Expediciones árabes. El Edrisi y Canarias: No se han encontrado restos de embarcaciones que confirmen que los aborígenes canarios conocieran la navegación. El hecho de que los habitantes de las distintas islas transportados por europeos no lograran entenderse entre sí, demuestra su largo y completo aislamiento.
Esta noticia no hay duda fue tomada de las obras del abreviador del célebre Ben-Edrisio o Sharif-Edrisi, llamado comúnmente el Geógrafo de la Nubia, que escribía su libro intitulado El deseoso de peregrinar la tierra en 1170.
Esta singular expedición que se cree haber sido emprendida desde Lisboa, algún tiempo después que los moros conquistara la España, hubo de ser sin duda antes de 1147, época en que los cristianos los expelieron de aquella ciudad. Como quiera, se puede tener por seguro que los moros de la Península tenían algún conocimiento de las Islas Canarias, bajo el nombre de Al-Yezair al-Jalidat esto es, islas Afortunadas, como que entonces eran ellos los únicos depositarios de las ciencias que había en Europa y los que más traían entre las manos el Almagesto de Ptolomeo, traducido por Benhonain, en que se trata de ellas. Por otra parte, como, para defender las costas occidentales de España contra las correrías de los normandos tenían en la mar escuadras considerables, con que cruzaban sobre las costas de Africa hasta más allá del monte Atlante, no podrían dejar de dirigirse alguna vez a nuestras islas, sin que para ello necesitasen del socorro de la aguja, todavía no conocida, pues tanto las brisas y vientos generales de Oriente como el curso de las aguas podrían conducirlos con seguridad.
(*): El texto de Edrisi ha sido comentado varias veces; cf por ej. J.M.Hartmann, Edrisi Africa, Gottingen 1796, págs 319-22. Lo había reproducido casi textualmente Ibn al Ouardi, geógrafo árabe del s. XIII, traducido por De Guignes,Notices et extraits des manuscrits, vol. II, y estudiado por Gabriel Marcel, Sur quelques documents peu connus relatifs à la découverte de l'Amérique avant Christophe Colomb, en Comptes-rendus de la Societé de Geographie, 1893, págs 12-17. Una interpretación correcta de esta tradición es empresa ardua y casi imposible. De Guignes pensaba que la relación era una prueba contundente del descubrimiento de América por los árabes; probablemente se trata de una fantasía geográfica, variante oriental de la leyenda de San Brandano. Cf. Ahora E. Sera Ráfols, Los árabes y las Canarias pre-hispánicas, en "Revista e Historia", XV (1949), págs 161,77.
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