Decadencia económica de la España de los Austrias (s.XVII):
Errores del capitalismo estatal:
- La política interior se orientaba a la obtención de dinero para los crecientes gastos.
- La corte representaba una carga excesiva.
- Los grandes recursos, las Indias, estaban monopolizadas por el Estado.
Algunos sectores económicos fueron entregados a manos extranjeras. Los extranjeros establecidos en Sevilla acabaron por controlar el Comercio. En los últimos años del s.XVII, de 53 millones de libras de mercancías llegadas a la Península, sólo 2,5 estaban consignadas a mercaderes españoles. Esto se debía a la incapacidad industrial del país. España importaba productos manufacturados por un valor doble de los que exportaba. El negocio lo hacían los extranjeros, que vendían y se llevaban la
plata. La escasa producción española resultaba mucho más cara que la extranjera. El dinero que se ingresaba en las arcas del estado se lo embolsaban los prestamistas y mercenarios que peleaban en los frentes.
- La burocracia era incontable. Existían innumerables departamentos. Un quinto de la población vivía a expensas de la Hacienda pública como cortesanos y funcionarios.
- El régimen fiscal era oneroso para el pueblo. La exención de impuestos motivó muchos ingresos en el clero. La política del duque de Lerma (valido de Felipe III, en el trono 1598-1621) fue corrupta, nepotista y esclava de intereses particulares. Existían aduanas y peajes interiores que encarecían el comercio intercomarcal.
- Decayeron la agricultura (siempre pospuesta a la ganadería) y la artesanía.
La Mesta, sociedad de ganaderos nobles, consiguió el restablecimiento de sus antiguos privilegios (1633). Era aliada de la Monarquía a la que prestaba dinero.
Ya en el siglo XVI, con Carlos V y Felipe II, la Mesta experimenta una nueva etapa de expansión económica. Se establecen dos rutas para el transporte por vía marítima de los vellones o cargamentos de lana esquilada: la primera parte de los puertos de Levante y tiene como destino los centros manufactureros del norte de Italia; la segunda enlaza los puertos cántabros con Francia, Inglaterra y Flandes, donde existen factorías de comerciantes ibéricos.
Aunque el reinado de los Austrias menores coincide después con un período de decadencia de la actividad mesteña, con los primeros Borbones experimentará un renovado auge. En 1765 se alcanza el techo numérico de cabezas trashumantes en toda la historia del Honrado Concejo: nada menos que 3.500.000 ovejas.(Castiñeira)
La enorme inflación hizo subir los salarios y las manufacturas propias dejaron de ser competitivas.
Se clausuraron las industrias pañeras de México y Perú para no estorbar el mercado de las de la península.
- La mentalidad era poco emprendedora.
Entre la población se daba la antipatía al trabajo y al comercio. Se valoraba en exceso la honra, la limpieza de sangre y se ansiaba formar parte de la nobleza.
Los ingresos en el clero aumentaban las clases improductivas. Estructuras sociales muy rígidas. El latifundio, el mayorazgo y la centralización eran trabas al desarrollo.
- Los gremios se convirtieron en oligarquías monopolizadoras.
Su egoísmo paralizaba la actividad laboral. Se transformaron en sociedades cerradas. Se eludía la competencia. Practicaban el nepotismo. Sufrían las consecuencias del control estatal.
- Reducción de las remesas de oro y plata por agotamiento de las minas:
Hacia 1630 se manifestó un agotamiento de las minas, que no fue superado hasta el
descubrimiento de los yacimientos brasileños, en 1680. Como ejemplo desde 1591 a 1595 se habían importado 35 millones de pesos, el máximo; de 1631 a 1635, unos
17 millones; de 1660 a 1665 medio millón.
- Asaltos de la piratería que causaban grandes pérdidas.
Corsarios y piratas ingleses, y sobre todo holandeses desde 1620. En las Antillas los filibusteros o bucaneros, asentados en la isla de Tortuga, y respaldados por los ingleses desde Jamaica y los holandeses desde Curaçao, saqueaban las ciudades costeras y acechaban el tráfico intercolonial. Los pesados galeones españoles eran más lentos que las modernas naves de sus enemigos.
- Se empleó el recurso de depreciar la moneda, acuñando moneda de vellón (cobre).
- La expulsión de los moriscos (descendientes de los moros y bautizados), en 1609, causó un abandono y despoblación de enormes consecuencias.
- Participación en multitud de frentes militares:
- Pérdida de Holanda (1648)
1609 Tregua de los Doce Años.
1621 Fin de la tregua. Muere Felipe III.
1629 Holanda se va apoderando de colonias portuguesas.
1639 Derrota naval de Las Dunas: Tromp aniquila la escuadra castellana.
1643 Derrota de Rocroi, la intervención francesa es decisiva
1643 Cae Olivares
1648 Derrota de Lens ante Condé y Turena.
- Guerra de los Treinta Años (1618-1648):
La guerra más cruel que se recuerda.
Destacó el fanatismo religioso y la codicia de mercenarios.
Se empleó como instrumento el terror, el hambre y la enfermedad.
Alemania perdió más de dos tercios de su población.
Arrasar Magdeburgo en 12 horas produjo 30.000 víctimas.
- Levantamiento secesionista en Cataluña (1640):
1626 Cataluña no accede a la ayuda económica solicitada por Olivares para la guerra europea.
1635 Tropas castellanas y extranjeras son enviadas a ocupar Cataluña. Richelieu alienta la sublevación.
Luis XIII fue nombrado Conde de Barcelona (la máxima autoridad que reconocían los catalanes).
1652 Se rinde la capital. El levantamiento causó un empobrecimiento profundo.
1659 Francia renuncia a alentar las rebeliones en Cataluña con la Paz de los Pirineos.
- Levantamiento secesionista en Portugal (1640):
La población estaba irritada por las exigencias fiscales.
