Historia de Miami. Por Mario Martí:
Los primeros habitantes de estas tierras fueron los indios apalaches, tequesta, timucua y calusa que se establecieron aquí hace aproximadamente 3000 años.. Todos ellos fueron absorbidos más tarde por los seminolas, quienes emigraron -huyendo de los colonos ingleses- desde Georgia hacia Florida y lograron establecerse en el territorio a principios del siglo XVIII, con el beneplácito de España que los veía como aliados.
La Florida había sido descubierta para España por Juan Ponce de León en 1513, que exploró su costa en busca de la mítica "Fuente de la Juventud". No logró un establecimiento permanete.
El segundo intento de colonizarla estuvo a cargo de Pánfilo de Narváez, en 1528 pero el clima húmedo y caluroso, los insectos y la hostilidad de los indios impidieron que llevara a feliz término su propósito.
A Hernando de Soto, Gobernador de Cuba, el rey de España lo nombró Adelantado de La Florida. De Soto dejó a cargo sus responsabilidades en Cuba a su esposa, doña Isabel de Bobadilla, y se lanzó a la empresa entre 1539 y 1540, pero murió en el empeño.
En 1562, el hugonote francés Jean Ribaut, al frente de un grupo de compatriotas suyos de la misma religión que él, reclamó el territorio de La Florida para Francia pero no se quedó, sino que se fue para Carolina del Sur. En 1565 regresó a La Florida, pero fue hecho prisionero por el Gobernador de Cuba, Pedro Méndez de Avilés, que se había enterado de las pretenciones francesas. Fueron ejecutados en el mismo Fort Caroline, construido por los franceses. En ese mismo año de 1565, Méndez de Avilés funda San Agustín, la ciudad europea más antigua de los actuales EE.UU.
Finalmente, en 1567, una expedición encabezada por el gobernador de Cuba, ya nombrado oficialmente Adelantado de La Florida, Almirante Pedro Méndez de Avilés, sometió definitivamente a los indígenas y anexionó la península de La Florida a la Capitanía General de Cuba.
Los españoles sufrieron muchas dificultades para mantener La Florida. En 1763, al final de la guerra de los Siete Años, cedieron Florida a Gran Bretaña a cambio de La Habana, que estaba ocupada por los ingleses. El dominio británico a duras penas continuó durante la guerra de Independencia estadounidense (1776-1783), porque las fuerzas españolas invadieron la Florida occidental en 1779, y tomaron San Carlos de Penzacola en 1781. España recuperó La Florida por medio del Tratado de París en 1783, status jurídico que se mantuvo hasta 1819 cuando España, en medio de las guerras de independencia de Iberoamérica, se vio obligada a vender ese territorio a EE.UU., segregándolo de la Capitanía General de Cuba. No obstante, nunca han dejado de vivir cubanos en La Florida.
Desde 1810, los Estados Unidos demandaron La Florida occidental como parte de la compra de Luisiana, efectuada en 1803. Era un pretexto jurídico para aprovechar la situación que atravesaba España. España entregó La Florida a los Estados Unidos tras la firma del Tratado de Adams-Onís de 1819.
Los seminolas:
Los seminolas fueron obligados, en 1832, a aceptar el pacto por el cual acordaban ceder sus tierras en La Florida a cambio de un nuevo territorio en el oeste. Sin embargo, la mayoría de ellos se resistieron a ser expulsados, y encabezados por el jefe Osceola lucharon contra las fuerzas estadounidenses en la II Guerra Seminola (1835-1842). La mayoría de los seminolas fueron desterrados a Oklahoma o murieron en la lucha.
Florida fue admitida en la Unión Nortamericana, como el estado número 27, en 1845. En su historia está el hecho de que se segregó de EE.UU. el 10 de enero de 1861, uniéndose a los estados esclavistas del sur.
