Viajes de exploración
Antonio de Ulloa



Antonio de Ulloa y de la Torre (1716-1795):
Científico y marino español nacido en Sevilla en el seno de una ilustre familia. A los 17 años ingresó como guardia marina en la Armada y formó parte de la dotación del buque Santa Teresa. Por aquel entonces, la Academia de Ciencias de París acometió la empresa de determinar con exactitud la forma de la Tierra. Para ello había que medir la distancia terrestre que correspondía a un grado de meridiano cerca del Ecuador y cerca del Polo. Para la medición polar se eligió Laponia, y para la ecuatorial, Quito, actual capital de Ecuador, que pertenecía al virreinato de Perú, bajo soberanía española. El rey de Francia Luis XV, solicitó permiso al monarca español, Felipe V, quien consideró conveniente designar a dos oficiales españoles para participar en la expedición científica francesa, al mando de Charles Marie de La Condamine, y en la que también figurarían Louis Godin y Pierre Bouguer. Los elegidos fueron los guardias marinas Jorge Juan y Santacilia, de veintiún años, y Antonio de Ulloa, de diecinueve, siendo ambos ascendidos al grado de teniente de fragata para dar la dignidad adecuada a la legación española. Iniciaban así los dos jóvenes oficiales una empresa que iba a convertir sus vidas en paralelas en cuanto a sus inquietudes científicas, que se plasmarían en varias publicaciones conjuntas.

Mediciones en América:
Los experimentos científicos de la época sugerían que la distancia entre los meridianos variaba dependiendo de la longitud en que fueran medidos. Debía considerarse que la tierra no era una esfera perfecta y todos los conocimientos de navegación y cartografía se basaban en principios inexactos. El método elegido para medir un grado de meridiano entre las dos localidades elegidas (separadas 320 kilómetros) era la triangulación geodésica. Se basa en el principio geométrico de que si es conocida la longitud del lado de un triángulo y dos de sus ángulos se pueden obtener el resto de sus dimensiones. Llegaron a Cartagena de Indias el 9 de julio de 1735, y a Quito en junio del año siguiente. La cadena de triángulos que fue preciso trazar para medir algunos grados de meridiano abarcó una extensión de 78 leguas, comprendidas entre el pueblo de Mira, a unas 16 leguas al nornoreste de Quito, y el de Pillat-Chiquir, a unas 6 leguas al sursureste de la ciudad de Cuenca. Pero en varias ocasiones, Jorge Juan y Ulloa tuvieron que interrumpir sus trabajos científicos de medición para obedecer las órdenes del virrey del Perú, que les pidió colaboración para reclutar y organizar tropas y para armar dos fragatas para neutralizar los intentos de los ingleses. Por fin, pudieron volver a Quito, donde se enteraron de que gran parte de la expedición francesa había regresado ya a Europa, excepto Godin, con quien observaron el cometa de 1774. La parte francesa de la expedición padeció incontables incidentes y desavenencias personales. Sus principales investigadores regresaron a Francia por separado a bordo de distintos barcos. Los datos obtenidos sobre la medida del grado terrestre coincidían con los de la expedición de Laponia, que ya se habían difundido como primicia.

Diferencia de alturas con el horizonte

    ● En el transcurso de casi una década recibieron una completa formación como astrónomos y por si esto no fuera poco, tuvieron también ocasión de realizar un curso completo de tecnología instrumental, teniendo en cuenta que, al parecer, el sector cenital que Bouguer llevó de Londres no era lo suficientemente bueno y hubo que fabricar sobre el terreno instrumentos nuevos más precisos. Por último esta larga experiencia formativa en el terreno instrumental sería aprovechada posteriormente por Juan para dotar del utillaje adecuado al Observatorio de Cádiz, de cuyo proyecto y realización fue encargado por la Corona. (Orte)

    ● Entre otros aparatos, los improvisados instrumentistas fabricaron (suponemos que usando las lentes del originario de Londres), un sector cenital que Jorge Juan en sus Observaciones denomina "de 20 pies de radio" y que puede verse en una ilustración de la obra. Juan y Ulloa, pues, aprovecharon bien el tiempo. Y todo ello a pesar de las numerosas rivalidades que surgieron entre las escuelas irreconciliables de Godin y Bouguer, las principales inteligencias de aquella misión. (José L.Terrón Ponce)

