Bienestar:
[Welfare]
Es la sensación interior del ser humano, psicológicamente muy compleja, que se exterioriza con manifestaciones de complacencia y optimismo. En economía se establecen ciertas correspondencias entre el bienestar y el nivel de satisfacción de las necesidades, que en el pasado (A.C.Pigou) pretendieron medirse a través de la renta per cápita. Actualmente, la teoría económica investiga nuevas formulaciones, entre ellas la del bienestar económico neto (BEN), propuesta por James Tobin, Premio Nobel de Economía, quien preconiza que para calcularlo es necesario detraer del PIB todo lo que supongan inversiones de tipo de armamentos, costes sociales de contaminación, etc. Philippe Saint Marc propone la ecuación de bienestar, que pretende medir el grado de satisfacción de una población determinada a través del nivel de vida (según la renta per cápita con correctivos en función de su dispersión), las condiciones de vida (trabajo, vivienda, ocio, etc) y el medio ambiente.
Se denomina economía de la salud [health economics] al conjunto de estudios, métodos de medición y sistemas de análisis, que se refieren a la administración de los dispositivos de la seguridad social, y del resto del sector público y privado que se ocupa del estado físico de los ciudadanos, en su aspecto preventivo y curativo.
Se denomina salario social [social wage] a la estimación monetaria de las prestaciones y beneficios que los asalariados perciben, directa o indirectamente, del Estado benefactor, descontando su aportación fiscal. Tambíen significa la transferencia que se hace a quien estando por debajo de los niveles de pobreza no percibe otros ingresos.
El liberalismo vio el gasto social como un obstáculo para alcanzar el óptimo bienestar. Defiende la mínima expresión de la intervención del Estado (defensa, moneda, hacienda y relaciones exteriores), de modo que las voluntades de cada uno, con las decisiones de conseguir su propio interés individual hacen posible el óptimo de bienestar, sin más dirección que una especie de mano invisible que guía su conducta.
Teoría del bienestar económico:
[Welfare economics theory]
Los teóricos de la welfare economics se plantearon como objetivo de la teoría económica el bienestar. Pigou señaló como condiciones del bienestar económico: la producción, medida en dinero, más alta posible; una distribución de la renta igualitaria; y la modificación de las actividades, por muy rentables y muy productivas que sean, cuando resulten perjuicios para los ciudadanos. La extensión de la economía del bienestar a la idea de un conjunto creciente de servicios sociales (preconizada en Inglaterra por Beveridge en 1942) generó el Welfare State o estado benefactor.
Altruismo:
[Altruism]
Es la preocupación por el bienestar de los demás. El individuo no valora sólo su satisfacción a través de su propia utilidad, sino que también tiene en cuenta la de los demás. El término fue introducido en las ciencias sociales por el sociólogo francés Auguste Comte para expresar el espíritu de ayuda de ciertas personas o instituciones hacia determinados individuos o colectividades. Se trata de un concepto equivalente al de antiegoísmo, y puede considerarse como un principio básico para justificar la intervención pública en pro de la redistribución de riqueza y renta según objetivos tendentes a un mayor igualitarismo. Desde el punto de vista privado, el altruismo se manifiesta en términos económicos en la creación de fundaciones, concesión de becas, obras de beneficiencia, etc.
El materialismo negaba el poder reformador de las aspiraciones personales altruistas.
Trataba de explicar los fenómenos sociales mediante el estudio de los conflictos de intereses (huelgas, lucha de clases, guerras civiles, imperialismo), sobre cuestiones materiales (propiedad, disponibilidades financieras, control del trabajo a través de los salarios). Se oponía a una interpretación idealista basada en aspiraciones personales pretendidamente altruistas, o en emociones espirituales de inspiración religiosa.
New Deal (1933):
[Nueva oferta o Nuevo trato]
Programa político, económico y social del presidente Franklin Delano Roosevelt que se desarrolló desde su subida al poder (1933) hasta la segunda guerra mundial. Su objetivo era sacar al país de la situación en la que se veía sumido por la Gran Depresión iniciada en 1929. Considerado de tendencias socializantes por los elementos más conservadores de EE.UU., consistió en medidas laborales (reconocimiento de los sindicatos, inicio de la seguridad social, subsidio de paro, etc.), de carácter agrario (precios regulados, banco de tierras, crédito agrícola, etc.), referentes a la banca (sistemas para evitar las quiebras en cadena), y de formulación de toda una serie de programas concretos de inversión pública y de impulso industrial (NIRA). Recibió la influencia de las propuestas keynesianas sobre el pleno empleo y a su vez Keynes fue muy influido por la política de Roosevelt
Ecología:
[Ecology]
Neologismo propuesto en 1868 por el biólogo alemán Ernst Haeckle, discípulo de Darwin, para hacer referencia a las relaciones de una población con su medio. Actualmente la Ecología se entiende, sobre todo, como el estudio de la relación del hombre y la biosfera, la alteración de los biotipos y ecosistemas, y las medidas de conservación medioambiental. Desde la década de 1970, por los efectos del crecimiento demográfico y del productivismo industrial, la Ecología ha alcanzado gran difusión y popularidad.
