La "bandera general de la isla, el "estandarte y el guión real" es de tafetán blanco y azul y amarillo e con una cruz colorada.
Posiblemente al quedar en manos de Francisco de Valcárcel y de sus herederos, hasta la extinción de los cargos concejiles perpétuos en el siglo XIX, se fue perdiendo hasta la memoria la existencia de dicha bandera, la que, por la descripción que de la misma se hace, y que es la única que conocemos, ignoramos si las tres bandas de la misma eran horizontales o verticales, ni donde estaba colocada y de que clase era la "cruz colorada", si bien cabe pensar que fuera de la llamada de San Andrés o de Borgoña, enseña de la Casa de Austria, bajo la que seguramente comenzó a usarse, posiblemente sin autorización real, ni acuerdo del Cabildo, al menos que conste en sus actas.
El 25 del mismo mes de enero de 1561, el mayordomo del concejo, Juan Sánchez de Zambrana, entregó a Valcárcel el "estandarte real", que dice el acta "tiene de un cabo la imagen de la Virgen Nuestra Señora de Candelaria y de otra parte las armas reales y la punta larga, de tafetán colorado" y el "guión real", con "las armas reales de Castilla, bordado de oro e seda e plata y guarnición amarilla".
En opinión del Dr. Serra Ràfols pudiera ser venerable resto procedente del "estandarte real o del "guión real" el escudo que aún figura en el ángulo superior de la enseña que con tan honroso celo custodia el Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna y que se le conoce con el nombre de "pendón de la conquista". Las armas representadas corresponden a las de los Reyes Católicos.
El 31 del citado enero de 1561, el nuevo alférez mayor recibió, también de Zambrana, diversas banderas y escudos, que no describe el acta, y "dos cotas de terciopelo negro, con las armas reales bordadas en oro e plata e seda e dos mazas de palo doradas", que usaban en los actos solemnes los llamados "reyes de armas".
Conocemos algunos antecedentes de los primeros reyes de armas de Tenerife, descendientes de aquel Juan Negrín, que lo había sido en tiempo de Diego de Herrera y doña Inés Peraza, los que terminaron por apellidarse "de Armas", por el oficio que hereditariamente ejercieron.
Juan de Armas, nieto de Juan Negrín , hizo la proclamación en La Laguna de doña Juana la Loca y dice "me dieron los pendones por la reina doña Juana e me compusieron como rey, vestido con ropas de seda negra y escudo de armas reales de la dicha reina doña Juana e me mandaron que alzase pendones...".
Uno de sus hijos, Luis de Armas, "sacaba el pendón en la fiesta de San Cristóbal" y otro, Melchor de Armas, "sacaba el estandarte de cavallería " y pretendió que el Cabildo de la isla le entregase la bandera real y el pendón para hacer la proclamación de Felipe II, pero no lo consiguió.
El acto de la proclamación de este monarca en La Laguna tuvo lugar el 7 de junio de 1556 y del mismo se conserva un testimonio en el archivo municipal.
El pendón lo sacó en tal día a la plaza del Adelantado el regidor más antiguo, Pedro de Ponte, "para ser colocado en un cadahalso que hecho estaba en dicha plaza, en un mástil... junto a la bandera general de la isla".
Hoy se usa como bandera de la isla de Tenerife la que por real Orden de 30 de julio de 1845 fue fijada como distintivo de la matrícula marítima del puerto de su capital: "azul con aspas blancas, que tendrán de ancho una quinta parte del de la bandera.