La zona de Miami fue habitada durante mucho tiempo por indios nativos americanos. A ellos se le atribuye el nombre: Miami significa en lengua tequesta "AGUA GRANDE" (y Hialeah "PRADERA ALTA"). Los españoles también crearon en el lugar algunos núcleos de población como Boca Ratón y Lemus, en la Bahía del Vizcaino (Biscayne Bay ). Pero en la época hispana las ciudades más importantes estaban alejadas de lo que hoy es el Condado de Dade. Eran San Agustín, San Carlos de Panzacola, Fernandina, Talajasi, Cayo Hueso, Sarasota y Tampa.
Ya siendo territorio norteamericano se repobló la zona. En 1844 el centro de la civilización fue ubicado en lo que hoy es la ciudad de Miami, y 6 años después se realizó un censo que reportó 96 habitantes en la región. Poco después de la Guerra Civil Norteamericana (1861-1865) los lugartenientes comenzaron la distribución y puesta en producción de las tierras del sur de la Florida. El primer gran asentamiento de colonos fue fundado en la década de 1870, próximo al conjunto Fuertes Dallas de los Estados Unidos, que fueron construidos (1835) durante las Guerras Seminolas.
(*) Los semínolas fueron los únicos indios que no se rindieron. El ejército de EE.UU. no pudo derrotarlos en dos guerras, la primera ocurrida entre 1816 y 1823, y la segunda entre 1835 y 1842. Los soldados sufrieron 1500 bajas.
Para entender la historia de Miami hay que indagar en Henry Flagler.
Henry Morrison Flagler (1830-1913):
Nació el 2 de enero de 1830 en Hopewell, New York; y murió el 20 de mayo de 1913 en West Palm Beach, donde había construido una espléndida residencia que hoy está transformada en museo.
Financiero norteamericano. En 1850 fundó en Chicago, Ohio, junto a John D. Rockefeller la Standard Oil Company. Más tarde fue pionero del desarrollo de La Florida como centro vacacional de EE.UU.
Puede ser considerado como el "Padre de Miami"
Había visitado La Florida en 1883 percatándose del deplorable estado de las comunicaciones. Y no satisfecho con su imperio industrial, crea entonces la Florida East Coast Railroad, construyendo ciudades a lo largo del recorrido del ferrocarril. Lo más duro fue establecer la comunicación entre West Palm Beach y Miami (Mayaimi para los indios Tequesta) y hasta Cayo Hueso. Eran unos tramos cenagosos o de mar entre cayos y el camino de hierro debió hacerse sobre pilotes y puentes. Fue una impresionante obra de ingeniería que enlazó el punto más al sur de EE.UU. con el resto del país. El camino de hierro llegó a Miami en 1896.
No se quedó ahí, hizo ramales hasta las ciudades principales; construyó hoteles. En fin transformó el tremedal en centro turístico. (Por cierto, parece que José Martí fue gran usuario de esta línea férrea que unía fácilmente New York con Cayo Hueso y Tampa).
En general, Flagler, apoyó el desarrollo local en todo sentido ayudando a la construcción de iglesias, escuelas, hospitales y cualquier tipo de obra social de interés comunitario.
La población del estado se duplicó entre 1870 y 1890, y el turismo aumentó considerablemente a partir de entonces. No se puede ignorar que un componente básico de este aumento poblacional fue los emigrados cubanos que se refugiaban aquí huyendo de los horrores de la guerra de Cuba. Ellos fueron siempre la mano de obra para las tabaquerías y los hoteles. Los cubanos combatientes mandaban a la familia a fin de colocarla a buen recaudo o simplemente venían para conspirar en territorio franco.
Las numerosas líneas ferroviarias y carreteras construidas facilitaron la importante inmigración a Florida. Entre 1920 y 1925 el valor de la tierra prácticamente se duplicó, y los naranjales fueron arrancados para crear nuevas subdivisiones territoriales.
