HISTORIA
Isabel I



Isabel I de Inglaterra (Greenwich 1533-Richmond 1603):
Hija de Enrique VIII y de Ana Bolena. Reina de Inglaterra e Irlanda (1558-1603). Poco antes de que su madre muriese ejecutada, la futura reina fue declarada ilegítima, pero en 1544 el Parlamento reconoció de nuevo sus derechos sucesorios. Subió al trono a la muerte de su hermanastra María Tudor (1558), esposa de Felipe II. Su padre Enrique VIII proporcionó duras pruebas a las instituciones en su búsqueda de un heredero varón. Su primera esposa, Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos, le había dado siete hijos de los que sólo sobreviviría María Tudor. Catalina fue abandonada en julio de 1531. El rey se casa con Ana Bolena embarazada en enero de 1533 y en mayo los jueces y obispos declaran nulo el matrimonio de Enrique y Catalina, que Roma declararía válido.

Expansión marítima:
Durante su reinado llevó a término una política de expansión marítima que sentó las bases del Imperio colonial británico. Sus corsarios, principalmente Drake y Hawkins, atacaron de manera persistente las rutas comerciales y los puertos españoles de América, naciendo de todo ello una pugna con España por el dominio del mar. En 1577 envía a Martin Frobisher en su segunda expedición en busca del paso por el noroeste. En 1584 se establecieron en el Nuevo Mundo los primeros colonos ingleses en las actuales costas de Virginia. Contó con buenos ministros. Lord Burghley impulsó las actividades marítimas. El contrabando y la piratería produjeron enormes beneficios de los que participaba la reina. La población se duplicó. La ruina de Amberes favoreció su grandeza económica. Nombró caballero a Francis Drake. El desastre de la Armada Invencible (1588) marcó el comienzo del poderío naval inglés.

    La reina Isabel I apoyaba la expedición de Drake, y su objetivo aparente era concluir tratados comerciales con los habitantes de las islas en el sur del Pacífico y explorar un continente desconocido cuya existencia en el hemisferio meridional se rumoreaba. Pero la reina también dio a Drake carta blanca para saquear los buques y puertos españoles y llevarse tantos tesoros como su barco pudiera contener, pues, como le dijo, "así me vengaría gustosamente del rey de España por los diversos agravios que he recibido de él". Como era indispensable que esta información no cayera en manos de los españoles, la expedición estuvo envuelta en el mayor secreto desde el comienzo, y la tripulación desconoció su destino hasta que la costa inglesa se esfumó en la distancia... (Giles Milton)

Reafirmación del protestantismo:
Persiguió el catolicismo y dictó las actas de Supremacía y de Uniformidad, que representaron la imposición del anglicanismo en todo el país. Prestó su apoyo a los hugonotes de Francia. Consolidó el anglicanismo creando la Iglesia de Inglaterra, independiente de Roma y con ella misma de máxima mandataria. Recibió la excomunión papal mientras convertía a la Iglesia anglicana en una institución puesta a su servicio. Mandó ejecutar a la reina de Escocia, María Estuardo (1587), que había acudido a la su Corte en busca de ayuda tras la sublevación de los protestantes escoceses (1568). Los cargos se limitaban a la sospecha de haberse implicado en el complot de Babington para matar a la reina. Su actuación política, objetiva y nacionalista, se interpuso en todos los campos a los intereses de Felipe II, que en 1588 mandó contra Inglaterra la Armada Invencible con ánimo de ocupar la isla y deponer a Isabel. Bajo su reinado se completó la anglicanización de Irlanda, que originó violentas insurrecciones. Walter Raleigh y Richard Grenville fueron enviados a custodiar las costas irlandesas.

Política:
Siguió una política de gran prudencia y habilidad; supo rodearse de buenos consejeros, como William Cecil (lord Burleigh). Sus favoritos, Leiscester y Essex, no tuvieron gran influencia política; envió a Essex al patíbulo tras un intento infructuoso de rebelión. Las negociaciones matrimoniales que se emprendieron, siempre con fines políticos, para casarla, fracasaron una tras otra y todos sus pretendientes fueron rechazados (Erik XIV de Suecia, el duque d'Alençon, de Francia, Felipe II). Poseía una compleja y fascinante personalidad; era fría, lúcida, inteligente y culta. Teniendo en cuenta las características de la época en que vivió, no era muy amiga de la violencia, ni excesivamente intolerante, si bien, al mismo tiempo, era caprichosa en extremo y mostró cierta crueldad en repetidas ocasiones. La Leyes de los Pobres que dictó consiguieron evitar que la pobreza fuese fuente de disturbios. Suponía el comienzo de una larga implicación institucional en el tratamiento de la pobreza y la atención y debate sobre los mínimos de subsistencia y modos de conseguirlos. A lo largo del siglo XVI el aumento de la población de tres a cuatro millones causó problemas de abastecimiento e inflación. En 1568 vence la causa protestante en Escocia y la reina María Estuardo se ve obligada a huir y buscar refugio en la corte de Isabel. En 1580 John Dee afirmó que el galés Madoc, Brutus de Britania y el rey Arturo llegaron a América antes que los españoles y que Inglaterra estaba legitimada para establecer colonos. En 1587 Isabel manda a decapitar a su huésped María Estuardo en el castillo de Fotheringhay. No llegó a desprenderse completamente de los remordimientos que le causaba haber ordenado la ejecución de su hermana. Debido a las contundentes órdenes de Enrique VIII había compartido con ella la consideración de hija ilegítima mientras su padre se casaba en tres nuevas ocasiones buscando con gran empeño un heredero varón. Se caracterizó por su absolutismo en el gobierno del país, por reafirmar el protestantismo y por su firmeza en el desempeño de las funciones reales, a las que supeditó sus propios intereses personales. Su capacidad de gobernante y su respeto por la nación, le granjearon el afecto de sus súbditos. La época de su reinado fue también brillante en lo cultural, sobre todo en teatro (Shakespeare), poesía y música. Al morir sin sucesión, dejó como heredero a Jacobo de Escocia, hijo de María Estuardo, el más culto de todos los monarcas ingleses.

    I know I have the body of a weak and feeble woman, but I have the heart and stomach of a king, and of a king of England too; and think foul scorn that Parma or Spain, or any prince of Europe, should dare to invade the borders of my realm. (Arenga a las tropas en Tilbury, 1588)


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