La polémica del Pendón de la Conquista. Por Juan Melián (12/07/04):
Las banderas de La Laguna: Las referencias sobre el tema que he encontrado en los cronistas de los siglos XVI y XVII hablan repetidamente de la existencia de dos emblemas principales en las casas del Cabildo; el "pendón real" (o "estandarte real"), que es el que lleva los símbolos de la Corona -de damasco carmesí y en él esculpidas las armas reales"-, y la "bandera de la ciudad", que ha de ser la tricolor antes indicada. Estas son las enseñas que desfilan o "se alzan" en los actos oficiales solemnes(día de San Cristóbal, proclamaciones y otras festividades reales, etcétera) que se celebran en la plaza de San Miguel, conocida en la actualidad como del Adelantado. Para que se empiece a hablar de un supuesto Pendón de la Conquista hay que esperar a Viera y Clavijo, ya a fines del siglo XVIII, cuando en su novelada descripción del episodio de la ocupación de la isla -y, en consecuencia, con muy escasa veracidad histórica-, hace que, tomando Alonso de Lugo el "real estandarte de la conquista, lo tremoló , diciendo por tres veces en voz alta: Tenerife por los Católicos Reyes de Castilla y de León". Aparte de la confusión de León por Aragón, no deja de ser un pasaje atractivo para el inicio de un cuento infantil sobre los orígenes, pero totalmente inútil para la rigurosidad histórica en la que tenemos que empezar a desenvolvernos en estos tiempos. A partir de las cuatro únicas referencias de pasada que hace Viera y Clavijo del Pendón de la Conquista de Tenerife en su voluminosa Noticias de la Historia General de las Islas de Canaria, la leyenda, cual bola de nieve, fue con el tiempo incrementando los prodigios atribuidos al supuesto estandarte conquistador. Uno de los más conocidos es el creado para magnificar los orígenes del lienzo, para lo que se invoca la actuación de las mismísimas manos de Isabel la Católica , quien se habría encargado de su confección y bordado, cual preclara e insigne precursora de los conocidos cursos de la Sección Femenina franquista. Otro suceso inventado alrededor del inventado pendón ,fueron las peripecias sufridas a lo largo de la Conquista, ya que pretendidamente fue perdido -o arrebatado, según el color del cuentacuentos de turno- en la batalla de Acentejo y luego recuperado brillantemente, como no podía ser de otra manera, en las laderas de la lagunera montaña de San Roque en otra de las trifulcas de la época. En suma, que mucha gente ha vivido, durante varias generaciones, dando por descontado la veracidad de todas estas supuestas batallitas alrededor de esta enseña. Volvamos, pues, a la pregunta inicial, si el Pendón de La Laguna no es un pendón de conquista, ¿qué es?
Enseña histórica de la isla: (*) El Pendón de Castilla que se mostraba en una vitrina en la Iglesia de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife, por su significación política fue objeto de un plan de secuestro en 1977. Según un artículo de A.Herrero y D.Millet el comando que constituía el Erelca (grupo radical de tendencia anarquista) estaba en contacto con Cubillo y es descrito como 'casi integrado en el MPAIAC' en ese momento (enero 1977). Con la detención en 9 días del grupo se incautaron los planes en los que trabajaban, que incluían el robo de explosivos, voladura de repetidores y secuestro de un mando militar. El detenido con las banderas en Los Rodeos planeaba viajar a Argel vía Zúrich. Los integrantes de la banda armada salieron de prisión en sólo 2 meses. En 1977 se entendía que convenía aplicar una generosa amnistía por delitos con fines políticos. De cara a la opinión pública, secuestrar (por error) una bandera española de las milicias defensoras tinerfeñas no fue algo bien acogido. La segunda bandera secuestrada durante unos pocos días fue la enseña de gala de la fragata británica Emerald, participante en el intento de asalto de Nelson (1797). En marzo estalla el artefacto de la floristería de Gando y la imagen del movimiento experimenta un abrupto cambio. (*) En enero de 1977 era gobernador civil Mombriedro de la Torre y ejercía como alcalde accidental de Santa Cruz Álvaro Acuña Dorta. (*) En 2013 el Ayuntamiento de Betancuria decide por unanimidad suprimir el desfile del Pendón de la Conquista durante la celebración de la fiesta patronal de San Buenaventura. Tradicionalmente, durante la procesión del santo, el estandarte desfilaba por las calles de la villa histórica portado por un concejal o un consejero del Cabildo, acompañado por un desfile militar. Las fiestas en honor a San Buenaventura conmemoran la fundación e integración de Betancuria en la Corona de Castilla a comienzos del siglo XV. En otras islas la presión social contra este tipo de actos consiguió algunas supresiones de actos, que en el caso de Betancuria hubiese sido el 609 aniversario de la Conquista. El alcalde explicó que entendemos que el Pendón evoca el sometimiento de un pueblo, el aborigen, por los conquistadores [...] la desvinculación de la Iglesia y del Cabildo de esta ceremonia, que tradicionalmente han organizado y protagonizado, evidencia un rechazo a la misma. Se trata de una explicación que atribuye a la Iglesia la voluntad de desvincularse de una tradición de seis siglos. La importancia de la isla se vio reforzada con la erección del Obispado de Fuerteventura (1424), que tenía su sede en la Parroquia Matriz de Santa María de Betancuria. Existía desde 1404 la Diócesis del Rubicón (Lanzarote) pero los conflictos de la época que de igual manera mezclaban política con autoridad eclesiástica, dieron pie a una polémica y efímera decisión del papa recién regresado a la sede de Roma.
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