Escaso empeño en la conversión durante los primeros siglos: ● Hacia finales del siglo XVIII, después de más de tres siglos de comercio europeo en las costas de Africa occidental, la influencia europea no se había dejado sentir demasiado y la de las misiones cristianas en Guinea había sido escasa; sólo los primeros portugueses se habían interesado en la expansión del cristianismo. Su primera misión en Benin fue pronto trasladada a Warri, donde siguió subsistiendo hasta el siglo XVII, pero allí tuvieron menos éxito que en el Congo en la creación de un Estado cristiano nativo. Su otro campo de actividad misionera estaba en las tierras costeras frente a las Islas de Cabo Verde, donde lo más que pudieron conseguir fue la creación de una dudosa clase de mercaders mestizos de dudosa cristiandad. Con escasas excepciones, los europeos que iban a Africa occidental estaban sólo interesados en exportar sus productos y, principalmente, en el comercio de esclavos. La permanente ocupación europea de la costa, como en la Costa de Oro y en la desembocadura del Senegal, tendió a formar una fina capa de africanos costeros que eran parcialmente europeos en su afecto y, a veces, en sus formas externas, pero la gran masa de Africa occidental y sus pueblos permanecieron ajenos a la influencia directa europea. La principal consecuencia de la llegada de comerciantes europeos a la costa, de su demanda de esclavos y de la introducción de nuevas mercancías, de las cuales las armas de fuego fueron las que tuvieron mayor influencia, fue el estimular en Guinea una nueva y potente manifestación de cara a las zonas costeras, de la arraigada civilización sudanesa. (R.Oliver y J.D.Fage)
Los misioneros descubren en Africa un nuevo campo de evangelización:
Los eclesiásticos de Gran Bretaña ven en Africa un continente que espera su redención. En el siglo XIX crece la influencia de los predicadores; voluntarios no faltan, a pesar de los muy elevados riesgos de mortandad, debida a las fiebres que acosan a los europeos, mal inmunizados. Los misioneros tienen problemas de salud pero no de dinero... En efecto, a lo largo del siglo los recursos de las sociedades evangelizadoras aumentan considerablemente, sobre todo gracias a los donativos de los fieles: en aquel entonces queda bien sumarse a los esfuerzos de los religiosos.
Así es como la Sociedad misionera de la Iglesia anglicana pasa de una renta anual de 30.000 libras en 1830 a 150.000 libras en 1875.
En el Africa central, dos misioneros alemanes, Krapf y Rebmann, forman parte del grupo de pioneros; tras llegar a Mombasa en 1840, traducen la Biblia al swahili para convencer mejor a los futuros adeptos. También son los primeros europeos en mencionar las cimas nevadas de Kenia y del Kilimanjaro; pero sus descubrimientos dejan escépticos a los geógrafos de tertulia...
Por supuesto, la mayoría de los predicadores son sedentarios y no exploradores. No obstante, algunos de ellos aceptan fundar delegaciones en regiones alejadas y dan a conocer sus descubrimientos. El más célebre de estos nuevos apóstoles es sin lugar a dudas David Livingstone, aunque todos ellos contribuyen ampliamente a familiarizar a los europeos con Africa mediante sus publicaciones y conferencias. (Anne Hugon)
Ligadas a las conquistas coloniales llegaron también otras organizaciones con naturaleza igualmente religiosa, como las misiones médicas, bien de inspiración privada, como las organizaciones asistenciales voluntarias británicas (las charities, nacidas a causa del impacto entre las clases populares de la revolución industrial), Cruz Roja (1863), el Ejército de salvación (1865), Save the Children Fund (1919) u Oxfam (1942). Tras la Segunda Guerra Mundial, y en particular en la década de los cincuenta, el fenómeno proliferó de forma considerable, tanto en número y alcance (número de países con ONGs) como en lo relativo a finalidades y sectores de actuación.
El África subsahariana pasó de ser eminentemente politeísta en 1900 a ser mayoritariamente cristiana o musulmana (cerca de un 40 % cada una) en 2000.
Ulises. James Joyce:
Ebano. Ryszard Kapuscinski:
Carta de Karen Blixen (Isak Dinesen):
Colonización de Africa |
Descolonización |
Política |
Magreb |
Canarias y la expansión de los imperialismos (1880-1899)
|