El desarrollo económico se reanudó después de la II Guerra Mundial, en 1945. Con sólo 528.000 habitantes en el año 1900, Florida pasó a tener una población de unos 5 millones en 1960, y cerca de 13 millones en 1990, convirtiéndose en el cuarto estado con mayor población del país. En 1990, cerca del 85% de la población de Florida vivía en áreas urbanas. Este gran incremento demográfico ha llevado al gobierno estatal a intentar controlarlo en varias ocasiones, en particular durante las décadas de 1970 y 1980, a través de restricciones en el uso de la tierra y medidas medioambientales. También la economía ha experimentado rápidos cambios; aunque la agricultura aún está en expansión, el turismo, los servicios y las nuevas industrias se han ido haciendo cada vez más importantes.
Desde su proclamación en 1836, el Condado de Miami-Dade ha presenciado todo tipo de fenómenos, desde las Guerras Indígenas (Guerras Seminolas), hasta los efectos de los devastadores huracanes, que pasan por sus alrededores sin cesar. Esta ciudad se ha sobrepuesto a muchos episodios sociales, políticos y naturales, y es hoy en día, en muy buena parte gracias a los cubanos, uno de los centros poblados de mayor crecimiento en los Estados Unidos, siendo reconocida como un área metropolitana de primer orden.
Veámoslo por partes:
A finales del siglo XIX, el futuro desarrollo de Florida era un asunto de importancia para muchos inversores y empresarios del norte -entre ellos, el magnate Henry M. Flagler, quien construyó la línea del ferrocarril de la costa este de Florida hasta Miami y hasta Cayo Hueso (Key West), pues el objetivo era también acercar a Cuba a los EE.UU.-. Así la población del estado se duplicó entre 1870 y 1890, y el turismo aumentó considerablemente a partir de entonces.
El desarrollo de Miami, una vez establecida como ciudad, se hacía difícil; hacia el este las costas del Atlántico y hacia el oeste los pantanos Everglades, sin embargo, tras la construcción de la línea ferroviaria interestatal, la ciudad de Miami quedó completamente integrada a los Estados Unidos y cuando, en 1959, debido al episodio de violencia comunista en Cuba, comenzó una inmigración masiva de personas muy ricas y preparadas que influyó enormemente en lo que sería la cultura de esta ciudad en los tiempos por venir. Debido a esta afluencia de inmigrantes, la población de Miami ya pasaba del millón de habitantes censados en 1962.
Miami ha sido una comunidad luchadora desde sus inicios. Ni los más catastróficos fenómenos naturales, como el huracán Andrew que azotó la ciudad en 1992, dejando un saldo de más de $20 mil millones en pérdidas, ha logrado detener la expansión de esta zona, que ha seguido desarrollándose con el mismo tesón de sus tiempos coloniales.
Los huracanes, sobre todo los que tuvieron lugar en 1926, 1935 y 1992, han causado considerables daños en la ciudad y a las zonas próximas.
El nombre de la ciudad se deriva de un término tequesta que quiere decir agua grande, quizá refiriéndose al lago Okeechobee. Población (1990), 358.548 habitantes.
Desde su descubrimiento por Juan Ponce de León en 1513, La Florida recibió numerosísimas expediciones españolas sin ningún éxito, hostigados por los elementos naturales y por los nativos, hasta el asentamiento definitivo realizado por Menéndez de Avilés quien, en los diez años que ejerció el cargo de Gobernador de Cuba y Adelantado de La Florida (1564-1574), logró su incorporación definitiva al sistema colonial español.
San Agustín de La Florida (1565):
Una flota de barcos españoles, bajo el mando de Pedro Menéndez de Avilés, estableció en 1565 el primer asentamiento europeo en Norteamérica. La ciudad de San Agustín de La Florida. Después de una difícil primera década de conflictos con los Indios Timucua nativos del lugar, la ciudad se convirtió en la capital de La Florida Española que, en el Siglo XVI, se extendía hasta el actual estado de Virginia en el norte, y hasta el río Misisipi en el oeste. La Florida comprendía los territorios que hoy conforman los estado de Carolina y Georgia hasta la bahía de Chesapeake. Por el sur se extendía hasta la desembocadura oriental del Misisipi. La ciudad también era el centro administrativo para el extenso sistema español de misiones franciscanas que se extendió a través de La Florida en el Siglo XVII. San Agustín estaba entrando a su quinta decada cuando los primeros colonos ingleses llegaron a Jamestown. Es decir, 50 años antes que el primer colono inglés pisara América del norte, ya existía San Agustín. Es, por tanto, la ciudad más antigua de la hoy nación de Estados Unidos.