La expresión nave espacial Tierra, generalmente atribuida al economista norteamericano K.E.Boulding, en su artículo La economía del navío espacial Tierra (1966), quiere expresar que el planeta es un ecosistema cerrado, excepto en lo que respecta a la recepción de inputs energéticos del Sol. Esta concepción suele ligarse con los modelos Tierra de Jay Forrester.
Inicios del estado de bienestar (s.XX):
La historia [del estado del bienestar es la] de un gran éxito europeo. Es un componente esencial de lo que cabe llamar el modelo europeo, que es el que mejor combina la creación de riqueza con su reparto, y la eficacia con la justicia. Hay países o continentes, y en general sistemas o culturas, que pueden superar a Europa en productividad, o en potencia política y militar, o científica. Pero no en capacidad de crear una sociedad de buen nivel económico y, al propio tiempo, protectora eficaz de sus ciudadanos frente a los riesgos de la vida (enfermedad, vejez, paro, infortunio, discapacidad, etcétera). Capaz también de ofrecer a su población instrumentos de formación y de promoción.
Por ello, puede afirmarse que el mundo quisiera ser europeo. Los chinos, los indios, los sudamericanos, prácticamente todo el mundo. Con la excepción de los norteamericanos, con un modelo más imperfecto, pero muy acorde con su mentalidad y sus valores.
Y en ciertos aspectos muy eficaz.
El Estado de bienestar empezó a implantarse en Europa en el periodo entre las dos grandes guerras (1918-1939), pero cuando se expandió y consolidó realmente fue a partir de 1945.
¿En qué consiste? Consiste en asegurar a los ciudadanos un buen nivel de protección, es decir, seguro médico, pensiones, subsidio de paro, etcétera. Y también una buena enseñanza.
Esto requiere una política fiscal adecuada. Y en el caso de Europa, conlleva en lo político una estructura y una práctica democráticas y una organización social que permitan la participación y el diálogo a través de los sindicatos y asociaciones diversas.
Es lógico que la aspiración a la democracia en España -y a una real autonomía en Catalunya- conllevase la idea de un Estado de bienestar eficaz. Es lógico, por ejemplo, que a partir de finales de los años cuarenta nos interesáramos por el informe Beveridge, que sentó las bases en Gran Bretaña del Nacional Health Service (Servicio Nacional de la Salud).
Más tarde quien atrajo nuestra atención ya no fue tanto Gran Bretaña como Holanda, Suecia, Alemania, Bélgica, etcétera. De hecho, toda la Europa democrática. Y en el momento de la transición, crear en España un Estado de bienestar de buen nivel fue un objetivo muy principal. Los pactos de la Moncloa de 1977 reflejaron esta prioridad. (Jordi Pujol, abril 2011)
Informe Beveridge:
En 1944 la coalición en el gobierno daba muestras de ruptura. Quedaban en evidencia profundas diferencias entre los ministros laboristas y conservadores. Volvieron a producirse huelgas en el sur de Gales y Yorkshire, el viejo núcleo del descontento industrial.
La campaña electoral del mes de julio se desarrolló con críticas sobre Churchill desde muy diversos frentes.
Llevó a cabo una campaña de vilipendio mordaz de los planes de creación de un estado del bienestar propuestos por el partido laborista. La puesta en práctica de los planes de un gobierno verdaderamente socialista, dijo en una retransmisión radiofónica el 4 de junio comportaría necesariamente alguna forma de Gestapo, indudablemente dirigida con mucha humanidad en primera instancia. Y esto cortaría de raíz la libertad de opinión... concentraría todo el poder en manos del partido supremo y de sus líderes, que se elevarían como majestuosos pináculos sobre sus enormes burocracias de funcionarios civiles, que ni funcionarían ni serían civiles... Amigos míos, debo decirles que toda política socialista está en contra de las ideas británicas de libertad..., la existencia de un Parlamento libre resulta odiosa para la doctrina socialista. El intento de demonizar el socialismo acusándolo de estar en cierto modo fuera de la corriente principal seguida por la historia británica suponía una extraña vuelta a la polémica de los años veinte, a pesar de la colaboración alcanzada en el gobierno de coalición formado durante la guerra y la aceptación por parte de un sector de los conservadores de muchas de las reformas sociales previstas por el Informe Beveridge.
(Simon Schama)
● La socialdemocracia todavía tiene un potencial fuerte que no se aprovecha. [..] La izquierda no se atreve a hacer propuestas, a tomar decisiones que no son populares, contra los paraísos fiscales, las reformas tributarias, todo aquello que permita mantener el Estado de bienestar por encima de todo. No se atreve, y la socialdemocracia se está difuminando, desvaneciendo. (Victoria Camps, 2019)
En su discurso Por un renacimiento europeo (marzo 2019) Macron aboga por un escudo social que pueda garantizar la misma remuneración para el mismo puesto de trabajo, sea donde sea en Europa, para evitar los trabajadores desplazados, así como un salario mínimo europeo, adaptado a cada país y revisable anualmente colectivamente.
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