MAR
Salinidad



Sal y seres vivos:
El agua de mar tiene en disolución prácticamente a todos los elementos conocidos. El cloro y el sodio se encuentran en grandes cantidades formando cloruro sódico. El agua de mar debió ser siempre salada. Cuando cayeron las primeras lluvias sobre la superficie terrestre disolvieron las sales depositadas anteriormente. El proceso estaría favorecido por una alta temperatura de las aguas y por la abundancia de ácido clorhídrico en la atmósfera. El sodio es un componente abundante en las rocas. Una importante fuente de cloro está en las erupciones volcánicas. Una parte de los halógenos expulsados proviene de filtraciones del mar. Las plantas aerohalófilas presentan apetencia por zonas de brisa marina intensa, lo que provoca condiciones especiales de elevada salinidad y gran azotamiento de la vegetación por el viento.

Nuestra sangre:
● Llevamos en las venas la corriente salina de nuestra sangre, en la que el sodio, el potasio y el calcio se hallan en combinaciones semejantes a las que existen en el agua de mar y en proporciones relativas muy análogas. Esta es la herencia desde el día, hace un número incalculable de millones de años, en que un remoto antecesor pasó de la etapa unicelular a la multicelular y adquirió por primera vez un sistema respiratorio en el interior de cual corría un humor casi idéntico al del agua de mar. (Rachel Carson, El mar que nos rodea, Ed.Grijalbo 1987). Las medusas, pertenecientes al grupo de los cnidarios junto con los corales, las gorgonias y las anémonas, tienen un cuerpo compuesto por un 95% de agua. Sus partes casi transparentes forman un camuflaje ideal. Las medusas viven alejadas de la costa, donde el agua es más salina y más cálida que la costera. Se acercan a la costa cuando cambian determinadas condiciones como una sequía que disminuya el aporte de agua dusce de un río. Para limpiar una picadura de medusa no debe usarse agua dulce, que podría diseminar mayor cantidad de sustancia urticante.

A finales del siglo XIX se intentó determinar la edad de los mares con cálculos basados en la cantidad total de sal. El cálculo obtuvo la cantidad errónea de unos escasos 100 millones de años. Los datos de salinidad de partida habían sido obtenidos durante la expedición inglesa del Challenger (1873-1876). Dittnar se encargó del cálculo basándose en el aumento anual de salinidad y trabajando con 77 muestras de agua. El estudio de los sedimentos demuestra que enormes extensiones continentales permanecieron largo tiempo bajo las aguas.

Vida en el mar Muerto:
Es en realidad un lago situado entre Jordania e Israel, con una salinidad casi un 25 por ciento mayor que la de los océanos. Contiene cloruros de magnesio, sodio, calcio, potasio, bromuros, sulfatos y carbonatos. Unicamente sobreviven en su interior microorganismos halófilos: un protozoo ciliado, algunas algas y un grupo de bacterias de los géneros Flavobacterium, Halococcus y Halobacterium. El Halobacterium acumula gran cantidad de cloruro potásico en su interior. Para evitar deshidratarse debido a la alta concentración salina exterior, los halófilos producen grandes cantidades de un compuesto interno o retienen uno extraído del medio.

Focas, delfines, manatíes y ballenas beben ocasionalmente agua de mar con una frecuencia desconocida. En los alimentos, como subproducto del metabolismo de grasas e hidratos de carbono, obtienen agua. Su contenido de sal en sangre, semejante a la de los mamíferos terrestres, es tres veces menor que en el agua de mar. Su riñón está adaptado para recoger gran cantidad de sal. La orina de los leones marinos es 2,5 veces más salada que el agua de mar.

Plantas transgénicas de suelos salinos:
Un equipo de la Universidad de Toronto, Canadá, dirigido por el botanista argentino Eduardo Blumwald ha efectuado un transplante genético para que las plantas puedan crecer en medios salinos. En la investigación se logró identificar la proteína transportadora de sodio y protones Na+/H+ (sodio, ión/hidrógeno/ión) antipuerto, que existe en todas las plantas, pero es mucho más activa en aquellas que toleran los suelos muy salinos. La resistencia a la salinidad proviene de la capacidad de las plantas a transportar los iones de sodio a las vacuolas, permitiendo así que el agua penetre en la célula. Partiendo de la secuencia genética de la planta Arabidopsis, Blumwald identificó el gen que aparentemente tiene como misión dar la instrucción a la planta para producir el "antipuerto". A partir de esa identificación se clonaron plantas con la capacidad de aumentar la producción de la mencionada proteína. Mientras que las plantas no transgénicas mueren cuando son irrigadas con agua que contiene 20% de concentración de sal (100 milimolares), las transgénicas sobrevivieron en el experimento y crecieron alimentadas con agua que contenía hasta 200 milimolares de sodio. Esta concentración es equivalente al 40% de la concentración de sal que se halla en el agua de mar.