Regreso a España:
En 1745 se dieron por concluidos los trabajos. Acordaron hacer el viaje de regreso a España por separado para mayor seguridad del valioso material científico que llevaban en sus equipajes. Jorge Juan hizo el viaje sin contratiempos, pero Ulloa, que había embarcado en El Callao en la fragata francesa Deliberance, fue apresado por los ingleses en agosto de 1745. Conducido a Inglaterra, fue confinado y le fueron decomisados todos los documentos de carácter científico. En poco tiempo consiguió el reconocimiento intelectual de los ingleses, y en abril de 1746 fue autorizado a viajar a Londres, se le devolvió la documentación confiscada y fue recibido con honores en la Real Sociedad Británica, por la mediación de su presidente, Martin Folkes, quien también influyó en la concesión de la autorización para que Ulloa pudiera regresar a España. A su vuelta, emprendió una activa tarea de innovación tecnológica y ocupó cargos de importancia en América, como el de gobernador general de la Florida Occidental (1766). La Corona española recompensó sus servicios con ascensos a los más altos empleos militares: teniente general (1779) y director general de la Armada, cargo que desempeñó hasta su fallecimiento, acaecido en 1795 en la Isla de León (Cádiz). Fue miembro de la Sociedad Real de Londres, de la Academia de Ciencias de París, Copenhague y Estocolmo, a los que remitió varias memorias científicas, recibidas con aprecio por tan importantes corporaciones. En su aportación bibliográfica, además de las obras que firmó con Jorge Juan, hay que destacar las Noticias Americanas (1722), Observación en el mar de un eclipse de sol (1778) y las Conversaciones de Ulloa con sus tres hijos (1795), obra muy didáctica en la que se resume el saber científico de la época.


Jorge Juan de Santacilia (1713-1773):
Ingresó en la compañía de guardias marinas en 1729. Realizó varias campañas de corso contra los berberiscos. Concurrió a la expedición contra Orán (1732). En 1734, siendo todavía guarda marina, fue nombrado en unión de Antonio Ulloa para formar parte de la comisión hispano francesa encargada de la medición del meridiano en las cercanías del ecuador, y de rectificar la verdadera figura de la Tierra; para ello fue ascendido a teniente de navío. En esta comisión desarrollada en el virreinato de Perú, empleó once años. Regresó a España en 1745; tres años después fue comisionado secretamente a Inglaterra para estudiar su sistema de construcción naval y demás adelantos británicos en todas las ramas científicas y del comercio. Envió a España varios ingenieros, oficiales y operarios de esta nación y regresó a España al ser descubiertos sus tratos (1750). Por orden del marqués de la Ensenada dirigió la construcción de los arsenales de El Ferrol y Cartagena; fue consultado en multitud de obras civiles e hidráulicas, minas, canales y riegos, liga y afinación de monedas, etc. En 1754 fue nombrado capitán de la compañía de guardias marinas, para los que escribió el Compendio de Navegación (1757), y como complemento fundó en Cádiz un observatorio astronómico, que luego sería trasladado a San Fernando. Publicó el Examen Marítimo (1771), texto fundamental para la construcción naval en el siglo XVIII. En 1767 fue comisionado a Marruecos, al objeto de resolver varias cuestiones pendientes con aquel imperio. En 1770 fue nombrado director del Seminario de Nobles de París. Perteneció a las Reales Academias de París y Berlín. Publicó, además de las obras citadas, las siguientes: Relación histórica del viaje a la América meridional (1748), Observaciones astronómicas y físicas hechas en los reinos del Perú (1748) y Noticias secretas de América (1826). (José Ignacio González-Aller)

► Uno de los instrumentos utilizados para la medición del arco del meridiano terrestre fue un cuadrante acimutal y de altura construido por John Bird, destacado astrónomo y fabricante de grandes instrumentos para los observatorios de París, Greenwich, el observatorio Radcliffe de Oxford y el de Cádiz.

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