Marco Polo
Notas



Marco Polo: Islas de la costa oriental de Africa:
De la isla de Socotora:
Partiendo de estas dos islas, a 500 millas más o menos de distancia hacia Mediodía se encuentra la isla de Scotra. Tienen magníficas telas de algodón. Grandes y exquisitos pescados, que ellos salan. Viven de arroz, carne y leche, pues no tienen trigo. Van completamente desnudos, según las costumbres de los indios idólatras. Vienen a esta isla muchos mercaderes a llevarse las mercaderías. Tienen ámbar magnífico. Todas las naves que van a Aden hacen escala en esta isla. El arzobispo de esta isla no tiene nada que ver con el Papa de Roma, pero obedece a un arzobispo que vive en Baudac. Éste de Baudac manda a este arzobispo y a otros en varias partes del mundo, como el Papa de Roma. Y todos estos sacerdotes y prelados no obedecen a la Iglesia de Roma, sino a este gran prelado de Baudac, que tienen por Papa. En esta isla viven también los corsarios y hacen escala para vender cuanto han robado. Y lo venden a muy altos precios, por la razón de que los cristianos no ignoran que estas cosas son hurtadas a los sarracenos y no a los cristianos. Cuando el arzobispo muere, conviene que en seguida envíen otro de Baudac. Estos cristianos son, sin embargo, supersticiosos y muy entendidos en encantamientos. El arzobispo les amonesta y les castiga y no quiere que se ocupen de sortilegios, pero no sirve de nada, porque dicen que sus antepasados lo hicieron antiguamente y ellos no quieren ser menos. Y el arzobispo tiene que conformarse porque no los puede enmendar. Y os hablaré de estos sortilegios. Se sirven de ellos para apaciguar el viento cuando es contrario. Mandan al mar la bonanza o la tempestad y el viento. Hacen otros encantamientos, pero son de tal naturaleza que es mejor no lo contemos en este libro, porque os extrañarían y quizá os escandalizarían mucho, y por ello nos callaremos. Partiendo de esta isla, nos dirigimos a la de Mogdasio.

De la isla de Mogdasio (Madagascar):
Mogdasio es una isla hacia el Mediodía, alejada 1.000 millas de Scotra. Los habitantes son sarracenos y adoran a Mahoma. Tienen cuatro obispos, es decir, cuatro ancianos, y estos cuatro ancianos tienen la soberanía de la isla. Ésta es de las más importantes del estuario, y tiene casi 4.000 millas alrededor. Viven del arte y de la industria. En esta provincia nacen más elefantes que en ninguna otra parte, y tampoco en ningún lugar, a excepción de Canghibar (Zanzíbar), hay tan gran mercado de colmillos de elefante. En ella no se come más que la carne de camello. Y matan tan gran cantidad, que no hay manera de creerlo si no se ve. Ellos pretenden que la carne de camello es la más sana que puede caber. Y la comen en todo tiempo. En esta isla hay árboles de sándalo rojo del tamaño de los nuestros. Y aquí queman estos árboles como la leña en nuestros países. Tienen mucho ámbar, porque en este mar hay ballenas en cantidad, y como las pescan, se procuran el ámbar, pues de ellas lo extraen. Tienen leopardos, leones y linces, ciervos y gamos y venados cuantos quieren. Mucha caza y muchas aves. También tienen avestruces muy grandes. Pájaros diferentes de los nuestros, pero que son una maravilla. Aquí también llegan los mercaderes con telas de oro, bayetas de seda y caprichosas para vender y cambiar por otras baratijas. Y ellos hacen pingües negocios. Ya no tienen los navegantes al Sur más isla que la de Zanzíbar, y no pueden ir más lejos, porque la corriente los arrastraría hacia Mediodía y no podrían volver; y por eso se guardan de ir más allá. Cuando vienen los bajeles de Maabar a esta isla tardan veinte días, y cuando vuelven tres meses, por la corriente que los empuja hacia atrás y les impide navegar más pronto. Habéis de saber que en todas estas islas, que están hacia Mediodía en tan gran cantidad, en donde las naves no van ya por la corriente, dicen que hay grifos. Y estos pájaros aparecen en ciertas épocas del año; pero no son como los imagina la gente, con la cabeza de león y el cuerpo de águila. Los que les han visto dicen que en realidad son como inmensas águilas. Y cuentan que son tan fuertes, que se llevan en el aire a un elefante y le dejan caer desde lo alto, de modo que se revienta al llegar al suelo. Entonces el grifo baja a comer y a saciarse en él. Dicen que con las alas abiertas mide 30 pasos, y las alas son de 12 pasos de largo y gordas en proporción. Y lo que yo he visto os lo diré en otra página, porque conviene para el orden de este libro. Os he dicho lo que cuentan los que han visto los grifos. El Gran Khan envió a unos emisarios a estas islas para que se enteraran de lo que eran. Estos hombres contaron cosas fabulosas. Trajeron dientes de jabalí salvaje, exageradamente grandes. Y el gran señor hizo pesar uno de ellos, cuyo peso era de 14 libras. Os podéis imaginar el tamaño que tendría el jabalí cuyo era tal diente. Hay, es cierto, jabalíes que son como búfalos; jirafas en gran número y pollinos salvajes. Tienen pájaros muy diferentes a los nuestros, muy variados y muy curiosos. Y volvamos al grifo. Los de la isla lo llaman «roc», y no le dan otro apelativo; pero confutando sus descripciones, coincide con lo que llamamos grifo. Ya os hemos contado de esta isla sus costumbres y usos; otra cosa no nos queda por contar, y nos iremos para llegar a la isla de Çanghibar (Zanzíbar).

