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HISTORIA
NAVEGACION
DESCUBRIMIENTOS JOAO II



La exploración africana con João II de Portugal:
La muerte del Infante Don Enrique (1460) paraliza durante bastantes años las exploraciones portuguesas, ya que el rey Alfonso V (1438-1481) está empeñado en una guerra contra el rey de Fez. Alfonso V no parece tener mucho interés en alentar nuevas exploraciones. El tráfico con Guinea se arrendó a Fernán Gómez (1469) a cambio de la entrega anual de 200.000 reis y la obligación de explorar cada año 100 leguas de costa al Sur de Sierra Leona. Esta concesión pasó al príncipe João (1474), heredero de la corona. En 1470 Juan de Santarem y Pedro de Escobar llegaron al golfo de Biafra, y al año siguiente, Fernando Poo descubrió las islas del golfo de Guinea. Continuó la obra de colonización, el establecimiento de factorias y fuertes en el litoral, como el de la Mina, que vino a ser más tarde la Casa de la India, al estilo de la Casa de contratación de los españoles en Sevilla. En 1471 Ruy de Sequeira traspasó la línea ecuatorial y desbarató las teorías de la inhabitabilidad de dichas regiones. Martín Behaim (1459-1506), de Nuremberg, discípulo de Regiomontano, hacia 1480, recorrió las costas africanas al servicio de Portugal; perteneció a la junta de los matemáticos que fundó João II, y redactó un "Manual de navegación" que contiene unas tablas de declinación, basadas en el almanaque perpetuo de Abraham Zacuto. La realeza se propuso entonces un doble fin: explorar las islas y las tierras del Oeste y descubrir la ruta marítima a la India por el Sur de Africa. Colón se establece en Lisboa (1479) pero sus propuestas no son atendidas. En 1481 muere el rey Alfonso V y le sucede en el trono João II (1481-1495), que va a seguir los pasos de su tío-abuelo el Infante Don Enrique. Se apoyó en la burguesía y decidió doblegar a la nobleza. Decapitó al duque de Braganza (1483) y asesinó al duque de Viseu (1484).

Establecimiento de Feitorias por João II:
João II, en diciembre del primer año de su reinado, puso en marcha su primera expedición, aunque con un espíritu muy diferente. La expedición va al mando de Diego de Azambuja y la componen 10 carabelas y 2 urcas, un numeroso grupo de artesanos y 500 soldados. Esta expedición representa un cambio sustancial ya que lo que se pretende es además de fundar una "feitoría", es construir una fortaleza, a la que llaman Sao Jorge da Mina (1482). Se pretende que sirva de apoyo a futuras expediciones y como base de protección para los comerciantes portugueses. Hay que tener presente que la fortaleza se construía en la Costa de Oro, entre la Costa de Marfil y la Costa de los Esclavos, elementos con los que Portugal, va a comerciar en el futuro. En 1486, el cronista Pacheco se refiere de este modo al comercio de Sao Jorge da Mina: "Por la gracia de Dios, el comercio es tan floreciente en esta colonia, que cada año se traen a Portugal 170.000 doblas de oro puro ... La ganancia es de cinco a uno mas". Además de base comercial, Sao Jorge da Mina se empleó como punto de partida de otras expediciones.

Diego Cao (+1486):
Uno de los acompañantes de Diego de Azambuja, llamado Diego Cao, emprendió un viaje exploratorio en 1482. Navegó hacia el Sur, cruzó el ecuador y descubrió la desembocadura de un gran río: el Congo. Allí dejó una señal, los llamados "Padraos", una cruz de piedra que se habían traído expresamente de Portugal para evitar que fueran destruidas por las inclemencias del tiempo como los "Padraos" de madera que se habían colocado anteriormente. Las cruces llevaban esculpidos los nombres del rey, de los descubridores y un texto en latín y portugués. En 1486, Diego Cao, emprendió un nuevo viaje con tres carabelas y al parecer llegó hasta la actual Walvis Bay. Después regresó al Congo para lograr el vasallaje del rey de aquellas tierras y remontó el río hasta explorar casi cien millas en donde murió. João II seguía impulsando estos viajes porque además de obtener riquezas pretendía que sus navegantes llegasen a la parte más austral de Africa y que encontrasen al mítico Preste Juan que, sin duda, podría indicarle con precisión el camino para llegar a la India.

