El Muro de las Lamentaciones:
El genocidio iniciado por Tito fue completado sesenta y dos años más tarde, cuando, a consecuencia de la revuelta de Bar Kokheba, Jerusalén perdió su población, su alma, e incluso su nombre: pues se convirtió en Aelia Capitolina, una colina dedicada a Júpiter Capitolino.
Ante este desastre total, el saludo "el próximo año en Jerusalén", lacerante recuerdo de la patria perdida y perenne esperanza de regreso, se hizo ritual entre los hebreos de la diáspora (término que significa dispersión por el mundo). Y el recuerdo del Templo tuvo, para ese pueblo disperso, el mismo valor unificador que el edificio real había tenido para quienes conquistaron, a precio de duras pruebas y de sacrificios, la Tierra Prometida.
Con el tiempo se convirtió en un hábito de los hijos de Israel ir a llorar la libertad perdida sobre los restos del Templo: tradición que determinaría que a tales restos se les diera el nombre de Muro de las Lamentaciones. Desgraciadamente, para un pueblo derrotado y disperso hasta resulta difícil llorar sobre su propio destino. En el año 638 de la era cristiana, los árabes conquistaron Jerusalén. Para ellos, igual que para los hebreos, era una ciudad santa. Y ello dio lugar a un conflicto de intereses no menor que el que existía con los cristianos, para los cuales los hebreos no eran de la Raza del Señor, sino sólo los "asesinos" de Cristo. Sobre el solar del Templo, los musulmanes construyeron algunos de sus más insignes y sagrados edificios: la mezquita de Omar, más conocida por la "Cúpula de la Roca" o como mezquita de Al-Aqsa. Ya era imposible no sólo la reedificación del Templo, sino también -como proponía la comunidad hebrea- la adquisición de las pocas piedras calcinadas sobre las que llorar. tanto más cuanto la tradición del Islam acabó relacionando el propio muro con el viaje que Mahoma realizara, volando, hasta Jerusalén, montado en el Buraq, un mítico caballo alado de cabeza humana. Peregrinos musulmanes y hebreos acabaron encontrándose, interpretando las piedras de dos maneras distintas.
(F.Conti)
Acre:
► En 1413 muere en la Abadía de Westminster Enrique IV sin haber entrado en Jerusalén. Peregrinó a Tierra Santa pero se cuidó de tentar su suerte porque le habían profetizado que moriría allí.
► Los jázaros, en sus tierras entre los ríos Dniéster y Dniéper, en los bordes del mar Negro, tuvieron reyes llamados David, Salomón, Josué y Absalón.
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