DOCUMENTOS
Noam Chomsky



Noam Chomsky (1928):
Se licenció en Lingüística por la Universidad de Pensilvania. Se le considera el fundador de la gramática generativa transformacional, sistema que revolucionó la lingüística a partir de una original teoría: el lenguaje es consecuencia de una facultad humana innata y, por tanto, la finalidad de la lingüística es establecer la gramática universal. En 1955 se incorporó al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde desarrolla su actividad como profesor y escritor. De entre sus obras cabe destacar Estructuras sintácticas (1957), Aspectos de la teoría de la sintaxis (1965) y Language and Responsability (1979). Además de sus decisivas aportaciones a la teoría del lenguaje, Noam Chomsky es también conocido por sus incisivos análisis sobre la sociedad, la economía y la política mundial que ha reflejado en obras como La segunda guerra fría (1984), La quinta libertad (1988), El miedo a la democracia (1992), el nuevo orden mundial (y el viejo) (1996), y 11/09/2001 (2002).

11 de septiembre:
Lo singular del 11 de septiembre -y se trata de algo único, de un acontecimiento histórico- es la dirección en que apuntaron las armas. Europa y sus vástagos, como Estados Unidos, han estado haciendo durante siglos esa clase de cosas a otros países, pero nadie se los había hecho a ellos. El Congo no invadió Bélgica; la India no invadió Inglaterra; ni las Filipinas invadieron Estados Unidos. Es la primera vez que los acontecimientos han ido en otra dirección, y ése es el motivo de que Europa se sienta tan aterrada. Se supone que es algo que hacemos a los demás, y no algo que los demás nos hacen a nosotros. El horror de Europa ante el atentado del 11 de septiembre no se debe a que sus actuales medidas políticas puedan provocar la hambruna, según sus propios supuestos, de cientos de miles o quizá millones de afganos inocentes, que no son talibanes sino víctimas suyas. El hecho de que quizá los condenemos a morir de hambre no constituye un problema. En realidad, esa es nuestra vocación histórica para con el Tercer Mundo. Pensemos, al fin y al cabo, en Inglaterra, que gobernó esa región en la década de 1929 y utilizó gas venenoso y armamento aéreo para someter a lo que ellos llamaban tribus incivilizadas, integradas por afganos y kurdos. Digamos de paso que el autor de aquello fue Winston Churchill. Se trata, pues, de nuestra vocación, desde luego, y la gente no le presta la menor atención. Sin embargo, cuando las armas apuntan contra nosotros, la cosa se convierte en un enorme problema. (Chomsky)

Motivos del atentado:
Las razones de las redes terroristas que la CIA ayudó a organizar, armar y entrenar no son que nos odien porque defendamos "un nuevo orden mundial del capitalismo, el individualismo, secularismo y democracia" sino las políticas paralelas de Washington de apoyo a la brutal y dura ocupación militar de Israel y de devastación de la sociedad civil en Iraq, con cientos de miles de muertos, reforzando al mismo tiempo a Saddam Hussein, quien se sabe perfectamente que recibió considerable apoyo de Washington y Londres durante el período de sus peores atrocidades, incluyendo el ataque con gas contra los kurdos y otros. Entre la inmensa masa de gente pobre y sufriente, los sentimientos similares son mucho más amargos, y tampoco les satisface ver que la riqueza de la región fluya a Occidente, a las pequeñas élites orientadas hacia Occidente y a los gobernantes corruptos y brutales que son respaldados por el poder occidental.

Los centros de poder represores aprovecharon el atentado para incrementar la represión sin críticas. Los que defienden el uso del terrorismo forman un grupo poco numeroso. No hay razón para no contemplar las atrocidades que han cometido los países occidentales. Debemos prestarles atención y evitar que sucedan. La solución del terrorismo es muy simple, hay que empezar por dejar de participar en él. El modo de vida occidental incluye una gran variedad de elementos, muchos altamente admirables, muchos adoptados con entusiasmo por el mundo islámico, muchos criminales, y que constituyen incluso una amenaza para la supervivencia humana.


Prólogo de Dos horas de lucidez:
Una de las primeras lecciones que nos enseña Chomsky es que no hay que creer en las ideas establecidas, no hay que creer a primera vista las afirmaciones que uno oye. Nunca hay que dar nada por supuesto. Es preciso contrastar las afirmaciones, reflexionar, pensar con criterios propios. Liberarse de lo sabido... "No pretendo obligar a la gente a creerme"..."cuando una persona decide actuar por sí misma y utilizar su inteligencia, puede entender mucho de lo que se oculta tras el mundo político y social".

La obra de Noam Chomsky analiza de forma lúcida y rigurosa la política norteamericana contemporánea, y en especial la ideología y el papel que desempeñan los intelectuales y los medios de comunicación en las democracias occidentales. Sus textos están repletos de observaciones siempre lúcidas sobre la conflictiva época en que vivimos: "Hay que desviar a las masas hacia objetivos inofensivos, utilizando la gigantesca propaganda orquestada por el mundo empresarial (norteamericano en un 50 por 100), que destina unas sumas y una energía enormes a convertir a las personas en consumidores atomizados (aislados unos de otros y sin la menor idea de qué es una vida digna) y en dóciles instrumentos de producción, eso cuando tienen la suerte de encontrar empleo. Básicamente se trata de destruir los sentimientos humanos normales, ya que son incompatibles con una ideología al servicio de los privilegiados y del poder y que eleva el interés individual a la categoría de valor humano supremo".

