Naufragios: Costas de Galicia
Finisterre (s.XX):
En 1903 colisionaron a dos millas del Cabo Finisterre el barco sueco Svtpord y el inglés Tang Castle. Todos los marineros suecos mueren atrapados.
En 1907 por causa de la niebla, se estrella contra la roca de Carraca el carguero inglés Denewell, a una milla de la playa de Mar de Fóra.
En 1932 durante unas maniobras militares, el barco de la Armada española Blas de Lezo roza los arrecifes de Centolo y resulta hundido.
En 1951 se rompen a la altura del Cabo Finisterre las sogas del remolcador holandés Hudson, que arrastraba al buque inglés Ulster Duke. El Ulster Duke se destroza contra la roca de Bufadoiro. Sólo queda un superviviente.
En 1987 el mercante Casón se hunde en la playa de Rostro, con un cargamento de sustancias tóxicas no identificadas y mueren 23 tripulantes.
El naufragio del Serpent (Finisterre 1890).por Quique García:
The Serpent, buque-escuela de la Marina Real inglesa, partía el 8 de noviembre de 1890 de Plymouth, con dirección a Sierra Leona. Dos días más tarde, a las 23 horas de la noche, termina su viaje en el lugar que hoy se conoce como " Baixo do Serpent ", en la ensenada de Trece.
Era una noche de mar embravecido. La tripulación del Serpent no podía darse cuenta del peligro que se les avecinaba. El buque-escuela inglés se convertiría en la más célebre de las víctimas de la traicionera Punta Boi.
Tras estrellarse contra las rocas de Boi, el barco es inmediatamente comido por las gigantescas olas, que lanzan con vida a las playas de la ensenada de Trece a tres de los 175 tripulantes del buque-escuela. Los supervivientes, en su deambular nocturno buscando ayuda, llegan a la parroquia de Xaviña, donde reciben todo tipo de atenciones por parte de los habitantes.
La población se mobiliza para cumplir con el cristiano deber de recuperar los cuerpos. Al llegar a Trece, el espectáculo con el que se encuentran es dantesco : toda la costa está llena de restos del barco y de cadáveres. Nueve días después, salía de A Coruña el Lapwing, que esperó la orden de la autoridad eclesiástica para consagrar el cementerio donde se enterrarían las víctimas, el conocido " Cemiterio dos Ingleses ". Una vez realizada esta ceremonia, el Lapwing lanzó una salva en gratitud a esta aldea de las tierras camariñanas por su heroica actuación.
Para mostrar gratitud por este comportamiento, el Almirantazgo regaló una escopeta al Párroco de Xaviña, un reloj de oro al alcalde de Camariñas, y para el Ayuntamiento, como representación del pueblo, un barómetro que todavía se puede ver en la fachada de una casa próxima al puerto. Como memoria del Serpent también se conserva su mascarón de proa, "O Barbudo".
Durante los años posteriores a la tragedia, el Almirantazgo inglés ordenaba lanzar una corona de flores delante del Boi a un barco de la Armada enviado especialmente para este cometido. Hasta los años 1950, cuando un barco de guerra inglés pasaba por delante de esta costa, disparaba las salvas de ordenanza en señal de duelo.
Otra versión de este naufragio nos la da Ramón Allegue, autor del libro Mar Tenebroso; Según este escritor, el Gobierno inglés necesitaba enviar una gran fortuna para su ejército colonial, así como nuevos suboficiales para relevar a las tripulaciones de otros barcos en Africa del sur. En esta misión, debido al valioso cargamento, el Serpent sería escoltado por el Lapwing.
Los raqueiros británicos, muy introducidos en las altas esferas de su país, y viendo su rentabilidad, avisaron a los raqueiros gallegos. Los gallegos actuan y consiguen apagar el faro Vilán, de modo que el Serpent se va contra el Boi. El mar estaba tan turbulento que ni los raqueiros podían llegar a los restos del barco. El Lapwing, que iba unos kilómetros por delante, dio la vuelta al no ver al Serpent.
Pasado el desastre, el Mac Mahon se queda en el lugar vigilando los restos del naufragio. El Lapwing vuelve con otro barco, el Sunfly, y consiguen recuperar un cofre lleno de monedas de oro. Pero días después, al darse cuenta de que faltaba otro arcón, el Lapwing volvió de nuevo a Camariñas. El hermetismo del Gobierno británico no permitió conocer la existencia de los dos cofres y, no encontrando el segundo arcón, se justificó la visita al lugar del naufragio por el agradecimiento a la heroicidad de las gentes de Camariñas.
(Quique García)
Naufragios de Finisterre (s.XX):
Finisterre, el Fin del Mundo, observa día y noche el paso de innumerables barcos enfrente de sus costas. El mar de Finisterre, tempestuoso Atlántico, es cementerio de naves y hombres en decenas de catástrofes marítimas de las que citamos a continuación:
28 Noviembre 1596:
20 bajeles de la flota de la Armada española, dirigida por Martín de Padilla, se hundieron en un violento temporal en la entrada de la ría de Corcubión, causando 1.706 muertos.
