Submarinismo
Ventilación líquida



Ventilación líquida: respirar sumergido:
El aire que introducimos al respirar contiene un 20,93 por ciento de oxígeno y un 0,03 por ciento de dióxido de carbono. Al espirar, el dióxido de carbono se ha elevado a un 4 por ciento, mientras que el oxígeno sólo queda en un 16 por ciento.

Comentando acerca de Drowned Alive, de David Blaine surgió el tema del «líquido ese que salía en Abyss en el cual era posible respirar» y sobre el que recuerdo haber leído hace años en un número de Selecciones Reader's Digest de mi padre. El artículo contaba la historia de un tipo que cayó a una charca y estuvo a punto de morir ahogado. Le rescataron pero a aún habiéndole extraído el agua de los pulmones había tragado fango que se había alojado en los pulmones impidiéndole respirar con normalidad. Al final se salvaba después de que los médicos le llenaran y drenaran repetidamente los pulmones con ese líquido experimental que a la vez que se los limpiaba extrayendo los sedimentos le proporcionaba oxígeno.

Volviendo a la película Abyss, la secuencia en la que un ratón es capaz de sobrevivir estando sumergido en un líquido rico en oxígeno es bastante real, tal y como se indica en el séptimo punto de Trivia for The Abyss. Ese tipo de líquido permite la ventilación líquida, que básicamente consiste en respirar en un medio acuoso y no en el aire (como es lo normal para las personas). La respiración en el líquido es real. Se utilizaron cinco ratas para otras tantas tomas, y todas ellas sobrevivieron. La rata de la toma que finalmente salía en la película murió por causas naturales unas semanas antes del estreno de la película. La ventilación líquida se utiliza de manera experimental desde hace años en tratamientos médicos, especialmente en los recién nacidos con problemas respiratorios diversos como la formación no completada de pulmones; también es aplicable excepcionalmente en casos de personas víctimas de accidentes como el anteriormente descrito o víctimas de incendios cuyas vías aéreas quedan dañadas por el calor del fuego. Se considera que en el futuro también podría utilizarse en buceo a grandes profundidades y podría ser útil en viajes especiales.

Los primeros estudios sobre este tipo de líquidos salinos saturados con oxígeno la inició el Dr. J. Kylstra a mediados de los años 60 [más en Liquid breathing], y se trata de un líquido de la familia de los perfluorocarbonos enriquecido con oxígeno. Este compuesto es conocido por tener una alta solubilidad para el oxígeno y el anhídrido carbónico. Además de su uso en ventilación líquida, los perfluorocarbonos están siendo investigados como medios de contraste para procedimientos radiológicos diagnósticos y como sustitutos artificiales de la sangre. De modo que además de permitir la absorción del oxígeno (que contiene en gran cantidad) extrae el dióxido de carbono del cuerpo, cuya acumulación en el cuerpo es la principal cuasa de daños si no hay una ventilación efectiva. Tal vez si David Blaine lo hubiese utilizado podría haber llegado a los quince minutos sumergido, que no habría estado nada mal.
(*) Aclaración sobre la respiración de los fetos: [...] no respiran, es decir no obtienen oxígeno y expulsan dióxido de carbono, a través del medio acuoso dentro del útero. Ese medio acuoso es el líquido amniótico y, aunque esté en contacto con los pulmones y tenga algún pequeño porcentaje de O2 y CO2 no respiran a través de él. Los fetos «respiran» gracias a los vasos del cordón umbilical que es por el cual reciben O2 y expulsan C02.
(Autor: Nacho: www.microsiervos.com/archivo/ciencia/ventilacion-liquida.html)

► Los pilotos de aviones espía como el U-2 (1955) llevaban un traje similar al espacial. Se suministraba el oxígeno al piloto a través del traje, que servía como protección en caso de una pérdida de presurización de la cabina. El contenido de nitrógeno en la sangre representaba un serio problema. Los pilotos se enfundaban el traje una hora antes del despegue y comenzaban a respirar oxígeno. Se buscaba así impedir la hipoxia y reducir la posibilidad de síndrome de descompresión.


Presión:
Una atmósfera, unidad de presión, equivale al peso de la atmósfera a nivel del mar sobre una superficie de un metro cuadrado. A 10 metros de profundidad el agua ejerce una presión equivalente a una atmósfera más, el peso añadido de otros 800 km de aire. Los organismos que viven a profundidad están adaptados para soportar enomes presiones sobre su cuerpo. El cuerpo humano ya siente una presión molesta en los oídos al sumergirse a 2 metros. A 170 metros de profundidad las consecuencias son fatales. Al descender en coche desde una zona montañosa experimentamos un ligero aumento en la presión. Los tímpanos tardan un tiempo en adaptarse al aumento de presión causado por tener mayor cantidad de aire sobre nosotros.

Gases: Leyes:
Ley de Boyle-Mariotte: A temperatura constante el volumen de un gas varía de forma inversa a la presión absoluta. Ley Henry: la cantidad de cualquier gas que se disuelve en un líquido a una temperatura determinada esta en función de la presión parcial del gas que está en contacto con el líquido, y del coeficiente de solubilidad de dicho gas. Ley de Dalton: la presión ejercida por una suma de gases es igual a la suma de las presiones que serían ejercidas por cada uno de los gases si estuvieran aislados y ocupasen el volumen total.


Apnea: Marcas:
Natalia Molchanova logró superar la marca de los 101 metros en septiembre de 2009. La inmersión con aletas tuvo lugar en Sharm el-Sheik, Egipto, y le llevó 3 minutos y 56 segundos. La apneísta rusa desapareció en agosto de 2015 durante una inmersión en Formentera. Alexey Molchanov, uno de sus dos hijos, posee el récord masculino de inmersión con aletas, con una marca de 128 metros. El récord con tanque de oxígeno, 332 metros, está en manos del egipcio Ahmed Gabr. Lo alcanzó en septiembre de 2014 en aguas del mar Rojo, tras un descenso de 15 minutos. La necesaria descompresión demoró el regreso a la superficie 13 horas. Un ejemplar del cetáceo Pseudoliparis amblystomopsis fue avistado a una profundidad de 7,7 kilómetros. Una investigación del Woods Hole registró la señal de un Ziphius cavirostris a casi 2.000 metros de profundidad. Este zifio de Cuvier puede permanecer sin respirar 85 minutos.


Clubs de actividades subacuáticas:
El buceo como práctica recreativa requiere de material se cierta sofisticación e instalaciones que faciliten algunas tareas. Asociaciones y clubs surgen como ayuda al almacenaje, transporte y cargado de botellas. En Canarias los aficionados al submarinismo fueron testigos en primera fila de la desaparición de peces y sebadales y la proliferación del erizo Diadema antillarum. Los submarinistas están plenamente concienciados de los daños que causa el desarrollo económico descuidado en el litoral. Son colaboradores habituales en las campañas de limpieza submarinas. Su concepto casi místico del Azul les lleva a apoyar las actividades recreativas en el mar que respetan la vida de las epecies. Están convencidos del superior valor de los ejemplares vivos frente a la capturas.


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