Fundamentalismo:
El uso de la religión como instrumento político:
La religión conserva un papel relevante en nuestros días:
No hay que mezclar el Islam con el integrismo. El Islam es una religión que yo respeto, como todas las religiones. Pero decir terrorismo es decir fanatismo. En el Corán, el buen Dios no habla de matar. Yo creo que todas las religiones son parecidas. Pero la musulmana es, sobre todo, tolerante. (Cheb Jaled)
Las religiones que empujan a pelear a unos hombres con otros; las religiones que sublevan, que violentan, que dañan, que humillan a los vencidos; las religiones que, para imponerse, emplean recursos desastrosos; las guerras santas, como si alguna lo fuese, en que desembocan los integrismos fuera o dentro de ciertas fronteras; las crueldades cometidas contra mujeres que se realizan a su modo, contra hombres que se apartan de rígidas creencias, contra quienes encontraron otra forma de vida o ejercen su indiscutible libertad de elegir... Todas esas vías no pueden ni ser mandatos de dios alguno ni llevar absolutamente a ningún dios, sino a la ambición torpe, descompuesta y asesina de los peores hombres. (Antonio Gala)
La revolución iraní tuvo una enorme influencia, primero sobre países de Oriente Medio como Siria y Líbano, luego Egipto y por fin sobre el norte de Africa; esa revolución replanteó las relaciones entre el Islam como religión nacional y el arabismo como proyecto de unificación política y cultural... El islam como programa político daña mucho a la propia cultura árabe... Los europeos tienen que empezar a darse cuenta, en primer lugar, de que el movimiento integrista ha existido siempre, no es una novedad; eso sí, siempre ha sido una corriente minoritaria, nunca ha llegado a influir directamente en los estados. Y eso a pesar de que, por ejemplo,
Irán es un país muy importante desde el punto de vista religioso y cultural. (Abdallah Laroui)
Para mí, el Islam no ha condenado jamás ni a Rushdie ni a Nasrim. La condena de Rushdie es obra de un político, el ayatollah Jomeini, un jefe de Estado que tomó esa decisión por razones políticas, seguramente sin haber leído nunca el libro, y con objetivos políticos. El suscitó un movimiento
que, efectivamente, se ha propagado porque afecta a una comunidad que se interroga sobre su identidad y su lugar en el mundo. Pero la mayoría de los musulmanes no desean la muerte de ninguna de estas personas. Probablemente hay muchos que pueden sentir hostilidad ante el libro, como en el mundo cristiano puede haber detractores de la película La última tentación de Cristo. Hechos como éstos ocurren en un mundo musulmán que se halla en crisis por múltiples factores, pero no ocurren a causa de la naturaleza de su religión. (Amin Maalouf)
Difícilmente pudo Mahoma pensar en crear un Estado. Ni tan siquiera debió tener conciencia de ello. En consecuencia, no fijó regla alguna de sucesión... esta fe surgió en una región que no contaba con estructuras estatales sino tribales... el debate sobre si el islam es religión o política se ha mantenido durante siglos y es planteado en la actualidad. Para los pensadores musulmanes progresistas, está claro que se trata de un mensaje divino y no de un sistema de gobierno; una religión y no un Estado. Para numerosos creyentes, la ley islámica forma parte de la religión, tiene una instancia divina. La solución final que se adopte en esta delicada cuestión es decisiva para poder laicizar la sociedad musulmana, presupuesto casi indispensable para que se puedan respetar todos los derechos y libertades de las personas... a mediados del siglo XX surgió un poderoso movimiento de renovación y modernización del mundo musulmán. Tuvo como razón de ser la lucha contra la intervención colonial de las potencias occidentales. Liderado por los grandes estadistas Nasser, Bumedián, Burguiba, y los dirigentes del partido Baaz sirio-iraquí, su objetivo principal era la modernización y el desarrollo económico de sus respectivos países y la creación de la gran nación árabe. La instancia religiosa no formaba parte de este movimiento político... el fracaso del panarabismo y su política económica -destruida por la explosión demográfica, los gastos en armas, el mal gobierno y el conflicto palestino-israelí- generará en la sociedad musulmana una profunda crisis y enorme frustración.