Un buen suelo tiene una concentración de sal que varía de 10 a 20 milimolares. Los suelos irrigados con aguas subterráneas que acumulan sal al cabo de varios años se convierten en estériles. La salinización de los terrenos y de los acuíferos es un problema cada vez más grave y acuciante, tanto desde el punto de vista ambiental como desde el agrícola, ya que la sobreexplotación para regadíos provoca el afloramiento de las sales y, en las zonas costeras, la entrada de agua de mar en los acuíferos. Según este investigador, ya se está trabajando con el maíz, la canela, el tomate, y otras cuatro plantas, tratando de identificar el gen particular en cada una de ellas para clonar el gen específico, aunque también se está tratando incorporar el gen de la Arabidopsis en el tomate y el maíz. Incluso no se descarta el uso de estas plantas para desalinizar los suelos. De cualquier forma, la primera aplicación es tratar de salvar los suelos que no estén totalmente comprometidos, pero que los agricultores no cultivas porque dan bajo rendimiento. En Estados Unidos se calcula que 10 millones de hectáreas de tierra arables son perdidas anualmente por la salinidad, un problema que también sucede en Canadá, México, Argentina y otros países que usan la irrigación. La posibilidad de elaborar plantas transgénicas que soporten la salinidad abre la perspectiva de mantener en producción tierras con alto contenido en sal, y de recuperar otras que ya han sido abandonadas.

España tiene excelentes grupos de trabajo. El arroz resiste muy bien y por eso se cultiva en zonas que se inundan con agua salobre e incluso salada. El maíz es muy sensible a la salinidad. El primer paso es conocer los genes que se activan. Hay genes responsables de la resistencia a la salinidad, pero no es un mecanismo que dependa de un solo gen o que funcione por una sola vía de control. Algunas plantas son capaces o de expulsar las sales o, mediante la regulación de procesos osmóticos, de regular la concentración de sales. es una línea de investigación muy activa que se intenta aplicar al tomate, que es muy sensible a la salinidad.

Facilidad de adaptación de la lubina:
[Dicentrachus labrax] Se distribuye por el noroeste Atlántico, el Mediterráneo y el Mar Negro. Es una de las especies más importantes en términos de valor para la pesca y la acuicultura. Se reproduce en el mar, por lo general, en la desembocadura de los ríos. Los juveniles ingresan en los ríos y lagunas costeras, y pueden tolerar salinidades que van casi desde agua dulce a agua hipersalina. Posee varios grupos de genes con funciones relacionadas con el control del flujo de agua en el cuerpo en mayor número que en otros peces, en especial en los que viven en forma permanente en agua dulce o salada. En el agua salada los peces tienden a perder agua, por lo que tienen que beber agua salada y excretar las sales, que son tóxicas. En el agua dulce sucede lo contrario. La lubina consigue adaptarse rápidamente a medios con salinidades muy diferentes. El estudio de los genes implicados busca mejorar la productividad y la sostenibilidad de sus sistemas de producción.

Saltwatter Crocodiles:
El archipiélago de los Bucaneros, al noroeste de Australia, está constituido por un millar de islas e islotes. Las islas están deshabitadas a excepción de unas pocas comunidades de aborígenes. Están cubiertas de selvas tropicales o manglares adaptados a mareas que llegan a los 12 metros. El cocodrilo de los estuarios nace en aguas dulces y es expulsado progresivamente por los machos adultos hacia aguas más saladas. Puede sobrevivir gracias a un excepcional hecho entre los reptiles. Unas glándulas excretoras de sal les permite sobrevivir.

En la actualidad una de las carencias generalizadas en la dieta que genera más problemas de salud es la ingesta de una cantidad insuficiente de magnesio. Una causa determinante de esta carencia en la población se debe a la forma en que se distribuye el agua potable. Hay estaciones termales, como la de Châtelguyon (Francia), con aguas muy ricas en magnesio, recomendables para afecciones digestivas y urinarias. En el siglo XVII un granjero de Epson (Surrey) comprobó cómo el agua de un pozo ayudaba a cicatrizar heridas. Los efectos beneficiosos se debían a un sulfato de magnesio. Un agua considerada dura contiene por cada litro 100 miligramos de calcio y 50 miligramos de magnesio. Para reducir las altas concentraciones se somete al agua a un proceso de ablandamiento que consiste en un proceso de intercambio en el que se añade sodio. Algunas poblaciones distribuyen el resultado de hacer confluir aguas de distintas fuentes para graduar el grado de dureza del agua llevada a los hogares.

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