América: Cambios:
Introducción de productos agropecuarios:
Numerosos productos vegetales han sido traídos de las Américas, sobre todo productos alimenticios. En primer lugar, el maíz y la patata se convertirán, el primero en la zona mediterránea, el segundo en la zona europea fría, en la base de la alimentación para miles de hombres y animales. Pero otros productos de consumo cotidiano tienen su origen en América: cacao, tabaco, tomate, tapioca y piña. De los textiles, el algodón y, en un grado menor, la lana de alpaca y el cáñamo. Para el futuro, un desarrollo todavía insospechado estaba reservado al caucho. Pero es quizá desde el punto de vista americano desde el que la conquista hará un papel capital: con excepción de la llama. América no producía ni bestias de carga, ni ganado de carne. España le proporcionó el caballo, el asno y el mulo, el buey, el cordero, la cabra y el cerdo, así como las palmípedas y gallináceas domésticas, a cambio de lo cual proporcionará el pavo a los corrales europeos. Así, Europa ha dado a América la carne y la fuerza motriz que le faltaba, haciendo posible, por verdadera paradoja, el desarrollo de una gran economía agrícola y de unos estados poblados. Europa le proporcionó también el vino. Sobre todo, Europa, gracias a España, lega a América la metalurgia del hierro, de manera que, en definitiva, fue América la que ganó con el cambio, como lo señala André Maurois en las primeras páginas de su Historia de los Estados Unidos. (Jean Amsler)
En las grandes planicies de la Pampa se multiplicaron los caballos salvajes dando origen al resistente caballo criollo, domado y empleado por indios y gauchos.
Extensas zonas con gran abundancia de agua lograron generosas cosechas con bajos costes de producción en cultivos como la caña de azúcar y el plátano.
En el siglo XX el transporte refrigerado permitió el suministro a gran escala de productos agrícolas a los mercados del hemisferio norte.
Durante el invierno muchos productos agrícolas interrumpen su producción y dejan de estar disponibles en el hemisferio norte.
Convivencia:
Las misiones de las órdenes religiosas introdujeron entre los indios nuevas costumbres.
(vivienda, educación, profesiones, organización civil, ritos religiosos).
Los encomenderos vieron con recelo los proyectos religiosos de vida comunitaria entre indios.
Los gremios profesionales españoles limitaron en un principio el ejercicio de artesanos indios cualificados.
La Corona se esforzó por sustituir en los cargos de las Audiencias a los deshonestos con afán excesivo de enriquecimiento.
La mezcla de razas fue acogida con una sorprendente liberalidad.
Las clases estaban divididas en estamentos diferenciados principalmente por el poder económico.
Descendientes de indígenas ocuparon cargos relevantes en la administración y en la milicia.
Agricultura precolombina:
La gran variedad de las condiciones naturales del continente produjo grandes diferencias culturales entre los pueblos precolombinos.
Algunas poblaciones del sur no llegaron a conocer la agricultura: pescadores del archipiélago fueguino (yananaes, alakalufes); cazadores de guanacos de la precordillera (tehuelches, puelches); tribus del Chaco y del sur brasileño que alternan caza y recolección. Los pueblos de las regiones tropicales y el este practican una agricultura itinerante de chamicera (mandioca, ñame, papa) repartidos en tres grandes grupos culturales: tupi-guaraní, arawak en el sur de la Amazonia (que fundan la civilización marajoara a orillas del Amazonas) y caribe al norte, que invaden las Antillas. A partir del segundo milenio la región andina practica una verdadera agricultura sedentaria, basada en el cultivo del maíz, que permite el florecimiento de civilizaciones evolucionadas.
El relieve accidentado de los Andes origina una fragmentación en pequeñas áreas culturales que se unifican tardíamente. Los distintos yacimientos de la zona de Paracas (Perú) indican un considerable nivel técnico que incluye la agricultura irrigada.
Los Paracas se establecieron en zonas poco aptas para la agricultura tradicional. Suplieron la escasa feracidad del terreno con técnicas como la de huachaques: hoyos hasta la capa freática y abono con materia orgánica y guano.
La cultura Mochica llevó agua captada en los Andes a zonas secas del litoral situadas a mucha distancia. Durante siglos lograron mantener la irrigación de zonas de cultivo sin causar la salinización del terreno.
En el siglo XV se vuelve a unificar la región andina bajo el imperio de los incas, procedentes del valle de Cuzco, que extienden un alto grado técnico en actividades como construcción o transporte.
|