación y, fundamentalmente, por transpiración de las plantas, descendiendo otra parte hasta la zonas saturadas o de aguas subterráneas y discurriendo a través de los terrenos, formando zonas de acumulación y flujos con salidas a cursos superficiales desde donde se puede volver a infiltrar, llegando hasta los lagos y mares. El agua evaporada supone los 70.000 Km3. antes citados y la que circula por cauces superficiales y a través del terreno hasta los mares y océanos unos 40.000 Km3., de los cuales unos 30.000 Km3. corresponden a superficiales y 10.000 Km3 a subterráneas. De este agua circulante, se estima como teóricamente utilizables por distintas circunstancias, unos 19.000 Km3. de los que en la actualidad sólo se llega a unos 5.000 Km3., esperando llegarse con el avance de las técnicas a unos 7.000 Km3 y a comienzo del próximo a los 9.000 Km3.
Según vemos en estas cifras, el volumen de agua utilizable, actualmente es del orden de la cienmilésima parte del total de las aguas existentes, la milésima de las aguas dulces no heladas y la vigésima parte de las que forman el ciclo hidrológico, sin contar con las aguas subterráneas no renovables (existen otras aguas profundas y que según los científicos se cifran en 50 millones de Km3. con un periodo de almacenamiento de decenas de miles de años, por lo que no se consideran directamente ligadas al ciclo hidrológico y mucho menos utilizables). Lo cual da idea de la importancia de cuidar este patrimonio común, si no se 'quiere alterar, irreversiblemente, el equilibrio ecológico.
Además de la limitación de las disponibilidades de agua dulce de manera global, se produce un reparto desigual en las distintas superficies continentales, dando lugar a zonas de abundancia y zonas de escasez. Todo ello como consecuencia de las circulaciones de las zonas más calidad (en El Ecuador) hacia las más frías en los polos, así como por la desigual distribución de las tierras y los mares y la orografía entre otras.
También a lo largo del tiempo se producen variaciones más o menos cíclicas en función de la mayor o menor distancia de la tierra al sol, así como las variaciones de energía solares o de perturbaciones de tipo eruptivo en la tierra, que tienen que disiparse en el tiempo. Se incluye en el gráfico 1.3 de factores ambientales.
Distribución del agua y repercusión bioclimática:
Existiendo a su vez dentro de ello, como hemos indicado anteriormente, otras distribuciones climáticas, dependiendo de la ubicación y características geográficas.
La variación temporal de las precipitaciones junto con las de las temperaturas, a lo largo del año da, por un lado, las disponibilidades naturales de agua para las plantas y, por otro, las cantidades precisas para el ciclo vital de las distintas especies para un terrenos determinado que junto con las temperaturas da lugar a la evolución de los distintos ecosistemas.
Esto da lugar a una serie de clasificaciones de tipos de regiones húmedas a áridas, como con el índice de Martonne (Pa/T+ 10) definido como un cociente en el que figura la pluviometría en el dividendo y la temperatura en el divisor, o los de Dantin y Revenga en sentido inverso (100T/P), o por los diagramas Ombométricos de Gaussen, en los que se dibujan las curvas de temperaturas medias mensuales en Cº a lo largo del año, superpuestas con las de la pluviometría en milímetros, con una escala normalmente P=2T, definiendo como períodos secos aquellos en que la curva de precipitaciones está por debajo de las de temperaturas, a los métodos más completos de las fichas climáticas de Thornthwaite, en el que se mide la diferencia entre la evapotranspiración potencial de una superficie cubierta de vegetación y la evaporación real, es decir, la diferencia entre el agua que se evaporaría en conjunto de las plantas terreno, teniendo el agua necesaria para la temperatura existente y la que realmente se evapora de la precipitación caída, habida cuenta la reserva de agua que queda en el terreno, definiéndose como árido, cuando se supera los 25 mm. que corresponde al punto de marchitez de las plantas.
[Evaporación:]
El uso del agua en el desarrollo humano:
Escasez de agua en el planeta |
Agua: Uso |
Salinidad |
Las cubiertas fluidas del planeta. Por R.Margalef |
El uso del agua en Canarias |
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