USA
Trump: Racismo



Trump: Racismo:
Con miras a su promoción mediática en Nueva York en 1989 publicó un anuncio a toda página en cinco grandes diarios para pedir la reinstauración de la pena de muerte en el Estado para ejecutar a cinco jóvenes negros acusados de violar a una mujer blanca. Los jóvenes de Central Park serían exculpados e indemnizados con 40 millones y Trump no se disculpó ni respondió a preguntas con nada inteligible o parecido a excusas. EE.UU. se define como un país de inmigrantes. Destaca entre los países desarrollados por el número de extranjeros que acoge. Se calcula que alberga 11 millones de extranjeros indocumentados. El cambio en la composición racial de EE.UU. es visible e inquieta a un sector de la población de tamaño considerable. Los discursos que fomentan los prejuicios identitarios se demostraron efectivos en el pasado pero estaban en retirada. Su victoria electoral estuvo directamente vinculada al supremacismo blanco.

Trump comenzó su campaña con un discurso denigrando a los inmigrantes de origen mexicano. La generalidad de todos ellos merece los peores calificativos correspondientes a crímenes horribles excepto algunos que quizá sean buena gente. They're bringing crime. They're rapists. And some, I assume, are good people. En 2016, sobre un aspecto del procedimiento en la demanda contra el fraude de la Trump University, se pronunció en contra el juez federal Gonzalo Curiel y Trump lo acusó de parcialidad en el caso debido a su ascendencia mexicana. Sus declaraciones más criticadas, las que hizo a raíz del crimen racista de Charlottesville, tienen como objeto principal su imprecisa posición ante las expresiones de racismo. David Duke aprovechó el momento de tensión para declarar la adhesión de su movimiento a Trump. Su postura de condescendencia con los simpatizantes del supremacismo se atribuye a la influencia de su asesor Steve Miller. No pierde ocasión para comentar los crímenes perpetrados por inmigrantes indocumentados. Sus defensores niegan que sea racista acudiendo a unos razonamientos que parecen resultar chocantes a la mayoría. Para su discurso sobre el estado de la nación reservó lugares en el palco a dos parejas cuyas hijas habían sido asesinadas por inmigrantes ilegales.

En febrero de 2017 hace una extraña declaración sobre el reconocimiento de la obra del abolicionista Frederick Douglass que implicaba que estaba vivo. De la dedicación al reconocimiento de derechos civiles de Luther King se limitó a decir que su increible ejemplo es único, expresión que The Atlantic describió como un empleo de su adjetivo vacío favorito.

En octubre de 2017 el Jefe de Gabinete de Trump John Kelly hizo unas preocupantes declaraciones sobre los monumentos confederados que fue todo un ejemplo de equidistancia. La Historia es la Historia. Como en cualquier guerra ocurrieron cosas extremadamente buenas y malas. El general Robert E. Lee puso la lealtad a su estado por encima de la que se debe al país. En aquellos años había cierto consenso en que el estado tenía prioridad. Intervinientes de los dos bandos hicieron cosas dignas de reconocimiento. Describió el contexto como si se tratara de una crisis de conciencia obviando el factor determinante de la esclavitud y la colocación de monumentos como continuación a la marginación de afroamericanos perseguida por las leyes Jim Crow. Kelly dimitiría de forma discreta. A raíz de unas declaraciones sobre diferencias entre inmigrantes la población blanca de Noruega se puso como ejemplo en los debates de forma recurrente. Fue usada como ejemplo de inmigrantes más aceptables en contraposición a colores de piel más oscuros. La Secretaria Nielsen se vio envuelta ante el público en algunas de estas conversaciones. Su imagen quedaría fuertemente vinculada a las fotos de niños hispanos en jaulas. El gesto de Kaepernick es interpretado como una ofensa a la bandera y aboga por la expulsión de los sons of a bitch de la liga.

