LITERATURA
La esclavitud



Esclavitud en la literatura:
Olaudah Equiano, nacido en Nigeria en 1745, convirtió la narración de su vida en una lectura crucial para entender la compleja cuestión racial en Gran Bretaña. Es el primer relato escrito en inglés y en primera persona que trata el tema del tráfico de esclavos trasatlántico, e intenta plasmar todos los horrores de la experiencia para justificar e impulsar el movimiento abolicionista. En un clima político y literario hostil, el éxito y la popularidad de la obra constituyeron una importante ayuda para la causa. Cuenta el viaje de Equiano desde su captura en Africa y sigue con la esclavitud en la armada británica; el trabajo en los barcos negreros; la compra de su libertad, el trabajo en las plantaciones y su regreso a Inglaterra.

En Almas muertas (1842) Gogol muestra a un oportunista y maquinador que viaja por toda Rusia comprando los derechos de siervos (almas) muertos, que todavía no hubieran sido expurgados del censo y pudieran ser hipotecados como cualquier otro bien, con fines fraudulentos. Un manipulador que consigue explotar la estupidez y codicia de los terratenientes ansiosos de incrementar su riqueza. Dickens, contra la Nueva Ley de Pobres de 1834 escribe el melodrama Oliver Twist (1838) en el que el huérfano protagonista sufre la violencia institucionalizada en un asilo de pobres y el ambiente corrupto de una banda de delincuentes. Los pasajes de Mark Twain describen la libertad como parte imprescindible de la vida. Huckleberry Finn, apenado por su situación, viaja por el Mississippi con Jim, esclavo de la viuda Douglas. Se atribuyen excesos a Twain en lo que pueden considerarse burlas a los esclavos, pero el ámbito de su crítica en realidad se extiende casi universalmente. Un personaje que alcanzó gran difusión fue Ben-Hur, judío de Jerusalén enviado a galeras injustamente por el intento de asesinato de un oficial romano. La novela de Lew Wallace (1880) constituye un gran relato épico de venganza, aventura y sentimiento religioso. El reo Judá forma parte de un pueblo sometido por la fuerza mientras surgen los ideales cristianos.

La cabaña del Tío Tom (Harriet Beecher Stowe, Uncle Tom's Cabin, 1852), la primera novela americana que vendió un millón de ejemplares, es señalada como la obra de ficción más influyente. La aprobación de la Ley de los esclavos fugitivos en 1850 impulsó a la autora a escribir lo que el poeta Langston Hughes ha llamado la primera novela de protesta americana. Es una obra de propaganda declarada; su primer objetivo no es artístico sino político. El piadoso esclavo Tío Tom, que ha vivido la mayor parte de su vida con sus comprensivos dueños, es vendido al principio de la novela por razones económicas. Negándose a escapar, Tío Tom reacciona con tolerancia y perdón cristianos y mantiene su fe con firmeza hasta su brutal muerte, aunque Tío Tom se ha convertido en un sinónimo de la complicidad negra bajo la opresión blanca, para Stowe, Tom muestra virtudes cristianas y su muerte, parecida a la de Cristo, lo sitúa como el principal ejemplo moral de la novela. Además del manifiesto sufrimiento emocional y físico de los esclavos, la autora destaca cómo la esclavitud daña la moralidad y la humanidad de los propios propietarios blancos. El variado reparto de mujeres fuertes, blancas y negras, muestra cómo también las mujeres podían ayudar a conseguir la abolición.

El color púrpura (Alice Walker, 1982) documenta los traumas y el triunfo gradual de Celie, una joven afroamericana criada en la Georgia rural. Sufre repetidos abusos por parte de su padre y le es impuesto un horrible matrimonio. Tarda treinta años en reunirse con hermana Nettie, que ha viajado a Africa donde ha convivido con los olinka, cuya sociedad patriarcal y la indiferencia hacia el papel de los africanos en la trata de esclavos, subraya el predominio de la explotación. Celie va forjando relaciones con las demás mujeres negras, especialmente con las opuestas a la opresión, y de ellas va extrayendo fuerzas y comprensión de sus puntos de vista, y asume su derecho a interpretarse a sí misma y al mundo. Feminista y activista pro derechos humanos, Alice Walker ha sido criticada por su presunto retrato negativo de los hombres afroamericanos. La adaptación cinematográfica (1985) realizada por Spielberg logró dar un nuevo impulso al considerable impacto del libro.

Entre las novelas que retratan las durísimas condiciones de explotación de obreros de la primera industrialización se encuentra Norte y Sur (Elizabeth Gaskell, North and South, 1855). Tiene lugar en la imaginaria Milton Northen, una Manchester de ficción. Junto con el surgimiento de la clase capitalista se convive con la contaminación, miseria, malestar obrero, alcoholismo y enfermedades. Analiza la situación de los obreros de las fábricas y las relaciones trabajador y amo. Margaret Hale ofrece ayuda a familias en apuros y habla a favor de la reconciliación entre obreros y dueños de las fábricas. Gaskell vió con gran preocupación los problemas sociales de la época victoriana como la explotación de los niños en las fábricas de tejidos.

Pío Baroja en Las inquietudes de Shanti Andía da detalles del tráfico al describir el estilo personal de trabajo del cínico capitán negrero Zaldumbide, en el que prima sobre todo el interés comercial. Eran tiempos en que los negreros huían de los cruceros ingleses. Partían de la ajetreada zona de Angola, donde trabajaban agentes de todas las nacionalidades, para vender su carga en Brasil. La novela, publicada en 1911, fue clasificada por Baroja en la serie El mar, junto con El laberinto de las sirenas (1923), Los pilotos de altura (1929), y La estrella del capitán Chimista (1930).


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