Los vigilantes de la playa. Por Jorge Riera:
Creada hacia finales de los años ochenta, Los vigilantes de la playa no alcanzarían el éxito hasta su segunda temporada. Tal fue el fracaso de sus primeros episodios que la cadena que la emitía, la NBC, decidió retirarla de antena en 1990. No obstante, el actor David Hasselhoff decidió encargarse de buena parle de la producción ejecutiva hasta elevarla al primer peldaño del pedes tal de la audiencia, convirtiéndola en el serial catódico más visto de todo el mundo (203 millones de espectadores repartidos en 103 países). Las razones del colosal éxito de Los vigilantes de la playa ya las han apuntado reiteradamente revistas como Fantastic Magazine o Primera Línea cada vez que llega el verano y deciden escribir un reportaje sobre la serie, impulsados por la nueva tanda de episodios que Antena 3 suele ofrecernos. Un servidor hará lo mismo.
Hasselhoff no tardó en averiguar de qué manera atraer la atención del público potencial de la serie: basaría su atractivo en la superficialidad, en la carencia de cual quiera muestra de talento. Porque más allá de los cuerpos diez y los carrerones por la arena costera no divisamos nada. Estas son las tres características básicas de Los vigilantes de la playa:
Curvas: suelta al mujerío por la playa y tendrás el sueño hecho realidad de todo macho heterosexual que se precie: hembras tomando el sol. Si además están repletas de bultos y medidas proporcionadas, no los lograrás apartar del televisor ni un solo instante. Con los hombretones en bañador, tres cuartos de lo mismo. Niños bien salidos del gimnasio de la esquina, carne de quinceañeras ansiosas por renovar sus ídolos juveniles.
Videoclips: música con ritmo para acompañar los rescates acuáticos y demás trajines estivales de los socorristas de turno. Montajes vertiginosos y retoques de las escenas. El culto a la imagen porque sí.
Amor: ecologismo, patriotismo, camaradería... Pese sus defectos, todos los buenos son muy buenos y los malos acaban pudriéndose en la cárcel. En cada episodio aprendemos algo y nuestros padres creen estar haciéndonos un favor al dejarnos ver, tarde tras tarde, esa serie atiborrada de gente civilizada que intenta inculcarnos unos modales honestos. Mientras, nosotros frotamos nuestros paquetes con ahínco al son de las neumáticas cualidades de sus protagonistas femeninas. También es obligado mencionar a las chicas-cañón más importantes que han pasado por la serie y al único personaje masculino que ha trascendido entre el público. En ellos, en su imagen trotona, radica el secreto más esencial de Los vigilantes de la playa:
David Hasselhoff: a los ocho años, era muy feo. Ahora, con 45, se rodea durante todo el día de algunas de las mozas más exuberantes del planeta tierra y luce músculos en la playa y en la televisión frente a miles de lujuriosas admiradoras. Atrás que dan los días en los que el bueno de Hasselhoff se dedicaba a lo que mejor sabe hacer: fregar platos y servir comidas en un restaurante, lugar donde un cazatalentos le descubriría para acabar conduciendo un coche que hablaba y todo, El coche fantástico (Knight Rider). Es el mayor responsable del estilo actual de la serie, conoce como la palma de su mano los secretos de la pequeña pantalla y, como todo buen ciudadano americano, está casado, tiene dos hijas y es feliz.
Erika Eleniak: fue la encargada de estrenar el cometido de supermujer en Los vigilantes de la playa. Directamente salida de las páginas de Playboy (hay que destacar sus sesiones de fotos vestida de capitán de barco), la Eleniak interpretó el papel de la dulce Shauni. Más tarde decidió abandonar la serie para saltar al mundo del cine sin demasiado éxito con Rústicos en dinerolandia, Alerta máxima o Misión explosiva donde se desnuda al completo.
Nicole Eggert: la diminuta Nicole, poco tenía que hacer frente a sus voluptuosas compañeras de reparto, por lo que no tardaría en pasar por el quirófano con la sana intención de agrandar sus pectorales. Algunas de sus declaraciones al respecto eran verdadera mente impagables: «Pero, al despertar vi que eran demasiado para mí. Yo había pedido una talla normal y, realmente, es como si me hubieran colocado dos balones». A pesar de todo, el que firma estas líneas pasó excelentes momentos observando sus continuos devaneos corporales.
