Juan Sebastián Elcano (1476-1526): Primus circumdedisti me (Fuiste el primero que me diste la vuelta).
En 1525 se alista como lugarteniente de la flota de García Yofre de Loaisa que partía de La Coruña hacia las Molucas. Debido a las tormentas sufridas durante el paso del Estrecho de Magallanes, la tripulación se amotinó, y García de Loaisa murió. Elcano se pone al frente de las siete naves de la expedición, y las dirige al Pacífico, donde murió antes de pisar tierra firme. Sólo una de las naves llegó a su destino.
(*) Guetaria fue patria de Juan Sebastián Elcano, el navegante. La estatua que le había levantado don Manuel de Agote se destruyó con la guerra de 1835. Ahora, Juan Sebastián Elcano tiene otra, muy teatral pero mal emplazada. El vagabundo piensa que el monumento de Guetaria, que seguramente es muy importante, no está puesto en buen sitio; rodeado de rocas inmensas y con la fortaleza de San Antonio, metida en la mar, sirviéndole de fondo.(Camilo José Cela)
El buque escuela Juan Sebastián de Elcano (1927):
Velamen:
El buque Juan Sebastián de Elcano fue botado el 5 de marzo de 1927, siendo madrina Carmen Primo de Rivera, hija del presidente del Gobierno, y con la presencia del almirante Cornejo como ministro de Marina. La vistosa ceremonia fue recogida por la prensa de la época. La Marina recibió el barco el 29 de febrero de 1928, con las formalidades de rigor, haciéndose cargo del buque ante la presencia del ministro, el vicealmirante Eliseo Sanchiz, comandante general del Arsenal de la Carraca. Su primer comandante sería el capitán de fragata Manuel de Mendivil que había sido precisamente el último de la Nautilus.
Las características y dimensiones del buque recién entregado eran: eslora 94,13 metros; manga 13,10; puntal 8,68. El casco y los dos palos mayores construidos totalmente de acero, siendo su desplazamiento total de 3.420 toneladas tipo y 3.754 a plena carga. Se le había montado una potente estación radiotelegráfica para largas distancias y para precisar la navegación contaba con una aguja giroscópica Perry, una mesa trazadora de derrota y una corredera Salt. Todos estos instrumentos fueron mejorados y
perfeccionados en el transcurso del tiempo, sobre todo tras las grandes obras de modernización realizadas en el arsenal de la Carraca en 1956 y 1978. Hoy cuenta con modernísimas instalaciones, radar, aire acondicionado, grandes frigoríficos y soportes informáticos.
A su entrega el buque contaba con un motor auxiliar diessel de 800 caballos (después se mejoraría) y su aparejo era de bergantín goleta con cuatro palos bautizados con los nombres de "Blanca", "Almansa", "Asturias" y "Nautilus" en recuerdo de los buques escuela que le precedieron.
En las pruebas de vela demostró tener excelentes condiciones marineras a pesar de haberlas realizado con vientos duros que obligaron a una recogida de aparejo. Las pruebas de velocidad y de consumo resultaron también satisfactorias.
Dos liverpools o talametes dividen la larga cubierta principal -entre la popa y el castillo- en tres cubiertas a un nivel inferior. Puentes de unión entre los liverpools comunican el castillo y la cubierta de popa sin que sea necesario descender a cubiertas inferiores.
Las importantes reparaciones que se llevaron a cabo en 1956 y 1978 permiten que siga en perfectas condiciones a pesar de ser el buque escuela más antiguo del mundo. Tiene el radar situado en cubierta delante del trinquete. La cúpula de la radio por satélite junto a tres antenas está ante el palo mayor.
Eventos y numerosas singladuras:
La estela del buque Juan Sebastián de Elcano. Por Francisco Flores:
El día 14, permanecimos en el epicentro del ciclón, fue el día más negro. Sobre las once horas hubo dos bandazos seguidos a babor, digo seguidos, porque sin adrizarse del primero, tuvimos el segundo, que nos apartó de la vertical más de 40 grados. Lo que alguien llamó "toda la mar dentro". El buque se levantó y adrizó con mucho trabajo, mientras vibraba desde la quilla a la galleta, pero se enderezó siempre valiente. Mientras cataratas de agua enfurecidas se precipitaban de babor a estribor con desastroso estruendo, estrellándose contra lumbreras y mamparos, saltando por encima de cabrestantes y volteando hombres agarrados a los andariveles para que no se los llevara la mar.
El barco y el viento tuvieron una feroz lucha con mar montañosa, es decir, con olas de 13 a 15 metros de altura, formando auténticos barrancos entre ellas al caer en los cuales, si lucía el sol, nos quedábamos a la sombra.
El viento osciló entre fuerza 11 y 13 (130 a 180 km/hora) a esa velocidad la acción del viento sobre las crestas de las olas producía una cortina de agua salada pulverizada por encima del buque que era igual que una lluvia, y que impedía ver el sol aunque estuviera despejado.
El estremecimiento del buque al choque violento contra las olas y en las que enterraba toda la proa en la mar era constante, las gentes entre sobresaltos y riesgos, con ropas de agua y tonificados con un poco de coñac acudían a cualquier maniobra sin ser llamados.
Fueron muchos los que se jugaron la vida, habiendo heridos y contusionados, entre ellos el cabo Marrugal, que en la maniobra de reemplazar un triángulo de capa popel, que el viento había deshecho, recibió un traumatismo en la región mentoniana con un motón de calabaza, produciéndole una herida inciso-contusa que necesitó dieciséis puntos de sutura, perdió el conocimiento y cayó al mar, y una ola milagrosamente en acción de remolino lo metió dentro del buque. El Comandante, el segundo y el oficial de Derrota permanecieron los tres días y sus noches en el puente, y así todo el personal lo vivió vestido y en estado de alerta. Comimos lo que pudimos y bebimos el agua verde y revuelta de los tanques. Recordamos cuanto teníamos que recordar y rezamos lo nuestro. (Francisco Flores Hernández)
Presencia española en Oceanía |
Fernando de Magallanes (1480-1521) |
Urdaneta |
El trasatlántico Juan Sebastián Elcano (Sestao 1926) |
Islas Molucas
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