La cochinilla: Su aspecto es granular, de forma más o menos oval, arrugada, convexa y con algunas estrías. El color varía entre el gris y el negro cuando se ha eliminado la capa de cera blanca que los recubre. Los cuerpos de los insectos después de haber ovipositado 130.000, aproximadamente pesan un kilo, y los cuerpos secos de los adultos, sin haber llegado a ovipositar, 80.000 pesan un kilogramo. La grana es la materia prima para la obtención de extracto de cochinilla «carmín» y ácido carmínico. El extracto de cochinilla y el carmín son usados para colorear alimentos y medicamentos. Económicamente estos productos son los que más importancia económica tienen. El ácido carmínico se usa en unciones histológicas y bacteriológicas, como indicador químico de reacciones, asimismo tiene usos en fotografía a color y pigmentos para artistas. (Ossorio)
Historia: "Al color con que se tiñe la grana llaman nocheztli, quiere decir, sangre de tunas, porque en cierto género de tunas se crían unos gusanos que se llaman cochinillas, apegados a las hojas, y aquellos gusanos tienen una sangre muy colorada, ésta es la grana fina que es conocida en esta tierra... A la grana que ya está purificada y hecha en panecitos, llaman grana recia o fina, véndenla en los tiánquez hecha en panes, para que la compren los pintores y tintoreros".(Fray Bernardino de Sahagún) Algunas tribus, incluso recogían las cochinillas en los días de grandes tormentas, para que no les pasara nada. Decían que su tintura era buena para evitar las picaduras de los mosquitos, aunque Humboldt dice que lo probó y le picaban igual. (Ignacio González) Desde la antigüedad, los colores púrpura y escarlata gozaron de especial atención en el mundo mediterráneo. El pensamiento mágico-religioso los asociaba a la realeza. El descubrimiento de ambos tintes se atribuye a los fenicios, que obtenían el primero a partir de caracoles marinos y el segundo de dos insectos, uno de ellos llamado quermes; de él deriva la palabra carmín. Con escarlata se teñían las túnicas de los legionarios romanos y posteriormente los trajes de la nobleza europea. Tal era la situación en Europa y en el Mediterráneo en el momento de la conquista de México. En 1523 España tuvo noticias de que allí se producía una sustancia a la que denominaron «grana» similar al La antigüedad del cultivo de la grana no se ha determinado con exactitud, aunque Clavijo y Humboldt suponen que se remonta al llamado período Tolteca, o sea, alrededor del siglo X de nuestra era. El primer envío a España se efectuó en 1526. La costumbre de algunos escritores españoles del siglo XVI de llamar «preciado fruto» o «semilla» al referirse a la grana, determinó que la mayoría de los europeos pensaran en un producto de origen vegetal. Esta confusión fue fomentada por España, con el objeto de dificultar la identificación del colorante, salvaguardando así el secreto de su monopolio. Esto fue tan eficaz como la estricta prohibición sobre la exportación de los insectos vivos. Debido a los intentos de emancipación de los pueblos americanos y ante el temor de perder tan preciado negocio, la grana cultivada se llevó a Cádiz y de ahí se trajo a las Islas Canarias entre los años de 1824 y 1827. Desde aquí se exportaron en 1869 seis mil toneladas y en 1876 siete mil toneladas. (Ossorio, Artesanía Canaria) En el año de 1820 llegaron desde México a Cádiz con dirección a su Sociedad Económica ocho nopales o higueras tunas de América, las que venían cargadas del insecto llamado Cochinilla. La Sociedad consiguió en el mismo año una generación numerosa, y en su consecuencia las Cortes mandaron por su decreto de 29 de Junio de 1822, que se excitase el celo de las Sociedades económicas de las otras provincias, que por su temperatura permitiesen el cultivo de este insecto. Ninguna parecía más a propósito que la de Canarias, y bien lo comprendió asi el canónigo de La Laguna D. José Quintero Estévez, a quien se le debe en gran parte el rápido vuelo que ha tomado en las islas la plantación de la Cochinilla. Este laborioso eclesiástico, verdadero amigo del país, hizo venir de Cádiz algunos insectos, y a fin de propagarlos practicó diferentes ensayos, todos con el mejor éxito, llegándose a persuadir que algún día constituiría, el cultivo de la grana, la principal riqueza de las Canarias. En el año 1825 los señores D. Juan Mengliorini y D. Santiago de la Cruz, que habían verificado igualmente sus ensayos en diferentes puntos de la isla de Tenerife, también con felices resultados, publicaron una memoria sobre el nopal y cria de la cochinilla de América, para el uso de los labradores canarios; cuya instrucción ha sido utilísima para el reducido cultivo de los primeros años de su propagación. Progresivamente se ha ido aumentando ese cultivo, y es llegado el presente año de 1846, en que un movimiento general como si fuera un golpe eléctrico, ha puesto en acción a todos los propietarios y labradores, que hasta ahora habían permanecido pacíficos espectadores, y ya no queda rincón en las islas en donde no se ensaye el cultivo de la grana. En tales circunstancias, haciendose en el día el cultivo por fanegada, creemos que será útil a los nuevos cultivadores indicarles las reglas que deben seguirse sobre el plantío del nopal, la propagación del insecto, su recolección, etc; pues a la verdad, la memoria de los Sres. Menglorini y Cruz es ya ineficaz, por hallarse contraidas sus observaciones al limitado cultivo que hicieron en macetas en años pasados.
Cría y recolección:
Orchilla:
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