La vergonzante actuación de los políticos tras el 11-M: Una guerra sorda e interesada corrió por las alcantarillas de la política. (Carmen Rigalt) ¿Cómo es posible que la respuesta política haya sido tan miserable? ... Lejos de servir como soporte para una actuación institucional firme y solidaria, los atentados del 11-M dieron paso a episodios sórdidos de enfrentamiento partidista. (C.J.Cela Conde) [Luego vinieron] los enfrentamientos políticos por interpretar los hechos de la manera más favorable a sus intereses. (Julio Llamazares) En el recuerdo del 11 de marzo en Madrid hay, mezclada con el dolor, como un mineral innoble, una parte de vergüenza, y también la niebla de una confusión política que aún no se ha disipado, después de un año, y que sobre todo es una injuria a las víctimas. Da vergüenza pensar que ni siquiera un atentado de aquella magnitud despertó la solidaridad unánime y verdadra de las fuerzas políticas y de la sociedad civil: que cada cual tuviera su culpable favorito y nadie o casi nadie dejaba a un lado el sectarismo por respeto al dolor. (Antonio Muñoz Molina)
Los políticos y la necesaria unidad: Lo que debió servir para unir las fuerzas políticas y, en consecuencia a los españoles, se ha utilizado con fines deleznables [...] Malditos sean los que anteponen sus intereses electorales a la hora de sumarse sin fisuras a la lucha contra el terrorismo [...] Resulta indignante que algunos de aquellos que tienen responsabilidades o pretenden tenerla en la política española no se hayan entregado en cuerpo y alma a la tarea de exterminar esta lacra. (Juan Arencibia) [Es un] imperativo moral que incumbe a todos los demócratas, luchar unidos contra la violencia terrorista... [Debemos] redoblar nuestra unidad para acabar con esta lacra como prioridad insoslayable. (Juan Carlos I) Intentar sacar un rédito electoral es vergonzoso. Joseba Azkárraga, titular vasco de Justicia, acusa de prevaricación al ministro del Interior por señalar a ETA sabiendo que no es cierto. "Nos repugna que ante el dolor y el terror se haya utilizado la mentira y la manipulación por intereses electorales". (Josu Jon Imaz 21/03/04)
La agitada jornada de reflexión:
La comisión parlamentaria: El juego sucio ha primado en la comisión desde el primer día. Las escaramuzas parlamentarias y los ajustes de cuentas han dejado en un segundo plano el principal objetivo de la investigación: el conocimiento de la verdad. (José Luis Llorente) Si el destino político de España cambió de manera tan clara en unas horas turbulentas, ¿van a hacernos ambos ahora merced de poner todas las cartas boca arriba, pase lo que pase? ¿O lo que un día fue tan importante ha dejado de serlo [mayo 2004] porque han entrado en otro tipo de negociaciones? ¿Van a acabar concluyendo que todos se comportaron un poco bien y otro poco regular y aquí no ha pasado nada? Ninguna objeción a eso, si responde a la verdad y no a la conveniencia partidista. Porque, si se tratara de lo segundo, los ciudadanos tendrían todo el derecho a exigir a sus representantes que no vuelvan a utilizarles nunca más para provocar el ambiente político que les conviene cuando les conviene si, cuando vuelve a convenirles, les hacen una larga cambiada y dejan al electorado con la boca abierta, los oídos prestos y dos palmos de narices. En esta comisión "no se hará sangre". Pues no haberla hecho antes. Que no convoquen una pamema. Porque, si de lo que se trata al final, es de decir cómo se va a intentar evitar que vuelvan matarnos, para eso ya están los expertos, que lo hacen mucho mejor y con la discreción que a los políticos les falta. (Victoria Prego) Quizá hubiera sido conveniente dilatar en el tiempo el comienzo de los trabajos de la comisión. Una comisión parlamentaria puede verse empañada o parecer vacía de contenido si, simultaneamente, se están desarrollando pesquisas policiales o está abierto un procedimiento judicial. (Paulino Rivero, presidente de la comisión del 11-M) La comisión parlamentaria del 11 de septiembre, después de tres años de trabajo, produjo un informe compacto, minucioso, magníficamente escrito, que se ha convertido en un éxito de ventas, y que relata minuto por minuto los últimos días en las vidas de los terroristas y los pormenores de lo que ocurrió aquel día. Cabe preguntarse, no sin desolación, qué ha salido de la comisión española del 11 de marzo (A.Muñoz Molina)
La labor deformadora de parte de la prensa: Al pueblo español lo que realmente le preocupa es evitar futuras situaciones análogas, más allá de que se demuestre que una determinada formación política influyó a determinados medios de comunicación con la idea de reforzar la tesis de que su principal oponente político manipuló a la opinión pública y subestimó una pista y privilegió otra por razones electorales. (Paulino Rivero). La transformación de los medios de comunicación en altavoces de las acusaciones y las mentiras de unos y otros hace imposible una relectura medianamente constructiva. (Jesús Lillo)
La utilidad de la sangre: El terrorismo se está dirigiendo cada vez más a blancos "blandos" imposibles de proteger por completo. Nuestra estrategia sólo puede estar dirigida a recibir información lo más pronto posible y tratar de impedir atentados (Otto Schily).
La Unión Europea: La violencia es moralmente aborrecible y radicalmente incompatible con el ejercicio de la acción política democrática. Quienes la practican, quienes atentan contra la vida de aquellos que no piensan como ellos sólo merecen la condena y el desprecio de los partidos políticos democráticos y del conjunto de la sociedad. No existe ningún objetivo político que pueda reclamarse legítimamente en democracia mediante coacciones o asesinatos. (Punto 2 del Pacto por las libertades y contra el terrorismo). Algunos tarados argumentan que la violencia terrorista es debida a las agresiones que sufren las naciones islamistas por parte de los Estados Unidos y sus satélites capitalistas; y que padecen los vascos por culpa del fascismo español. Los asesinatos cometidos por ETA o la destrucción de las torres de Nueva York, según estos tarados, son "las represalias de los pueblos oprimidos". Denominan pueblos islámicos a casi mil millones de individuos repartidos en el mundo entero con acceso escaso a los medios de información, y por si fuera poco con idiomas distintos. Los grupos del terrorismo islamista tienen en común una sola cosa: la fe del carbonero en la superioridad religiosa de su credo; como los borregos asesinos del terrorismo de ETA disponen de la misma fe en la superioridad racial de su pueblo. (Fernando Arrabal)
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