Durante las últimas décadas, esta situación ha potenciado el crecimiento del islamismo radical, que busca una identidad cultural y política de origen religioso con Occidente como enemigo. El objetivo final es la implantación de un estado teocrático donde impere la sharia, tal como ellos la entienden y siempre que sirva a sus intereses. Estos movimientos poco tienen que ver con el islam como religión: son instancias políticas que ambicionan el poder y manipulan el sentimiento religioso en su propio beneficio.
(Jerónimo Páez)
Democracia:
[...] la prensa turca citaba a un portavoz del Departamento de Estado norteamericano. Decía que lo que le importaba a Washington no era que la sociedad fuera aconfesional, sino que fuera democrática. «Y yo me pregunto, ¿cómo puede haber aconfesionalidad sin democracia?», dice un periodista. «¿Hay algún país en el mundo que sea confesional y democrático a la vez?» (John Hopper)
[...] Quizás se podría decir que la religión se convierte en aquello hacia lo que la conduce la sociedad que la sostiene; que, si la sociedad evoluciona, evoluciona la religión; y que, a partir de los mismos textos, textos
que nunca han cambiado, se pueden justificar tanto la tiranía como la democracia. (Amin Maalouf)
En un libro anterior planteé los conflictos de integración que ocasionan la cultura y religión islámicas en los países occidentales. Representan un sistema de creencias que no acepta ninguno de los principios de la democracia liberal, la autonomía laica, la separación de Iglesia y Estado, que no cree en la libertad individual. Importa la voluntad de Alá. Todo esto está bien y tal vez les haga felices a ellos, pero no son las premisas para crear un sistema político democrático liberal. Son sistemas contrarios a nuestros principios de civilización, lo que no significa que estos inmigrantes no se puedan integrar, aunque no es fácil, especialmente por el crecimiento del fundamentalismo. La única integración válida es la de la de los valores éticos y políticos, porque ellos pueden conservar su religión, lengua y costumbres. Por ejemplo, los judíos siguen siéndolo, siguen teniendo su religión, sus valores y prácticas religiosas, pero están perfectamente integrados porque aceptan los valores políticos de los occidentales. Lo mismo ocurre con los chinos o los japoneses. (Giovanni Sartori)
Aunque algunas naciones musulmanas se han enriquecido gracias a sus recursos petrolíferos, la mayoría de ellas son pobres y están cada vez más desmoralizadas por su posición en el mundo. Pocas sociedades musulmanas disfrutan de las prerrogativas civiles que se tienen por elementales en Occidente, como la libertad de expresión y el derecho a votar en unas elecciones justas. Y sus índices demográficos se están disparando: en los países musulmanes, cuatro de cada diez personas tienen menos de 15 años. Muchos miembros de estas sociedades recurren a los movimientos políticos islamistas para afirmar su identidad y reclamar el control de sus propias vidas [...] algunas naciones musulmanas, como Irán o Arabia Saudí, basan su sistema de gobierno en la sharia, la ley coránica, que es en sí misma objeto de debate e interpretaciones. Otras, como Malaysia y Jordania, combinan estos principios tradicionales de justicia con otras fórmulas gubernamentales y sociales más modernas y laicas. (Don Belt)
Intervención occidental:
Irán es un país grande y rico, y los países occidentales no cambian sus intereses por los derechos de los pueblos.
