SeaQuest: Dos millones de dólares por episodio para mostrarnos todo tipo de construcciones, enfrentamientos y descubrimientos situados debajo del mar. Una buena porción de este jugoso presupuesto iba a parar a los efectos especiales y, particularmente, a las estupendas imágenes generadas por ordenador, cuya utilización supuso toda una novedad en el mundo de la televisión. Estas eran utilizadas, principalmente, para simular la monumental apariencia externa del submarino y todo lo que sucedía a su alrededor. Por lo demás, en esta primera temporada nos encontramos con las apariciones especiales de Charlton Heston en el episodio «Abalon», Yaphet Kotto (Alien, Homicidio, etc.) en «Treasure of the Tonga Trench», y William Shatner (¡es él!) en «Hide and Seek», cuarenta y pico minutos atestados de guiños trekkies. Con la llegada de la segunda temporada, la serie adquirió un aspecto global algo más sofisticado y cercano al género de la ciencia-ficción, prescindiendo de algunos de los actores del primer año (D’Aquino, Haiduk, Beacham, etc) y reclutando otros nuevos. La elección de estos fue, en su mayor parte, bastante acertada La encargada de personificar a la madura atractiva del SeaQuest fue la Dra. Wendy Smith (Rosalind Los chicos del maíz I Allen), nuevamente atraída por el conquistador Bridger y poseedora de una serie de aptitudes paranormales de bastante utilidad. A su lado, el impulsivo buceador Tony Piccolo (Michael Policías de Nueva Cork DeLuise), el retrasado Dagwood (Peter Jóvenes policías Deluise), y la hermosa teniente Lonnie Flenderson (Kathy Evison). La trama de la serie se ensanchó con la introducción de una raza de humanos creados artificialmente a la que también pertenecía Dagwood. Estos, decididos a hacer valer sus derechos, lograban apoderarse de varios satélites armados y hacían sudar la gota gorda a los líderes del planeta. Finalmente, eran reconocidos como ciudadanos normales y la crítica social estaba servida. En definitiva, SeaQuest había adquirido un tono totalmente fantástico: hasta los extraterrestres, presentados por un Mark Hamill (Star Wars) más pasado de rosca que nunca, se daban un garbeo por el submarino. La última temporada de la serie, la tercera, trajo consigo a un nuevo capitán, el adusto Oliver Hudson, al que daba vida el curtido Michael Ironside (Scanners, Los inmortales I, etc.). Sin embargo, este apaño de última hora no remedió el descenso de una audiencia más que cansada de la incesante mediocridad de los guiones de la serie. En realidad, tampoco se podía esperar mucho teniendo en cuenta que desde sus máximos responsables, David J. Burke y Patrick Hasburgh, procedían de espacios tan clasicotes en su desarrollo escrito como Jóvenes policías, Sunset Beat o El equipo A. Pese a la superioridad de los efectos especiales de la serie, sus directores y algunos de sus actores, SeaQuest padecía los inconvenientes de un pésimo equipo de prosistas que ni siquiera hallaba la orientación definitiva de la serie y recurría a torpes soluciones argumentales como hacer desaparecer el submarino durante varios años para recuperarlo en el futuro. Resignación. (Jorge Riera) SEAQUEST DSV: Creación: Rockne S. O’Bannon. Prod.: Anblin Television y Universal Television. Prod, ejec.: Clifton Campbell, David J. Burke, Patrick Hasburgh y Steven Spietberg. Int.: Rosalind Allen, Royce D. Applegate, Stephanie Beacham, Jonathan Brandis, John D’Aquino, Darwin, Michael Deluise, Peter Deluise, Kathy Evison, Don Franklin, Stacy Haiduk, Michael Ironside, Edward Kerr, Ted Raimi, Marco Sanchez y Roy Scheider. Música y tema: Don Davis y John Devney. 1993-1996. Emitida por TVE-1.
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