Bartolomeu Dias (1430-1500):
Según algunos historiadores portugueses pudo ser el descendiente de João Dias que llegó al cabo Bojador en 1434 y de Diniz Dias, descubridor de las islas de Cabo Verde. En 1481 acompañó a Diogo de Azambuja en una expedición a la costa de oro. El 10 de diciembre de 1486 João II lo pone al mando de una expedición que bordeara el extremo sur de Africa. El motivo principal de la empresa era encontrar el país del Preste Juan, de quien se habían recibido noticias en 1486 a través de João Alfonso da Aveiro. Después de diez meses de preparación partió de Lisboa a finales de julio o el principio de agosto de 1487 con dos carabelas armadas de 50 toneladas y un barco de suministros. Entre los tripulantes estaba Pero da Alemquer, quien relataría el primer viaje de Vasco da Gama, Leitao, João Infante, Alvaro Martins y João Grego. Al mando del barco de suministros iba su hermano Pero Dias. También embarcaron tres varones y cuatro mujeres negras con el fin de explicar a los nativos los fines de la expedición. En enero de 1488 fue apresado por una tempestad huracanada que arrastró a su gravemente averiada nave en derredor de la punta Sur de Africa. Al alcanzar los 29 grados de latitud (Port Nolloth) fue apartado de la costa por una fuerte tormenta que duró treinta días. Llegada la calma marchó hacia el este y al no encontrar tierra se dirigió hacia el norte hasta llegar a Bahia dos Vaqueiros (Mossel Bay). Siguiendo la costa llegó a la bahía de Algoa. El camino a la India ya estaba libre pero el amotinamiento de su tripulación, debido a la escasez de provisiones, obligó a Díaz al retorno ante la desembocadura del Gran Río de los Peces (Groot Visrivier) que había bautizado Río Infante, por el nombre del capitán de la segunda nave. En su viaje de regreso, Bartolomeu Dias avistó el cabo sur africano, al que dio el nombre de Cabo de las Tormentas (Cabo Tormentoso). Más tarde se impuso el nombre de Cabo de Buena Esperanza por indicación de João II. Regresó a Lisboa en diciembre de 1488 después de 16 meses y 17 días. En 1500 se puso al mando de un barco de la expedición de Cabral que naufragó cerca del Cabo de Buena Esperanza, que había descubierto 13 años antes.

Pero da Covilhao (Covilha,Beira +Etiopía 1545):
Además de continuar con las expediciones marítimas, João II encargó a Pero da Covilhao marchar por tierra en busca del Preste Juan. al que acompañaba el canario Alfonso de Pavía. Salieron en mayo de 1487, recorrieron una extensa ruta que pasaba por El Cairo, La Meca, Calicut, en donde Covilhao se dirigió a Goa, luego a Ormuz y probablemente Sofala. Regresó a El Cairo, en donde supo que Pavía había muerto. Envió una relación al rey con importante información sobre la navegación desde la costa oriental africana a la India. Volvió a cruzar el Mar Rojo, y desde allí intentó llegar a Abisinia, en donde fue retenido, sin que pudiera enviar noticias a Portugal.


Portugal y el oro africano:
Los portugueses organizaron expediciones en aguas del Atlántico con el fin de descubrir nuevas tierras, de llegar a las fuentes del oro, al oro africano. Hasta entonces, los europeos obtenían ese oro mediante el comercio con el Magreb. El metal precioso les resultaba imprescindible para el comercio con el Oriente lejano: con China, con la India, con las islas de la especiería en los mares del Sur. No había en Europa ningún bien equiparable con demanda de Oriente como no fuera el oro. Incluso éste era de procedencia africana. Los portugueses conseguirían, al fin, obtener oro en Africa desde mediados del siglo XV. A comienzos del XVI -entre 1500 y 1520-, la cantidad de oro que llegaba a Lisboa era de unos 700 kilos al año. Cuando los portugueses consiguen llegar a Oriente por mar, descubierta la ruta de El Cabo, parte del oro africano captado por ellos irá directamente a China, a la India y a las islas de las especias. Se ha querido ver en este desvío del tráfico del oro africano una de las causas de la decadencia del Mediterráneo desde finales del siglo XV. (Gonzalo Anes) Las primeras expediciones clandestinas de compañías británicas en el golfo de Guinea obtienen altas ganancias con cargas de oro y marfil. Los franceses fueron los primeros en disputar a Portugal la integridad de su imperio africano, o por lo menos los más audaces en violar las leyes prohibitivas del comercio con los indígenas. (Rumeu de Armas)

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