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Alvares Cabral



Alvares Cabral llega a Brasil (1500):
Después de que Vasco da Gama llegase a la India, el rey Don Manuel decidió seguir adelante con más expediciones marítimas. Mandó organizar una gran flota compuesta por trece naves, entre naos y carabelas, en las que iban embarcadas más de 1.500 personas entre soldados y civiles. Don Manuel no eligió para este viaje a Vasco da Gama, ni a ningún hombre versado en la náutica, sino a un aristócrata con dotes de mando y experto en la diplomacia. Su nombre era Pedro Alvares Cabral. Como la expedición contaba con expertos pilotos, Cabral decidió que la flota navegase por una ruta apartada de la costa y huyendo de las calmas ecuatoriales, navegaron más hacia el Oeste de lo habitual y como consecuencia fueron impulsados por los vientos reinantes a unas tierras nuevas, que llamaron Tierra de Veracruz y que después ha sido conocida como Brasil. Cabral despachó un barco para Lisboa comunicando el descubrimiento. El descubrimiento no es compartido por los historiadores, ya que los navegantes españoles Vicente Yáñez Pinzón y Diego de Lepe, habían llegado antes a aquellas costas. Cabral, desde Brasil, se dirigió hacia el Sur de Africa para continuar hacia la India, pero en el viaje le sorprendió un temporal y se perdieron cuatro naves y sus tripulaciones; no obstante tras reparar las naves restantes consiguió llegar a Calicut (costa occidental de la India). En principio mantuvo buenas relaciones con los reyes locales, aunque posteriormente se agriaron y Cabral tuvo que hacerse a la mar con prisas y bombardear la ciudad. En otros puertos de la India, Cabral fue mejor acogido y tras obtener un buen cargamento de especias regresó a Lisboa en julio de 1501, en donde la corte no le dispensó una buena acogida.

Pedro Alvares Cabral (1467-1520):
Ascendido a almirante por Manuel I que, después del viaje de Vasco da Gama (1500), le confió el mando de la segunda flota que salía para la India. Partió de Lisboa el 9 de marzo con 13 navíos y 1500 hombres. Al desviarse de su ruta para descubrir nuevas tierras, arribó a las costas de Brasil el 22 de abril, en un lugar que llamó Terra da Santa Cruz y del que tomó posesión en nombre de Portugal. Prosiguió su viaje pasando el Cabo de Buena Esperanza y llegó a la India en septiembre del mismo año. Asedió Calicut y firmó un tratado. Regresó a Lisboa el 31 de julio de 1502. Manuel I le concedió muchos honores pero no utilizó nunca más sus servicios. Se retiró a Santarém donde murió olvidado. En Navegaciones y viajes, Ramusio (1563) hizo el relato de sus expediciones.

Segunda flota a la India (1500):
Hay que situar el punto de partida de la India portuguesa entre el 10 de julio de 1499, fecha en que llegó a Lisboa la noticia del éxito de Gama, y el 13 de marzo de 1500, fecha en que Cabral se hizo a la mar, con trece navíos, en dirección a las indias. Pedro Alvares Cabral, metódico explorador de Africa y de Asia, fue también, en cierto modo, el Cristóbal Colón de Brasil. Un poco más de inflexión a la Volta, bien aprovisionado, con vientos de costado y de popa, y he aquí que surge en la ruta de la India oriental un sector de costa americana, ideal para una cómoda escala y excelente punto de referencia. Cerrado el paréntesis brasileño -que había durado 10 días- la armada prosiguió su ruta el 2 de mayo, después que el consejo de capitanes, por orden del Capitão mor, enviase a Lisboa el navio dos mantimentos al mando de Gaspar de Lemos. Sigamos el detallado testimonio de Pero Vaz de Caminha. Rumbo este-sureste para doblar ampliamente el cabo de Buena Esperanza; disposiciones para el reconocimiento de la costa africana, a la altura de Agra de São Braz (Mossel Bay), para abastecerse de agua antes de llegar a Sofala. Esta prematura utilización de la experiencia adquirida por los viajes de Bartolomé Dias y de Vasco de Gama era, quizá, demasiado ambiciosa; lo cierto es que la estación estaba mal escogida. La expedición de Cabral escribió un capítulo doloroso en la trágica historia del mar. Sabemos el precio de su precipitación: cuatro navíos perdidos con hombres y equipos, a partir del 24 de mayo, por exceso de riesgo en la aventura, en los principios del invierno austral y en uno de los sectores más difíciles del mundo, hacia los 40º de latitud sur. Fueron los navíos mandados por Luis Pires, Aires da Silva, Simão de Pina y Bartolomé Dias, pérdida incalculable a la que, tiempo después, Camoens rendiría homenaje. Cabral logró salvar con mucho esfuerzo los siete navíos restantes. El Capitão mor acababa de recibir una seria advertencia y, más que nunca, el cabo de Buena Esperanza merecía el apelativo que le diera, doce años atrás, Bartolomé Dias: el cabo de las Tormentas. Para aumentar sus posibilidades, Cabral dividió la flota en tres grupos: una escuadra de cuatro navíos, dirigida por Cabral, Pedro de Ataide, Coelho y Miranda; los dos navíos de Tovar y de Cunha y, finalmente, en solitario, Diogo Dias. [p61] (Pierre Chaunu)


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