Víctor Erice:
Que las imágenes susciten en el espectador una actitud de contemplación y un descubrimiento es un objetivo que pertenece a los orígenes mismos del cine. No es una aspiración de hoy, teñida de modernidad. Y es cierto que siempre me ha interesado mucho la relación que puede establecerse entre ficción y documental. De ahí, las referencias a Flaherty, Renoir y Rosellini, que se puede extender también a los principales cineastas de la nouvelle vague francesa. Me conmueve de una manera particular el cine cuyas imágenes discurren al compás de los hechos más esenciales de la vida, el que da cuenta sencillamente del paso de los días. (V.Erice, entrevista a M.Campaña, 1999)
El espectador:
Las decisiones de Erice, ajenas a las de la gran mayoría de directores, llevan gran preparación y meditación. Pueden ser explicadas y comprendidas por cualquier espectador, incluso por aquellos que encuentran su cine lento y centrado en situaciones poco interesantes. Los finales abiertos son una molesta polisemia para el espectador acostumbrado a rechazar múltiples opciones. En el cine actual el espectador no es invitado a participar y de él no se requiere absolutamente nada.
Hubo un momento, a partir de Los desafíos [1969], en que, por distintas circunstancias, llegué a la conclusión de que debía reconstruir por mí mismo, sin ninguna ayuda, mi actitud ante el cine. He procurado recuperar esa relación directa, sin intermediarios, sin clasificaciones, sin atender a defender posturas de grupo, esa relación que está en el origen de nuestra experiencia original como expectadores. (V.Erice, 1973)
El Sur (1982):
Ficha técnica: España/Francia. Argumento y guión: Víctor Erice, a partir de un relato de Adelaida García Morales. Fotografía: José Luis Alcaine. Música: Piezas de Ravel, Schubert y Granados, Montaje: Pablo G. del Amo. Producción: Elías Querejeta, P.C., TVE y Chloe Productions. Jefe de producción: Primitivo Alvaro. Duración: 93 min.
Ficha artística: Omero Antonutti (Agustín), Sonsoles Aranguren (Estrella, 8 años), Icíar Bollaín (Estrella, 15 años), María Massip (Estrella adulta, voz en off), Lola Cardona (Julia), Rafaela Aparicio (Milagros), María Caro (Casilda), Francisco Merino (enamorado), José Vivo (camarero), José García Morilla (chófer), Aurore Clément (Laura-Irene Ríos), Germaine Montero (Doña Rosario).
El espíritu de la colmena (1973):
Ficha técnica: España. Argumento y guión: Angel Fernández-Santos y Víctor Erice. Fotografía: Luis Cuadrado. Música: Luis de Pablo. Montaje: Pablo G. del Amo. Producción: Elías Querejeta P.C. Jefe de Producción: Primitivo Alvaro. Duración: 106 min.
Ficha artística: Fernando Fernán-Gómez (Fernando), Teresa Gimpera (Teresa), Ana Torrent (Ana), Isabel Tellería (Isabel), Kery de la Cámara (Milagros), Estanis González (brigada de la Guardia Civil), José Villasante (monstruo de Frankenstein), Juan Margallo (Fujitivo), Laly Soldevilla (maestra), Miguel Picazo (médico).
El sol del membrillo (1992):
Ficha técnica: España. Argumento y Guión: según una idea cinematográfica original de Antonio López García. Fotografía: Javier Aguirresarobe y Angel Luis Fernández. Fotografía: José Luis López Linares. Música: Pascal Gaigne. Montaje: Juan Ignacio San Mateo. Producción: María Moreno P.C., con la participación de Euskal Media e Igeldo Zine Produkzioak. Productor asociado: Angel Amigo. Producción ejecutiva: María Moreno. Subvencionada por el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Visuales. Duración: 139 min.
Intento frustrado por un tiempo desapacible que se prolonga inusualmente en el cielo de Madrid. El concienzudo trabajo preparativo del pintor no consigue atrapar la imagen del árbol antes de que los frutos maduren y cambien de forma y situación. El cuadro inacabado pasa al sótano mientras los membrillos caen y se pudren. Nadie parece advertir que todos los membrillos se están pudriendo bajo una luz que no sé describir, nítida y a la vez sombría, que todo lo convierte en metal y ceniza. (Antonio López)
Cine y poesía:
Me gusta mucho filmar la poesía, pese a que sea una cosa casi imposible. El cine es un medio para hacer descubrir la poesía, sea la poesía de un poeta, sea la poesía del mundo. Pero no es el cine lo que es poético, es la cosa mostrada lo que lo es. (Eric Rohmer, Lo antiguo y lo nuevo, 1965)
El misterio, elemento esencial de toda obra de arte, falta en general en las películas. Autores, realizadores y productores tienen mucho cuidado de no perturbar nuestra tranquilidad, cerrando la maravillosa ventana de la pantalla sobre el mundo liberador de la poesía... El cine parece haber sido inventado para expresar la vida del subsconciente cuyas raíces penetran tan profundamente en la poesía; sin embargo, casi nunca es empleado con este fin. (Luis Buñuel, 1958)
La obra extrema, personal, la película que sorprende por su belleza y armonía o por su vigor y violencia, sigue siendo la mayor parte de las veces inexplicable. Ese es el milagro y esa la grandeza de cualquier forma de arte: por encima de las modas, de las escuelas, de la rutina, surge el rompimiento, el desgarro y lo imprevisible. (Carlos Saura)
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