Nosotros no tenemos nada que ofrecerles, salvo nuestro agradecimiento y esto no parece suficiente. (Abdula Hasan Zadeh sobre la falta de apoyo a la oposición iraní)
[Sobre el referéndum de Argelia 1996] ...Si el método es abusivo -la oposición no ha tenido ninguna posibilidad seria de expresarse libremente-, peor todavía es el fin perseguido: se trata de plebiscitar la supresión de la división de poderes y de poner límites estrictos a la libertad de asociación. Pero las potencias occidentales no dirán nada en contra. Porque el referéndum es un instrumento del Gobierno argelino para impedir que pueda llegar al Poder el integrismo islamista, que venció en las elecciones de 1992 bajo la bandera del Frente Islámico de Salvación. Y el integrismo islamista no conviene de ninguna manera a las potencias occidentales, entre ellas España, que tiene muy importantes negocios -el del gas natural, muy destacadamente- con el Gobierno de Argelia. Planteémonos la paradoja: ¿defendemos la democracia sólo cuando los destinados a triunfar son de los nuestros? Y por vía contraria: ¿qué hay que hacer cuando quienes vencen por vía democrática son hostiles a las libertades democráticas? (editorial. El Mundo)
Crisis ideológica y moral:
Históricamente, en el Tercer Mundo, los pueblos de mayoría musulmana, después de una experiencia colonial llena de desastrosas secuelas, expresan el deseo, o la necesidad, de volver a su más culta e inmediata forma de vivir, que es el Islam, para afrontar los tremendos retos que les plantea nuestro tiempo con las necesarias referencias. Concluyen que el Islam es la forma que garantiza la evolución de sus sociedades, el modelo que les asegura su progreso (Hashim Ibrahim Cabrera).
Defensa de valores tradicionales:
Muchos países musulmanes se interrogan hoy hacia dónde se dirigen, cuál es nuestro modelo. Algunos han optado por el modelo nacionalista, que ha fracasado. Otros, por el modelo socialista, que también ha fracasado. No hay modelo. Tienen todos los problemas que puede tener el Tercer Mundo: problemas de vivienda, de paro, una juventud perdida a la que no se le ofrece nada, a la que nadie propone nada porque hay una crisis moral en el mundo... Hay crisis de modelos en el mundo entero.
No es verdad que el Islam sea una religión más asfixiante que las demás. No es ésa mi experiencia. Que hoy exista una corriente fanática no es una consecuencia del propio Islam sino algo que tiene que ver con la crisis del Tercer Mundo. El Islam nunca impidió el avance de la ciencia ni la evolución de la filosofía. Ocasionalmente puede haberse encerrado, como ha ocurrido con otras religiones, pero esto, en todo caso, no es debido a la naturaleza del Islam. Que hoy existan religiones con una imagen más abierta al lado de otras que parecen más encorsetadas no debe llevarnos a decir, a partir de esta imagen estereotipada, que lo que está en discusión sea la misma esencia de la religión islámica. Sería injusto.
(Maalouf)
[...] He escrito 20 libros y 700 artículos. ¿Han leído mis detractores alguno de ellos? ¿Están familiarizados con mis extensos estudios sobre las escrituras islámicas y mis esfuerzos por ayudar a los musulmanes a que sean fieles a esos principios y que, al mismo tiempo, afronten los desafíos del mundo contemporáneo? ¿Conocen mi declaración del 12 de septiembre del 2001 en la que pedí a los musulmanes que condenaran los atentados terroristas? ¿O mis condenas del antisemitismo? ¿Han leído mis escritos en favor de los derechos de las mujeres y del feminismo islámico y en contra de los malos tratos y la discriminación?
La base de mi mensaje a los musulmanes de todo el mundo es ésta: Conoce lo que eres, lo que quieres ser. Encuentra valores comunes y construye, junto a los ciudadanos no musulmanes, una sociedad basada en la diversidad y la igualdad. Nuestro éxito colectivo descansa en la ruptura de los guetos colectivos, en la colaboración más allá de las asociaciones restringidas y en fomentar la confianza mutua, sin la cual vivir juntos es casi imposible. (Tariq Ramadan [Artículo sobre la denegación de su visado])
Surgimiento del islamismo estricto: |