Caravana de Honduras:
En enero de 2018 Trump se refirió a los países africanos, Haití y El Salvador como “países de mierda”. Suscitó un inequívoco comentario en televisión: Esto es CNN Tonight, soy Don Lemon. El presidente de los Estados Unidos es racista. Muchos de nosotros ya lo sabíamos. La campaña para las midterms (2018) coincidió con una caravana de refugiados hondureños. En el discurso de Missouri (noviembre) mencionó a la caravana diez veces a pesar de que se encontraba a unos 1.500 kilómetros de distancia de la frontera sur. Los calificativos adjudicados a la caravana son invasión, amenaza o ataque a la soberanía norteamericana. El periodista Chris Cuomo llamó a la estrategia denigratoria alerta sobre la Brown Menace. El partido republicano es el único preocupado por la seguridad. Afirmó que los demócratas quieren fronteras abiertas. Los republicanos quieren fronteras fuertes, sin crimen, sin caos y sin caravanas. Un gesto sin precedentes fue el envío de tropas a la frontera. Hizo una referencia a la posibilidad de abrir fuego sobre civiles: Si quieren tirar piedras a nuestro ejército, nuestro ejército se defiende. Aprovechó para reforzar un vínculo entre inmigrantes y crímenes, a pesar de que varios estudios y estadísticas demuestran que existe una menor probabilidad de que un extranjero cometa un crimen que un nativo. Difundió información falsa sobre el indocumentado mexicano Bracamontes, asesino de dos policías. El republicano Jeff Flake se refirió al clip sensacionalista difundido por Trump en Twitter como anuncio enfermizo. Acusa a los demócratas de permitir su ingreso a pesar de que fue deportado varias veces y entró en EE.UU. por última vez bajo la administración Bush. Anunció que se planteaba expulsar a los hijos de indocumentados suprimiendo un derecho sin enmienda constitucional. El general John Kelly describió a los inmigrantes ilegales que no solicitaron DACA como "demasiado perezosos para moverse". También dijo que los inmigrantes latinos no llegan a integrarse completamente. En mayo de 2019 en un mitin en Florida mientras habla de cómo frenar una invasión hispana un asistente grita que habría que dispararles. La multitud ríe y aplaude, Trump sonríe, hace un chiste y lo repite.

Protestas raciales (2020):
En mayo de 2020 llamó por teléfono a la familia de George Floyd, asesinado en Mineápolis, y el hermano del fallecido declaró que Trump no le dejó hablar. Un día antes había avidado las protestas con su amenaza de recurrir a “temibles armas” para responder a los manifestantes, que podrían haber salido ”gravemente heridos”. Acusó en Twitter a los medios de “fomentar el odio y la anarquía”. Intentó reforzar su imagen de defensor de la Law and order citando en Twitter una vieja expresión con historial racista (cuando comienzan los saqueos, siguen los disparos). Obama, Clinton, Jimmy Carter y Bush consideraron necesario hacer declaraciones abordando el problema de las protestas raciales y sus causas, pero no mencionaron a Trump. Obama constató un cambio de mentalidad de la población. Carter y Clinton llaman a "la gente con poder, privilegios y conciencia moral" a poner fin a la discriminación racial, mientras Bush habló de "tragedia más en una larga lista de tragedias similares" y dijo que no es momento de dar lecciones. Trump dijo sobre Floyd que "Ojalá que nos esté mirando" ya que había disminuido el paro y "es un gran día para él y para todos", y se alegraría desde el cielo si viera el nuevo dato sobre desempleo. Trump se refiere a las protestas sin distinguir a los manifestantes de los que cometen actos vandálicos. Aprovecha la ocasión para repetir He hecho más por la comunidad negra que ningún otro presidente. El asunto de la bandera confederada pasó a primer plano durante las protestas. La mayoría de los norteamericanos la considera un símbolo de la esclavitud y la opresión. Trump contesta en televisión a la pregunta sobre si es ofensiva diciendo Depende de a quién te refieras, de cuándo estés hablando [...] Es un motivo de orgullo para la gente que ama el sur del país [...] Cuando la gente tiene con orgullo sus banderas confederadas no están hablando de racismo. Ellos aman su bandera, que representa el sur. Les gusta el sur... Digo que es la libertad de muchas cosas, pero es la libertad de expresión (julio).

En junio, cuando el número de infectados alcanza la cifra de 37.000 al día, empieza a hablar del virus de China y el virus de Wuhan. Tras llamarlo Kung Flu en un acto de campaña recibe un buen número de críticas por ser considerado un insulto racista contra los estadounidenses de origen asiático. Con la polémica en marcha repite lo de virus de China en Phoenix y la concurrencia empieza a corear la expresión Kung flu. Trump les contesta Kung flu, yeah, consolidando un nuevo grito de guerra del trumpismo. Tiene pésimas consecuencias para los asiáticos americanos, en especial para los niños. Es un chiste para él, pero no lo es para nosotros, escribió Chris Lu en The Washington Post. En julio, en entrevistas acompañando la publicación de su libro, su sobrina afirma que Trump no se limita a usar estrategias para conseguir votos de su base racista sino que creció en un entorno racista y efectivamente es racista. A principios de agosto, en defensa de la apertura inminente de escuelas declara: Por el motivo que sea, los niños manejan muy bien el virus chino. La carta de los 70 cargos de seguridad republicanos contra Trump menciona entre las razones que ha atacado y vilipendiado a los inmigrantes (agosto).

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