La gobernación dependía de la Audiencia de La Habana, así también la jurisdicción eclesiástica de la capital antillana abarcaba la iglesia de Florida. Durante más de 300 años la Capitanía General de Cuba abarcaba, además de la Isla de ese nombre, las de Puerto Rico y Santo Domingo, justo a la Península de La Florida.
En 1607, los ingleses se asentaron definitivamente al norte, en Virginia, y los franceses en su expansión norte-sur lograron establecerse en la desembocadura del Misisipi, fundando la ciudad de Mobile (1702). La situación estratégica frente a las costas de Cuba, su pobreza y despoblación, así como el cerco de las colonias inglesas y francesas, hacían de esta provincia una de las más conflictivas del territorio americano. Esta gobernación, como las restantes provincias indianas, se benefició de la emigración canaria.
Para evitar la influencia inglesa, a mediados del siglo XVIII se ordena la salida de 50 familias canarias durante diez años, que desembarcando en el puerto de San Agustín, se les llevará a aquellas tierras americanas, con el ofrecimiento de tierras, ganados, y semillas para la primera y segunda cosecha (dos vacas, una puerca de vientre, cinco gallinas, un gallo, un caballo y una yegua).
Este desplazamiento se realizará con ayuda de la recién creada -en 1740- "Compañía de La Habana" para el transporte de las familias canarias. La compañía se comprometía a entregar el suministro de alimentos necesarios para la travesía, además de 150 pesos, dos campanas, dos misales y ornamentos para el culto. En 1757 salen 42 familias, y dos meses después embarcan 43 más, y un año más tarde, 36 familias. No obstante, en 47 años de continuas salidas embarcaron rumbo a la Florida 984 familias de las 2.350 que pretendía la Corona, porque la gente isleña prefería seguir dirigiéndose hacia Caracas o La Habana. A finales de 1763, los canarios que estaban situados en un pequeño distrito al oeste de San Agustín, totalizaban 246 personas. Posteriormente en 1778, comienzan los canarios a emigrar a un nuevo destino: La Luisiana, que había sido cedida a España por Francia, para compensar la pérdida de La Habana durante la Guerra de los Siete Años. La Revolución Francesa de 1789 creo una nueva situación política y, durante el gobierno de Napoleón Bonaparte se desconocieron los compromisos anteriores, y el emperador de los franceses vendió Luisiana, ya española, a los norteamericanos, recién independizados de Gran Bretaña.
Marielitos (1980)
En 1965 salieron de Cuba 20.000 cubanos con destino a Miami en el transcurso del éxodo de Camariocas. En 1980 un grupo de civiles cubanos a bordo de un autobús público asaltó la embajada de Perú en La Habana. Perú concedió protección diplomática a los asaltantes. El número de solicitantes de asilo se incrementa y el régimen concede permiso para abandonar el país a quien lo desee. En diez días 10.000 cubanos se refugian en los jardines de la embajada. 125.000 personas se apostaron en el puerto de El Mariel para huir. Cubanos de Miami llegaron en barcos hasta la isla para recoger a sus familiares, momento que Castro aprovechó para vaciar las cárceles y enviar a EE.UU. a miles de presos comunes. A Miami llegó lo que el dictador denominó “la escoria” de la sociedad cubana, en la que incluyó a personas con enfermedades mentales, prostitutas y homosexuales. Por las facilidades ofrecidas para la acogida la administración Carter hubo de pagar un alto precio políco.
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