España no había evitado las usurpaciones de muchas factorias en Oriente por parte de Holanda.
La gente se amotinó ante el decreto de Olivares para reclutar hombres que reprimieran la sublevación de Cataluña.
Contaron con la ayuda de Richelieu e Inglaterra.
1659 Francia renuncia a alentar la sublevación de Portugal.
1665 Derrota de Villaviciosa.
1668 Carlos II reconoce la independencia de Portugal.
- Guerra con Francia (1635-1659):
1635 Richelieu declara la guerra a España.
1648 Derrota de Lens.
1659 Paz de los Pirineos.
Escasa fortuna con los validos, muchas veces promovidos por simpatías personales.
La población disminuyó entre 1600 y 1700 en dos millones de habitantes (de ocho millones a seis) por la emigración a América y las guerras del siglo anterior
Carlos II, último Habsburgo:
Sus prendas resultaban, tras un detenido examen, decepcionantes. El pobre rey, el centro de todas las esperanzas, resultó ser un enfermo raquítico y un débil mental, la última rama marchita de un linaje degenerado. Su madre, la reina Regente Mariana, estaba totalmente desprovista de capacidad política. Su hermanastro, Don Juan José de Austria, hijo ilegítimo de Felipe IV, se autoconvenció y consiguió convencer a muchos otros de que era un nuevo Don Juan, nacido para la salvación de España. Su padre, más inteligente, tuvo la precaución de excluirle del Gobierno que legó a Carlos II. Este estaba formado por un cuerpo cuidadosamente seleccionado de cinco ministros, que actuaban como Junta de gobierno, para asesorar a la Reina Regente, hasta que el rey alcanzase la edad de catorce años.
[...]
La debilidad de Castilla, en realidad hizo del reinado de Carlos II la edad dorada de las clases privilegiadas de las diferentes provincias de la Monarquía. En España y en Italia, los fueros de las provincias recibieron un nuevo soplo de vida; en América la aristocracia colonial pudo reunir grandes propiedades, sin tropezar con la interferencia de un gobierno central que, durante el siglo XVI, había luchado tan denodadamente para conservar un control efectivo sobre sus nuevas posesiones.
(Helliott)
Su reinado duró 35 años.
Pésima administración de los Austrias:
Bajo este último [Carlos V], el Estado, gracias al fuerte impulso que había recibido, avanzó en el camino de la prosperidad, pese a la ignorancia y la mala administración de aquellos que lo guiaban... No hay otro país que haya sido culpable de experimentos tan salvajes o que haya demostrado, en general, tan profunda ignorancia de los verdaderos principios de la ciencia económica como España bajo el cetro de la familia de Austria. (Prescott, History, 1838)
Interpretaciones sobre la decadencia: La incapacidad de España:
Es evidente que el rico tapiz de territorios unidos gracias a la herencia bajo la soberanía de Fernando de Aragón y de los primeros Habsburgo comenzó a desmoronarse hasta que, llegado el siglo XVII, ya estaba en franca decadencia. Movidos por la convicción de que España, o Castilla, había creado ese tapiz, financiado sus gastos, ganado sus batallas y poblado sus colonias, y de que los escritores castellanos desde el siglo XVII parecían estar de acuerdo con ellos, no dudaron en afirmar que la decadencia del imperio era una consecuencia de la decadencia de la propia capacidad de España. En resumen, no había diferencia entre la decadencia de España y la decadencia de su imperio. Claro que este punto de vista era intensamente nacionalista, dado que identificaba a España con el crecimiento del imperio. El mito de una España que todo lo conquistaba fue un componente esencial. De esta sencilla premisa se desprendió una enorme cantidad de conclusiones, pero la más importante fue ésta: España había desperdiciado su fuerza de trabajo y sus enormes riquezas en guerras infructuosas en lugar de invertir ese dinero en mejoras, arte, ciencia y cultura. (Henry Kamen, Del imperio a la decadencia)
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Gestión ineficiente de validos y ministros:
El duque de Lerma ejerció un poder absoluto entre 1598 y 1618. Mantuvo separado a Felipe III (rey de 1598-1621) por una barrera impenetrable. Se apoyó a su vez en sus propios validos, especialmente en Rodrigo Calderón. A su muerte, tras 20 años en el poder, le sucedió su hijo, el duque de Uceda.
La política imperialista de Olivares (valido de Felipe IV, en el trono 1621-1665) fracasó. Fue sustituido por el menos ambicioso Luis de Haro por presiones de Isabel de Francia, los perjudicados que acumuló, sus gravísimos errores y su deterioro físico y mental. Durante el mediocre reinado de Carlos II (1665-1700) el jesuita Everardo Nithard, confesor de la regente María de Austria y una de las pocas personas en las que ésta confiaba, se convirtió en valido y entró en la Junta de Gobierno. Abandonó el país por las muestras de ira del pueblo y la nobleza, que pretendía colocar a Juan José de Austria sin lograrlo. Fue promovido Fernando de Valenzuela, llamado el duende de palacio, que ascendió desde el puesto de criado de confianza y encontró la oposición de la nobleza.
● [Últimos días de los monarcas Trastámaras] En vez de dedicarnos a lo nuestro, a romper el espinazo de nobles —que no pagaban impuestos— y burgueses atrincherados en fueros y privilegios territoriales, y a ligarnos reinas y reyes portugueses para poner la capital en Lisboa, ser potencia marítima y mirar hacia el Atlántico y América, que eran el futuro, nos enfangamos hasta el pescuezo en futuras guerras de familia y religión europeas, donde no se nos había perdido nada y donde íbamos a perderlo todo. (Pérez-Reverte, 2013)
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