Hable de lo que hable, ya sea (sin ninguna pretensión de ofrecer una relación ordenada) del poder de la banca, la anormal autonomía de los bancos centrales, la oligarquía financiera y económica, los intereses económicos que obligan a recurrir a la guerra antes que a la diplomacia, el terrorismo estadounidense, el nuevo cometido de las multinacionales y sus estrategias ocultas, los códigos mediáticos utilizados con finalidades propagandísticas, el papel de los intelectuales en la democracia, la necesidad vital de mantenerse siempre informado... es uno de los últimos escritores y pensadores vivos auténticamente rebeldes del milenio que acabamos de estrenar. (Denis Robert)


Medios de comunicación:
Los estados han tenido que transformar sus sistemas de control cambiando la violencia por la manipulación. La mayoría de los intelectuales son servidores del poder. Son los que escriben la historia. En su gran mayoría apoyaron la invasión de Iraq. Las estructuras organizadas de la izquierda organizada no ejercieron una oposición clara. Las atrocidades de la invasión de Timor oriental por Indonesia fue silenciada por los medios de comunicación occidental por la venta de armas occidentales a Indonesia. La manipulación sigue siendo efectiva a pesar de la diversidad de los medios y del creciente papel de Internet. Los medios son propiedad de poderosos empresarios y se agrupan en conglomerados multimedia que comparten el método de difusión sesgada. Sistema educativo coarta la noción de lo que los profesionales pueden decir.

Los estados:
No son agentes morales. Ninguna superpotencia ha tratado nunca a los demás basándose en valores humanos. Todo sistema de poder se describe como profundamente humano y que persigue los valores más elevados. Los intelectuales de la élite conducen un coro de auto-adulación sin críticas.

Opinión pública:
La conciencia de la población norteamericana ha experimentado una considerable mejora en los últimos años. Es un notable avance la aparición de los movimientos feministas y ecologistas y de solidaridad con el tercer mundo en los últimos 20 ó 30 años. La gente pone muy en duda lo que los políticos occidentales dicen en los medios de comunicación. Se produjeron manifestaciones masivas que se oponían a la invasión de Iraq antes de producirse. La mejor estrategia de los ciudadanos debe ser organizarse en todos los niveles.

Países enemigos:
Principales perdedores de los planes del gobierno norteamericano: Afganistán, Iraq, Irán, Palestina. Entre la población de los países árabes crece la creencia de que el gobierno norteamericano [estado como centro de poder] respalda regímenes que restringen libertades civiles y el desarrollo.

    La histeria de guerra aumenta en intensidad a medida que subimos en la escala social. Aquellos cuya actitud hacia la guerra es más racional son los súbditos de los territorios disputados. Para estas gentes, la guerra es sencillamente una calamidad continua que pasa por encima de ellos con movimiento de marea. Para ellos es completamente indiferente cuál de los bandos va a ganar. Saben que un cambio de dueño significa sólo que seguirán haciendo el mismo trabajo que antes, pero sometidos a nuevos amos que los tratarán lo mismo que los anteriores. (George Orwell, 1984)

Globalizacion:
Tal como ha sido diseñada la globalización no es un sistema libre sino mixto. Está siendo un obstáculo para la igualdad. El apoyo incondicional de la prensa ha sido escandaloso. Ocultan los numerosos inconvenientes que sufren los más humildes en favor de las clases privilegiadas. NAFTA para México supone una nueva colonización.


El Partido Laborista británico y la herencia de Margaret Thatcher:
La evolución de Gran Bretaña desde 1997 se caracterizan por la reforma del estado del bienestar, la modernización del sistema político, la descentralización administrativa y una mayor implicación en el escenario internacional. Destacó la consolidación del proceso de paz en Irlanda del Norte. La gestión económica supuso uno de los aspectos más positivos del laborismo. Se continuó con el crecimiento, se controló la inflación, se redujo el paro, se implantó el salario mínimo (1999) y se revalorizaron las pensiones más bajas. Tardaron en apreciarse los resultados de las medidas para paliar los efectos de la fractura social que hundía sus raíces en la revolución conservadora de la época de Margaret Thatcher, en cuya época fueron desmanteladas las políticas de asistencia estatal. En 1998-1999, cerca de un 25% de la población (unos 14 millones de personas, entre ellos más de 4 millones de niños) vivía en la pobreza (determinada por un nivel de ingresos inferior al la mitad del promedio nacional). El laborismo tuvo que enfrentarse al deterioro de la sanidad y la educación para lo que el gobierno recabó la inversión privada a través de la llamada iniciativa financiera privada, que fue objeto de intensas controversias en el seno del Partido laborista, cuya ala izquierda se oponía también a las medidas de flexibilización del mercado laboral.

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