Electrónica:
En 1820 André-Marie Ampère descubre el efecto que produce una bobina de conductor eléctrico en un experimento con corrientes circulares.
Dio a la configuración el nombre de solenoide y estudió sus características y comportamiento.
Se comportaba como un imán permanente, tenía una polaridad definida con un polo norte y un polo sur, la polaridad dependía del sentido de la corriente,
la intensidad del campo magnético dependía de la intensidad de la corriente y del número de vueltas del conductor por unidad de longitud.
Estas observaciones sentaron las bases para el desarrollo de la Ley de Ampère, que describe matemáticamente la relación entre la corriente eléctrica y el campo magnético que produce.
En 1825 William Surgeon construyó el primer electroimán funcional añadiendo una barra de hierro como núcleo.
El mecanismo crea una acción de atracción y repulsión capaz de generar un empuje o un golpe.
Una corriente eléctrica puede activar un electroimán distante para que actúe como disruptor, conector o activador de una alarma.
En 1879 Werner von Siemens presenta en Berlín una locomotora eléctrica experimental que recibía electricidad mediante un tercer riel.
En 1880 Edison patenta una versión mejorada de su bombilla incandescente de filamento de carbono.
En 1882 una central eléctrica de Edison ilumina una sección de la ciudad de Nueva York.
En 1882 Tesla construye el primer motor de inducción de corriente alterna.
En 1886 se construyen las primeras redes de corriente alterna, que, mediante el empleo de transformadores, es transportada eficientemente a grandes distancias.
En 1890 Herman Hollerith desarrolla la máquina tabuladora para procesar los datos del censo de EE.UU.
Aprovechaba los agujeros de fichas perforadas para activar y desactivar por contacto una breve corriente eléctrica.
Alambres con resorte cerraban el circuito eléctrico al encontrar una perforación.
Los pulsos eléctricos activaban un tipo de relé electromecánico que hacía incrementar un contador mecánico en forma de dial.
A finales del siglo XIX se aprovechaba el vapor de las calderas de tren para generar electricidad mediante una turbodinamo.
Se van reemplazando las lámparas de aceite por iluminación électrica en faros, cabinas y vagones.
Durante la década de 1990 los costes de mantenamiento hacen a las instalaciones de iluminación eléctrica más competitivas que el gas.
En 1912 se construye en Suiza una locomotora diésel para accionar un generador (dínamo) que a su vez alimentaba los motores de tracción. Este diseño diésel-eléctrico se convirtió en el estándar de las locomotoras modernas.
Hacia 1915 se va generalizando el empleo de baquelita como aislante. Su producción en masa avanza de forma acelarada al ser empleada en interruptores, enchufes, bases de bombillas, portalámparas, radios, teléfonos y mangos de útiles de cocina.
Segunda Guerra Mundial:
Entre los avances durante la Segunda Guerra Mundial están el empleo del teflón, rápidos sistemas electromecánicos de cálculo aplicados a disparos de artillería, radares que operaban en frecuencias de onda que proporcionaban mayor precisión, motores de alto rendimiento y nuevas aleaciones.
Para el proceso de enriquecimiento de uranio y control de combustible radioactivo se idearon dispositivos como contadores, cámaras de ionización y dosímetros.
El detector de anomalías magnéticas se empleaba para reforzar la seguridad de las bases navales y la guerra antisubmarina.
Se remolcaba desde la cola de aeronaves y se usaba para confirmar la posición de un submarino que ya había sido detectado por otros medios como el sonar.
El magnetrón de cavidad resonante es una válvula de cobre con vacío en el interior por donde los electrones viajan desde el cátodo hacia el ánodo sin colisionar con moléculas de gas.
Fue empleado para construir radares cada vez más pequeños y eficaces.
Los radares empleaban distintos tubos de vacío, en pantallas de visualización, triodos, tetrodos y pentodos utilizados para la amplificación y conmutación.
En los receptores de señales de radar se emplearon diodos de contacto puntual (semiconductores primitivos con silicio o germanio) como detectores.
Los proyectiles de la artillería aérea de los buques norteamericanos estaban dotados de espoletas de proximidad VT fuse [Variable Time fuse].
Poseían un radiotransmisor y receptor en miniatura basado en válvulas termoiónicas que emitía una señal de radio y esperaba una respuesta.
Cuando la señal rebotaba en el avión y regresaba con un cambio de frecuencia (efecto Doppler) y una intensidad suficiente, el circuito activaba el detonador.
La baquelita fue sustituida por una variedad de otros plásticos que ofrecían características distintas como flexibilidad y moldeabilidad.
Entre ellos están el PVC, Polietileno, resinas epoxi, melamina y resinas de silicona y poliéster.
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