De la isla de Zanzíbar:
Zanzíbar es una isla grande y bella. Tiene 1.000 millas alrededor. Obedecen a un rey y tienen idioma propio. No dependen de nadie y no pagan tributos. Los naturales son fornidos y altos. Pero su complexión es más gruesa que de elevada estatura, pues tienen los miembros tan abultados, que parecen gigantes, y tan fuertes, que pueden llevar la carga de cuatro hombres. Son negros y van desnudos, excepto las partes naturales. Tienen el pelo tan crespo, que no podían desrizarlo ni metiéndolo en agua. La boca es tan grande y la nariz tan achatada, los labios y los ojos tan abultados, que son horribles. Si se os aparecieran en otro país creeríais ver al diablo. Hay elefantes. Hacen gran tráfico del marfil. Tienen leones, tigres, leopardos y linces. Los animales aquí también son diferentes de los del resto del mundo. Los carneros y corderos tienen el cuerpo blanco y la cabeza negra, y así en toda la isla. Nacen en ella jirafas que son ejemplares muy bellos, y os los describiré: Tienen el cuerpo corto y las piernas traseras más cortas también, pero las de adelante son larguísimas, así como el cuello, de modo que la cabeza la llevan muy alta, lo menos a trece pies del suelo. La cabeza es chiquita. Es un animal inofensivo. Es de color cobrizo y blanco rayado y es en conjunto un animal bonito. Y ahora os hablaré del elefante. Cuando el elefante quiere cubrir a una hembra le cava un gran hoyo en la tierra y allí la tumba hasta ponerla patas arriba, porque tiene el sexo colocado en el bajo vientre, como la mujer, y la monta como un hombre. Las mujeres de esta isla son muy feas, porque tienen unas bocazas enormes, la nariz aplastada y gorda, los ojos abultados y saltones y grandes pechos, cuatro veces mayores que los de las otras mujeres. Son feísimas en verdad. Viven de arroz, de carne y de dátiles. No tienen vino de uvas, sino de arroz, de azúcar y especias, pero con esto componen una bebida deliciosa. Son muy comerciantes; aquí acuden también todos los mercaderes y se llevan marfil y ámbar en cantidad. Y abundan en estos mares las ballenas. Los hombres de esta isla son guerreros y se baten muy bien, pues son valientes y esforzados y no les importa morir. No tienen caballos y combaten encima de camellos y elefantes. Encaraman en éstos unos pabellones bien cubiertos y defendidos y en cada uno de estos castilletes montan de 16 a 20 hombres con lanzas y adargas, espadas y piedras. Y la batalla encima de los elefantes es cosa grande. No tienen más armas que las rodelas de cuero y la lanza y la espada, pero con eso ya se diezman bien. Y os diré otra cosa: cuando quieren llevar los elefantes a la refriega les dan de beber el mosto de arroz, es decir, el vino que ellos toman, porque así que lo han bebido se vuelven más feroces y fieros y valen más para librar la batalla. Os hemos contado en parte todo lo concerniente a esta isla y sus habitantes, animales y productos. No hay ya nada que contar, y por eso la dejaremos y os contaremos de la gran provincia de Abasce. Pero antes de proseguirnos queda aún algo que deciros sobre la India. Realmente, sólo os describimos las más importantes islas y provincias de la India, porque tan sólo nosotros podemos hacerlo conociéndolas bien. Pero hay infinidad de otras que callamos porque son insignificantes. En este mar de Indias hay 12.700 islas entre las habitadas y desiertas, según la cartografía y lo que muestra el compás y escrituras de sabios navegantes que la emplean en estos mares. La India Mayor llega desde Maabar hasta Kesmacoran y cuenta 13 grandes reinos, de los que describimos 10. La India Menor llega de Ciamba hasta Mutfili y comprende ocho reinos.

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