Globalización: Se distinguen con el tiempo las dos marchas en las que circula el mundo. Una pequeña parte ha entrado en la nueva economía (aquella que se basa en el dominio de Internet y en la sociedad del conocimiento). La otra zona mucho mayor apenas se ha acercado a la revolución industrial. Aún no tiene agua potable, teléfonos ni infraestructuras industriales para desarrollarse. Los integrantes del grupo llamado antiglobalización preferirían llamarse partidarios de una globalización alternativa. La contaminación es fruto de un modelo de desarrollo incontrolado que genera mayores inconvenientes globales. Las principales reivindicaciones del movimiento antiglobalización son:
Manifestaciones ante eventos multilaterales: Los argumentos a favor del libre comercio internacional se mantienen firmes en sostener que éste permite una asignación de recursos más eficiente, así como una mayor competencia que dinamiza el tejido productivo. Se argumenta así que el proteccionismo alienta los comportamientos acomodaticios y alimenta ineficiencias. Algunas formulaciones recientes (como las debidas a Paul Romer) añaden que, en un entorno de creciente sofisticación tecnológica, para un país ser proteccionista le supone un aumento de costos, puesto que lo aleja del acceso a las innovaciones que están en la base de importantes avances de productividad. En la línea contraria, se señala que la experiencia de una apertura comercial indiscriminada puede originar la quiebra de empresas, sectores o regiones que no pueden hacer frente a la competencia de productos extranjeros más baratos, eficientes o competitivos, con resultados económicos, sociales y políticos muy costosos en caso de haberse adoptado medidas de compensación por parte de los poderes públicos. El tratado de Libre Comercio entre México, EE.UU. y Canadá ha sido muy criticado por sus consecuencias para amplios sectores de la población más pobre. Una de las primeras medidas de Zedillo, ganador del PRI de las presidenciales (1994) fue decretar una devaluación del peso del 15%. Esta medida, en principio moderada, desencadenó una caída del peso mexicano en los mercados mundiales, que sólo pudo ser detenida mediante un plan de apoyo internacional encabezado por EE.UU.. Un préstamo de 50.000 millones de dólares que cubría el pago de la deuda pública en 1995, consiguió frenar la quiebra del sistema financiero mexicano. Se adoptó un nuevo programa de austeridad (marzo 1995) con subidas del IVA, que pasó del 10 al 15%, de los precios energéticos y del transporte público además de la contención de las subidas salariales.
Maquiladoras:
Equidad en la distribución de beneficios en el ámbito mundial: Aunque se puede hablar del éxito de muchos países en desarrollo al diversificar e impulsar sus exportaciones hacia los productos industriales, las dudas acerca de su adecuada inserción en las corrientes de intercambio comercial continúan vigentes. El papel exportador de manufacturas de Latinoamérica y Asia no significa que los países hayan encontrado una inserción cómoda en el sistema de comercio internacional. Sus productos intensivos en mano de obra y de baja tecnología se enfrentan con el proteccionismo. La Tierra es el globo donde vivo yo, decía Gloria Fuertes en una famosa canción infantil, allá por los '70, mucho antes de que la palabra globalización se instalara en nuestro vocabulario. Su globo era inocente, poético, naif; el nuevo término es devastador. Aunque no nos lo vendieron así. ¿Nos engañaron los profetas de la economía mundial? Por supuesto. Engañar no solo es decir mentiras, también es no decir toda la verdad. Y la cacareada globalización traía en sus recovecos mucha letra pequeña que casi nadie podía leer. Y alguien se preguntará ¿cómo es posible engañar a más de seis mil millones de personas en la era de la mega información, Internet, etc.? Muy sencillo: desinformando. (Chipo Martínez)
Competitividad:
Límites del crecimiento:
Precio del cambio climático:
Comisión Trilateral:
