Hollywood y la guerra: La recreación de los combates se extendieron a todos los lugares, incluso a aquellos en que los norteamericanos no estuvieron presentes. Objective Burma (Raoul Walsh, 1945) fue prohibida en Inglaterra por silenciar la intervención fundamental del ejército británico en la campaña de Birmania. Africa está presente en Sahara (Zoltan Korda, 1943), sobre la caída de Tobruk. Cinco tumbas en El Cairo (Five Graves to Cairo, 1943) fue la segunda película como director de Billy Wilder. Las islas del Pacífico aparecen en Wake Island (John Farrow, 1942), Guadalcanal Diary (Lewis Seiler, 1943), Bataan (Tay Garnett, 1943), Por el valle de las sombras (The Story of Dr.Wasell, Cecil B. De Mille, 1944), La patrulla del coronel Jackson (Back to Bataan, Edward Dmytryk, 1945), Destino Tokio (Destination Tokyo, Delmer Daves, 1943), 30 segundos sobre Tokio (Thirty Seconds over Tokyo, Mervyn LeRoy, 1944). Se dan ciertamente excesos maniqueos como en Air Force (Howard Hawks, 1943), donde el artillero George Tobias derriba un caza y exclama: ¡Japonés frito cayendo! Finalizada la guerra aparecen obras menos triunfalistas que retratan mejor las situaciones dolorosas. También somos seres humanos (The Story of G.I. Joe, William A.Wellman, 1945) se basa en las crónicas del corresponsal de guerra Ernie Pyle.
[Servicio de directores en el ejército:] Encargado por el general Marshall del departamento documental del ejército, organizó un grupo de trabajo que se hizo legendario, la 834th Photo Signal Detachment, con el que John Huston y Ernst Lubitsch colaborarían ocasionalmente. Instalado en un viejo estudio propiedad de Darryl F.Zanuck, el grupo llevó a cabo la serie de documentales más famosa de la guerra, Why We Fight, de siete capítulos (1942-1945). El primero, Prelude to War es considerado una obra maestra de didactismo cinematográfico. También fue notable Tunisian Victory (1944), sobre la acción anglonorteamericana en Africa. Los documentales de Capra, inteligentes, persuasivos y patrióticos, ejercieron una enorme influencia en la moral de las tropas y de los civiles. En Casablanca se introduce el resistente acto de recibir al alto comisario alemán cantando la Marsellesa. En California se recreó la Checoslovaquia de Hitler's Madman (Douglas Sirk, 1943), donde el pueblo se conjura para acabar con un alto funcionario alemán. Se recrea la Francia ocupada en This Land is Mine (Jean Renoir, 1943), donde un maestro encarnado por Charles Laughton enseña a sus alumnos la Declaración de los Derechos del Hombre. Fruto de la alianza militar con la URSS fueron varias epopeyas apologéticas sobre el heroísmo de los campesinos de los koljoses que se enfrentaron a los invasores alemanes: The North Star (Lewis Milestone, 1943) y Days of Glory (Jacques Tourneur, 1944). La más singular es Mission to Moscow (Michael Curtiz, 1943), una insensata justificación de los procesos de Moscú (las purgas de comunistas) y de la política de Stalin a través de las memorias de Joseph Davies, embajador de Roosevelt en el Kremlin, que pocos años después sería utilizada como prueba de la penetración comunista en Hollywood.
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