El desastre ocurrió ocho años más tarde y en idénticas circunstancias que el célebre episodio de la Armada Invencible, cuando los españoles se fueron a combatir contra Inglaterra.
7 Septiembre 1870:
El acorazado inglés HMS Captain se fue contra la roca Centolo falleciendo 482 personas. Es el mayor accidente conocido en la era moderna en este litoral.
25 Agosto 1878:
El mercante inglés Bitten naufraga en la noche contra el Centolo, ahogándose 10 de los 12 tripulantes.
19 Junio 1882:
El carguero inglés Sunrise se hunde en los arrecifes de Fisterra. Un marinero y sus dos hijos de doce anos salvan a 33 tripulantes con una barca de remos.
31 Junio 1903:
Colisión a dos millas del Cabo Finisterre entre el barco sueco Svtpord y el inglés Tang Castle. Todos los marineros suecos mueren atrapados.
1 Junio 1907:
Por causa de la niebla, se estrella contra la roca de Carraca el carguero inglés Denewell, a una milla de la playa de Mar de Fóra.
12 Junio 1932:
En unas maniobras militares, el barco de la Armada española Blas de Lezo roza los arrecifes de Centolo, hundiéndose posteriormente.
31 Marzo 1951:
Se rompen a la altura del Cabo Finisterre las sogas del remolcador holandés Hudson, que arrastraba al buque inglés Ulster Duke. El Ulster Duke se destroza contra la roca de Bufadoiro. Sólo queda un superviviente.
5 Diciembre 1987:
El mercante Casón se hunde en la playa de Rostro, con un cargamento de substancias tóxicas no identificadas. Mueren 23 tripulantes intoxicados. Se evacúan las villas de Fisterra, Corcubión y Cee, con afecciones respiratorias y cutáneas entre los habitantes.
(www.finisterrae.com)
Los galeones de Rande (23 octubre 1702):
La flota había salido de La Habana en 1702 escoltada por una escuadra francesa. Estaba al mando Manuel de Velasco Tejada, que había retrasado la partida de México con hábiles artimañas porque no había conseguido barcos suficientes para transportar todo lo que quería. La carga estaba destinada a financiar la guerra de Sucesión, que enfrentaba a España y Francia contra la liga formada por Austria, Inglaterra y Holanda. Esta guerra finalizó con la subida al trono del candidato francés, Felipe V de Borbón, quien sucedió a Carlos II el Hechizado, último de los Austrias.
En la contienda participaron todos estos países menos Austria.
El 23 de octubre una escuadra anglo-holandesa entró en la ría con 25 naves salvando las baterías y se precipitó contra los galeones españoles. Cuando empezó el ataque los españoles y franceses a bordo de sus barcos eran muy pocos.
La cifra de 2.800 muertos (de ellos 800 anglo-holandeses) que se repite con frecuencia es seguramente muy exagerada. El total de heridos fue de 3.000 hombres y fueron 28 los barcos hundidos. Según el historiador Filgueira Valverde cientos de aves exóticas que transportaba la flota de Indias se desperdigaron por la comarca.
Los ingleses se llevaron el barco Santo Cristo de Maracaibo cargado de tesoros, que se hundió cerca de las islas Cíes. Durante tres siglos se ha buscado este barco en una zona comprendida entre tres y doce millas al suroeste de las Cíes. desde los bajos de A Goeira.
En el Archivo de Indias hay datos precisos sobre lo que aconteció después de la batalla: hubo juicios y consejos de guerra pero no se lo hicieron a Velasco y a los responsables, sino a los marineros que se quedaron a cargo de quemar los barcos y no se destruyeron. Están las declaraciones de marineros que tuvieron problemas por incumplir la orden de quemar los barcos, diciendo que llovía mucho y que no se encendía la mecha, y que se habían tirado al agua ante la amenaza de los soldados ingleses. (Fernando Navarrete)
A finales de los años cincuenta los últimos buscadores de tesoros Robert Sténuit y John Potter rastrearon la zona.
La filmación del documental Rande (1989):
El realizador Fernando Navarrete filmó los restos de los 28 barcos que yacen en el fondo de la ría de Vigo. Un interesante material de más de 300 horas filmadas en las turbias aguas de la ensenada de San Simón permanece inédito.
Los dos navíos mejor conservados son el Santísima Trinidad (también denominada La Almirante), era un barco español construido en 1690; y el Solide, francés, de 1625, considerado como una muestra de los avances de la arquitectura naval de su tiempo.
La cuaderna es lo que se encuentra mejor conservado. Los barcos se han desmoronado, pero en algunos permanece la parte gruesa de la madera: cuadernas, quillas, piezas que sujetaban los pisos, anclas, cañones... Incluso parte de la popa y de la proa también aparecen casi trescientos años después de su hundimiento. (Fernando Navarrete)
Entre los restos filmados están partes muy interesantes de los barcos, como la proa o la popa, poleas de bronce y de violín (como las que tenía el Vasa, recuperado por los suecos), ladrillo refractario de las cocinas de los navíos, bobinas de cabos de cáñamo, duelas de barril, anclas como las que hay en monte de O Castro... Del Solide, por ejemplo, está toda la zona de proa. (Edelmiro Martínez)
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