Organización Mundial de Comercio (OMC): Desde 1999 la OMC se vio envuelta en una continua polémica. La renuncia de Renato Ruggiero en mayo dejó a la organización sin cabeza visible, situación que se prolongó durante cuatro meses de forma inexplicable, hasta el nombramiento del neozelandés Mike Moore (septiembre), un candidato de compromiso. La tercera Conferencia ministerial celebrada dos meses después en Seattle, que debía anunciar la puesta en marcha de una ambiciosa nueva ronda de negociaciones comerciales internacionales (la Ronda Milenio), terminó en un rotundo fracaso por la incapacidad de los países miembros de llegar a una acuerdo sobre la cláusula social, exigidas por algunas organizaciones sindicales del mundo y desarrollada y defendida por el entonces presidente Clinton, en virtud de la cual los países podrían limitar el acceso a sus mercados de aquellos productos fabricados en entornos laborales que no cumplieran determinados estándares. Tampoco se alcanzó ningún acuerdo para definir los objetivos de la liberalización del comercio de productos agrarios, proceso que se arrastraba desde la Ronda Uruguay, de cuya declaración final continúa uno de los compromisos más notorios. Al margen de estos y otros asuntos puramente económicos, la Conferencia de Seattle quedó para la historia por ser causa de graves altercados de orden público, protagonizados en su mayoría por grupos y movimientos contrarios a la globalización. Los disturbios producidos en Seattle inauguraron una etapa de radicalización de las protestas en contra de organismos económicos y políticos vinculados a dicho fenómeno, como el G-8, el FMI o el Banco Mundial (que alcanzó su apogeo en la reunión del primero celebrada en Génova en julio de 2001). El anuncio de apertura de una nueva ronda multilateral de negociación, tuvo que esperar a la siguiente reunión bianual de la Organización, celebrada en Doha en noviembre de 2001 bajo los auspicios favorables de la reciente adhesión de China. La inclusión en la agenda de temas objeto de reivindicación histórica por parte de países en vías de desarrollo como los derechos de la propiedad intelectual (regulados en el marco del Acuerdo sobre los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio, o ADPIC), o los subsidios a la producción agraria, puede interpretarse como un intento de los países industrializados por aliviar las tensiones. El nombramiento en noviembre del tailandés Supachai Panitchpadki al frente de la organización también se interpretó en este sentido. A pesar de estas buenas intenciones el estado de las negociaciones a principios de 2003 ofrecía un aspecto desolador, en especial las referentes al comercio agrario. A lo largo del año anterior tanto EE.UU. como la UE (en especial esta última) habían aprobado paquetes legislativos destinados al refuerzo a medio plazo de los subsidios a la producción interna de productos agrícolas. Ambas potencias mantenían frentes abiertos ante el Mecanismo de solución de diferencias entre los que destacaba el permiso concedido por la administración norteamericana a los exportadores de su país para efectuar sus operaciones a través de corporaciones situadas en paraísos fiscales (con el consiguiente perjuicio fiscal para sus competidores), que se resolvió a favor de la UE. Con la llegada a la presidencia de Bush se produjo un agravamiento considerable en las relaciones comerciales EE.UU-UE, atenuado en parte por el paso atrás dado por el gobierno en el caso de las polémicas ayudas al sector metalúrgico que aprobó en 2001. ● En 2014, el mundo todavía está fragmentado políticamente, pero los estados cada vez tienen menos independencia. Ninguno de ellos es realmente capaz de ejecutar políticas económicas independientes, de declarar y sostener guerras a su antojo, ni incluso de gestionar sus propios asuntos internos como le plazca. Los estados se hallan cada vez más abiertos a las maquinaciones de los mercados globales, a la interferencia de las compañías y organizaciones no gubernamentales globales, y a la supervisión de la opinión pública global y al sistema judicial internacional. Los estados se ven obligados a amoldarse a los estándares globales de comportamiento financiero, política ambiental y justicia. Corrientes enormemente profundas de capital, trabajo e información remueven y modelan el mundo, con una desatención creciente por las fronteras y las opiniones de los estados. (Harari) La colaboración a gran escala en ocasiones produce grandes beneficios globales. Mientras el obstáculo que representaba Trump para el multilateralismo era desalojado de la Casa Blanca (noviembre 2020) la OMS calculó que necesitaba unos 20.000 millones de dólares para su plataforma Covax, destinada a financiar algunos de los laboratorios a cambio de que se distribuya equitativamente la vacuna contra el coronavirus en países en desarrollo. Lo que se pierde cada diez días en comercio y turismo en el mundo supone unos 35.000 millones de dólares.
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