Dieppe:
Francisco I cuenta en el mar con la inestimable ayuda de Jean Ango, hijo de un aventurero florentino establecido en Dieppe.
Desde la costa de Normandía donde fundó un excelente astillero, atrajo a los mejores pilotos y revitalizó la marina francesa.
Tuvo mucha suerte en los asaltos en los que participó y en los realizados por capitanes en comisión.
Su piloto más famoso fue Jean Fleury, natural de Vatteville, en Normandía, conocido en Canarias como Juan Florín.
Para iniciar la guerra de 1520 sirvió de pretexto las hostilidades que Roberto de la Mark, duque de Bouillon, feudatario del Imperio, rompió contra su señor, tomando como campo de ataque el propio territorio francés. Carlos acusó a Francisco de fomentar la rebelión y de violar el pacto de Noyon, y ordenó a los suyos ponerse en armas contra los franceses en las fronteras de Artois, Flandes y Borgoña. Francisco replicó en idénticos términos, considerando roto el tratado, y la guerra se extendió por todas las fronteras comunes.
Con la guerra de 1520 las escuadras española e inglesa, coaligadas, saquearon las costas francesas.
Los primeros corsarios franceses especiales de Indias comenzaron a operar en aguas canarias en 1521.
Jean Fleury se apostó entre Canarias y las Azores y se apoderó del tesoro de la recámara de Moctezuma en su viaje a la Península.
François Le Clerc:
Artífice del incendio de Santa Cruz de La Palma (1553), intentó más tarde asaltar barcos en Madeira y tomar La Gomera y Garachico.
Cerró la campaña y regresó a Dieppe (septiembre) con el gran botín de La Palma.
Fue tal la fantasía que desplegó exagerando sus hazañas que el rey de Francia mandó pregonar por suyas las islas de La Palma y Lançarote.
La noticia del saqueo fue seguida de medidas excepcionales en Tenerife. Se dio la orden de trasladar a La Laguna la imagen de Nuestra Señora de Candelaria, se ordenó la detención y reclusión de los numerosos franceses avecindados en la isla, y se reforzó la guardia y vigilancia de Santa Cruz con veinte hombres de pelea con sus armas, yendo por capitán de ellos un caballero.
En febrero de 1554 partió en una nueva expedición en la que saqueó Santiago de Cuba, recogiendo un formidable botín.
La expedición que preparaba en 1555 contra Canarias fue suspendida por desavenencias con su teniente Sores y otros capitanes.
Años más tarde sería uno de los marinos más destacados de la flota hugonote en la primera guerra de religión de Francia.
Junto con Sores y Bontemps se lanzaron a combatir a la flota real usando de sus viejas mañas de piratas, y el éxito los acompañó, pues El Havre se pobló de navíos cautivados en sus cruceros por el canal y las costas de Francia.
En los tratos después de los enfrentamientos el puerto de Le Havre quedó en manos de Isabel I a cambio de la ayuda prestada a la causa protestante.
Los piratas hugonotes combatieron a las órdenes del general británico conde de Warwick.
Le Clerc se destacó en la defensa de la plaza durante el sitio impuesto por tropas francesas.
Descontento con el trato que le dispensó Isabel I decidió independizarse de su protección y preparó empresas por su cuenta.
En agosto de 1563, estacionado en las Azores en espera de las flotas de Indias, murió en alta mar.
Los discípulos y capitanes que se instruyeron bajo su mando resultaron con Canarias más feroces y sanguinarios.
La flota de Nicolas Durand de Villegaignon que atacó Santa Cruz de Tenerife en 1555 partió de Le Havre, encontró mal tiempo y hubo de refugiarse en Dieppe durante tres semanas para efectuar reparaciones.
El ataque fue repelido por certeros disparos de la nueva fortaleza principal.
Escuela cartográfica (s.XVI):
Entre 1540 y 1585 su escuela de cartografía produjo una serie de reconocidos mapamundis que se enviaron a Francia, Portugal e Ingalterra.
Se elaboraron a partir de documentos portugueses y españoles y se cree que participaron cartógrafos portugueses. No incorporaron la proyección de Mercator de 1568. Algunas cartas incluían referencias mitológicas como el reino del Preste Juan o amazonas en Rusia. Incluyeron información actualizada de la exploración portuguesa de Insulindia (islas Célebes, Nueva Guinea, Indonesia). La mayoría de las cartas muestran unas tierras señaladas como Java la Grande al sur de Indonesia en el lugar que ocupa Australia.
Durante la retirada de Francia en 1944, las tropas alemanas destruyeron la biblioteca municipal de Dieppe. Más de 110.000 volúmenes se perdieron en la destrucción en la biblioteca municipal de Douai. También resultó destruida la biblioteca de la Societé Commerciale de Le Havre, que conservaba miles de textos históricos y geográficos.
Siglo XVII:
Las disputas con Inglaterra llevan a al unión de la flota francesa con base en Tolón con la holandesa de Ruyter (1662).
Ruyter infringe serios daños durante sus ataques en territorio inglés y Carlos II se ve forzadoa firmar el tratado de Breda (1667).
A la muerte del ministro Colbert (1683) la marina francesa ha quedado reforzada con una flota que igualaba la fuerza en el mar de Inglaterra y los Países Bajos. Luis XIV descuidará este aspecto hasta sufrir un derrota aplastante en La Hogue, cerca de Cherburgo (29 mayo de 1692).
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