Quijotes del Caribe. Por Jorge Moragas (oct 2004):
En pleno siglo XXI subsiste en el Caribe un régimen totalitario de otra época. Ajeno a los grandes acontecimientos del fin de la Guerra Fría, como una reliquia que sobrevive gracias a la doble moral y a la hipocresía de una izquierda que no progresa sentada en el sofá de su salón, Castro es el icono de un fracaso y de una falsa resistencia ante un imperio en horas difíciles.
Cuarenta y cinco años de combate dan para mucho. El régimen se cierra como una ostra en la más combativa de las redundancias: ¡Socialismo o muerte!
En la perla del Caribe, algunos esperan que el final de esta tortura no se produzca hasta que tenga lugar el fatal hecho biológico. Un eufemismo más para una sociedad que navega en la miseria y la escasez que le otorga la gran coartada del embargo. Ya no hay romanticismo en la represión y la foto Korda del Che es más un logo de camiseta que un símbolo para transformar la sociedad.
Pero ese espíritu de la Galia que resiste tiene hoy un nuevo sucesor en las personas que disienten en la Isla. Son ellos los nuevos resistentes, los protagonistas de la lucha por una nueva libertad. Cuanto más oxígeno tengan esos Quijotes del Caribe más limpio será el recuerdo que de nosotros arrastren al cruzar el umbral de la libertad.
Mientras el Pinochet del Caribe tropieza ante la fascinación que los monstruos producen en la imaginación de los escritores como Gabo, el caudillo se presta a negociar con los símbolos de la libertad. Todos luchamos por la libertad de Raúl Rivero. Unos más que otros, pero en esa exigencia no debe haber foto retrato con escalafón. Rivero debe respirar en España la libertad que inspiran sus versos tras las rejas, pero nadie le puede condenar a ser obsequio del carcelero a una España menguante que no luche unida por la libertad de Cuba. (J.Moragas)
Denunciemos los presos de Castro:
Recientemente pasaron por televisión, un documental recreando la prisión de Guantánamo Cuba, donde se encuentran detenidos más de 500 presuntos terroristas talibanes. En el se denuncia las torturas sicológicas a los que están siendo sometidos por los Estados Unidos.
Lo que resulta sospechoso es la desmedida preocupación, impulsada inequívoca mente por la izquierda internacional, que aún emplea la estrategia de ponderar las medidas tomadas en los Estados Unidos, bien en política exterior o local, lo que son utilizadas por sus detractores en España para criticar y ridiculizar a sus políticos, descalificando su sociedad. Tal parece que arremeter contra Bush hasta el cansancio, es sinónimo de progresista para los demócratas españoles. Falta por saber si por motivaciones políticas o para sublimar la impoluta sociedad española.
Estados Unidos ha dado albergue a todos los perseguidos del mundo. Entre ellos a dos millones de cubanos, que reiniciaron su vida logrando puestos cimeros en esa sociedad, cosa que no hizo su madre patria España, que les cerró sus puertas. Sin embargo se las franqueó a un millón de Sudaméricanos entre ellos muchos portando sus miserias humanas, creando intranquilidad en la población.
Ésta defensa de los talibanes no tuviera trascendencia política, si no fuera por el silencio que observan respecto a la dictadura de Fidel Castro, que a pocos kilómetros, mantiene más de 200 cárceles con miles de presos en condiciones infrahumanas, aunque la gran mayoría acuñados como comunes. El pretexto para detener a los críticos de la dictadura es acuñarlos de delitos con la economía del Estado, que consiste en obtener alimentos y bienes por canales no oficiales, cosa en la que incurren todos los cubanos, encabezado por los miembros del partido, los que lo ejercen impunemente.
Los más de 300 presos calificados como delitos políticos, con los cargos de traición a la patria, entre ellos periodistas y escritores, son maltratados sicológica y físicamente. Estos son hacinados en estrechas celdas húmedas y oscuras, donde pululan infinidad de insectos. Poca atención médica, comida de cerdos, maltrato a sus familiares, etcétera. Las prisiones se encuentran a cientos de kilómetros de su lugar dé residencia, las visitas mensuales son suspendidas por la más mínima infracción, la correspondencia restringida y sustraídos los alimentos que les envían sus familias.
Como pueden apreciar estos presos sufren condiciones más inhumanas y degradantes que los talibanes, con la diferencia de que los cubanos lo son por una causa justa. A esto hay que agregar, que al ser detenidos son introducidos en gavetas oscuras hasta obtener la confesión deseada. Estas asemejan a las de los depósitos de cadáveres. He ahí donde son desenmascarados éstos hipócritas defensores de los derechos humanos y su etcétera. (Evelio Morales Peraza, 05/05/06)
Trato a presos políticos (julio 2004):
[...] Según Amnistía Internacional, el gobierno de Cuba mantiene en la cárcel a 84 prisioneros de conciencia, la cifra más alta del mundo por millón de habitantes. En tanto, en su tradicional informe semestral la Comisión Cubana de Derechos Humanos y reconciliación Nacional (CCDHRN) reconoce que existen 327 prisioneros políticos en las cárceles cubanas, entre ellos 12 de los que no se tiene ninguna información. Y la gran myoría de ellossufren un infernal encierro bajo condiciones que violan las reglas mínimas de la ONU para el trato a presos y detenidos. El informe llama la atención sobre una veintena de prisioneros que están seriamente enfermos, entre ellos Martha Beatriz Roque, Oscar Espinosa Chepe, Roberto de Miranda, Marcelo López, Edel José García, Osvaldo Alfonso, José Luis García, Carmelo Díaz, Oscar Elías Biscet y el disidente ciego Juan Carlos González Leyva. Sufren violencia física por parte de mercenarios pagados que les custodian o de criminales violentos que actúan en condiciones de total impunidad. Negarle la asistencia médica y humanitaria, fichar y perseguir a todos los que votan por su libertad como si de delincuentes se tratara son medidas de Castro que ya sobrepasan los límites.
[...]
A ningún país en el mundo se le puede ofrecer como único horizonte vital que sus disidentes políticos resistan aterrorizados mientras los verdugos del régimen los van abatiendo. Esta impunidad con la que sigue actuando Castro no es solo una afrenta a las víctimas y sus familiares sino una incitación a que se repitan tales crímenes. En estos momentos la unidad de los demócratas es una condición impredscible para luchar contra esta dramática situación. Se requiere además una una vigilancia sistemática de los organismos internacionales sobre un régimen implicado en delitos históricos de genocidio, terrorismo internacional, torturas y desaparición de personas. Si las violaciones permanentes de los derechos humanos, penas de muerte por fusilamiento sin garantías procesales ni derecho de defensa, tratamientos vejatorios contra presos políticos, crímenes y chantajes de todo tipo, es la esencia misma de del sistema de control de Castro para esclavizar hasta el último momento a su pueblo, la actual coyuntura debe obligar a este dictador a replantearse sus métodos. La comunidad internacional tiene que conseguir que Castro, si no está dispuesto a dialogar con los disidentes, por lo menos les conceda su libertad domiciliaria.[...] (J.C.Sánchez Reyes)
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