Pamela Anderson: sin lugar a dudas, la que mejor ha sabido lucir el palmito en los puestos de vigilancia. Pamela Anderson se ha convertido en el mito sexual de los noventa gracias a los abundantes escándalos y revolcones provocados junto al bueno de su esposo, Tommy Lee, batería de los Motley Crue y ex-marido de Heather Melrose Place Locklear. La Anderson, atómica y bulliciosa como ninguna, es la conejita favorita de Playboy (seis veces portada) y, además, se ha sometido sin tapujos en varias ocasiones a los milagros de la cirugía estética. Nosotros, sus fans, nos alegramos de ello. Después del estreno mundial de Barbwire, una desafortunada película de ciencia-ficción cuyo máximo encanto reside en el absoluto protagonismo de la Anderson, nuestra rubia está dispuesta a instalarse definitivamente en la industria del celuloide. Actualmente, ha dejado su papel de Ci Parker en la serie (o la han tirado, que a fin de cuentas viene a ser lo mismo), aunque, según se rumorea, ya prepara su regreso a la caja tonta de la mano del achacoso Aaron Spelling.
Yasmine Bleeth y Gina Nolin: llegaron en uno de los momentos más peliagudos de la serie (la situación entre Hasselhoff y la Anderson era casi insostenible) y se llevaron parte de los golpes que los dos se propinaban mutuamente. Yasmine Bleeth (Caroline Rolden), preciosa, pero excesivamente ajamonada, mantuvo más de una discusión violenta con la chica Pizza. En lo que respecta a Gina Nolin (Neely), delgada, muy bella y de apariencia frágil, ha pasado bastante desapercibida.
La séptima temporada de Los vigilantes de la playa no sólo nos ha traído la afortunada muerte de la teniente Stephanie Rolden, personaje interpretado durante cinco años por la desagradable y poco opulenta Alexandra Paul, sino que, además, nos presenta a tres nuevas y exquisitas salvavidas que nos obligarán a permanecer erectos frente a la pequeña pantalla durante todas las tardes de este tórrido estío.
Por una parte, la nota racial la aporta Traci Bingham, una ex-modelo medio cherokee y medio africana, portadora de un cuerpo fascinante que, desde que se mudó a Los Ángeles en 1994, ha intervenido en varios seriales del estilo de El príncipe de Bel Air o Matrimonio con hijos. Su personaje en la serie, Jordan Tate, es una profesional negra proveniente de Cabo Cod que huye de una malparada relación sentimental y que, cada vez que sus jefazos se descuidan, se apunta a cualquier competición en la que pueda probar su excelente y curvilínea forma física,
La belleza destinada a sustituir a Pamela Anderson tras su marcha de la creación más famosa del triunvirato Berk Bonann-Schwartz se llama Donna D’Errico, Debutó en Los vigilantes de la noche, el spin-off de la serie donde interpretaba a Donna Marco, una amiga de Mitch Buchannon (Hasselhoff) que ahora se incorpora también al equipo de Los vigilantes de la playa. La D’Errico adquirió el reconocimiento popular tras convertirse en la Playmate de septiembre del 95 y, desde su catapultamiento al estrellato, esta rumbosa rubia ha sido el principal reclamo de cantidad de revistas y series de televisión como Marea alta. Su aspecto de tradicional chica diez de California la ha convertido rápidamente en una de las hembras favoritas de las 625 líneas y en la sucesora idónea de la explosiva Pam. Es más, tras confesar al pueblo americano su situación de madre soltera, se ha casado con otro de los miembros de Motley Crue, al igual que hiciese en el pasado su descocada precursora. Que cada uno saque sus propias conclusiones. En sustitución de la desaparecida Alexandra Paul -el elemento garboso que se salía de la habitual rotundidad de las demás nadadoras-, los productores del asunto han dado en el clavo reclutando a Nancy Valen, una morena de físico enjuto pero sinuoso y rostro extraño pero simpático, que menea su proporcionado esqueleto por las arenas de la costa de California que da gusto. A los doce años ya daba sus primeros pasos como modelo y pronto se estrenó en el cine junto a Jason Gedrick en la entrañable comedia juvenil Chico celestial. Asimismo, ha aparecido en dos episodios de Corrupción en Miami y adquirió cierta popularidad gracias a la renombrada teleserie musical de la NBC, Hull High.
En Los vigilantes de la playa, Nancy Valen es Samantha Thomas, la nueva mandamás de la playa. Disciplinada y pizpireta, Sam acabará llegando a ser la compañera de cama de Mitch, el gañán favorito de la serie. En definitiva, todas han sabido mantener el listón de la lubricidad antaño encabezado por los encantos de Pam. Nos alegramos. (Jorge Riera)
BAYWATCH: Creación: Michael Berk, Gregory J. Bonann y Douglas Schwartz. Prod.: All American TV y NBC. Prod. ejec.: David Hasselhoff. Int.: Pamela Anderson, Traci Bingham, Yasmnine Bleeth, David charvet, David Chokachi, Donna D’Errico, Nicole Eggert, Erika Eleniak, David Hasselhoff, Jeremy Jackson, Michael Newman, Gina Nolin, Jason Simmons, Kelly Slatter, Jose Solano y Nancy Valen. Música y tema: Cory Lerios y John D’Andrea. 1989... Emitida por Antena 3.
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