PROYECTO SER
Verena



Sensaciones que el amor aporta:

  • Alegría.
  • Pertenencia. Trascender los límites de nuestra singularidad.
  • Se añade significado a la existencia.
  • Eleva el propósito de todo lo que se hace.
  • Cura las heridas de la infancia.

El amor como fuerza unificadora:
«...tendían a buscar una armonía y un respeto de todos los seres de la naturaleza, porque se fundamentaban en una metafísica del amor, que impulsa más que a conocer para dominar las cosas, a un saber viviendo con ellas». El hombre tiene algo de infinito en el conocer y en el amar. La voluntad divina se expresa como amor y es fundamento y finalidad de la creación. El verdadero poder es el del amor, única fuerza unificadora que comunica a los seres entre sí, a través de la verdad, el bien y la belleza, dando sentido y armonía a la vida.


Travesía:
De todos los lugares fascinantes que podemos visitar, de todos los caminos exóticos que podemos recorrer, el amor es la mayor aventura. Las vistas majestuosas que nos revelará no se encuentran fuera, sino dentro de nosotros. Nos mostrará las maravillas del corazón y la riqueza de nuestra capacidad para sentir. Nos abrirá los ojos a la verdad sobre quiénes somos y quiénes estamos destinados a ser. Al permitir que el amor nos toque, toca nuestro espíritu, y es una auténtica bendición. Se trata de un viaje que, una vez emprendido, nos transforma por completo de modo que ya nunca volveremos a ser los mismos. Como sucede con todas las grandes expediciones, la aventura del amor exige un gran valor, aceptar riesgos y cambios, crecer y, cuando se cree que ya se puede descansar, aún nos exige mayor crecimiento. Pero gracias a ese crecimiento, se recibe la recompensa de sentirnos plena y magníficamente vivos. Se siente mucho más de lo que se había sentido antes y, de ese modo, uno se convierte en algo más de lo que había sido antes. Cuanto más lejos y profundamente se avance en una aventura amorosa, tanto más claro se comprende que el verdadero destino no se encuentra en algún punto del futuro, sino aquí y ahora, y que el objetivo no consiste en llegar a ninguna parte, sino estar plenamente presente allí donde se está. Se llega a comprender así que amar no es algo que se haga para obtener un resultado, sino una acción que, en sí misma, nos colma de alegría y, por ello mismo, satisface su propio propósito en cada momento.

Alberoni | Libros


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