George Catlin:
[...] Lo que Catlin, Bodmer y Maximilian dejaron a la posteridad sobre los mandan en sus dibujos y notas supone prácticamente la totalidad de lo que se conoce de la tribu. Porque no fueron ellos los únicos blancos que los encontraron. Desde 1804, año en que la expedición de Lewis y Clark atravesó su territorio, habían tenido lugar contactos regulares. Las visitas de mercaderes y tramperos habían llevado los gérmenes de la viruela. En 1837, una epidemia devastó la tribu, dejando a menos de ciento cincuenta miembros con vida. Mato-Tope, que siempre había considerado importante recibir bien a los blancos, pronunció una maldición en su lecho de muerte. (Robert Hughes)
Retratos de los últimos días de las tribus indígenas:
Desde las primeras horas de la mañana andan ya hombres y mujeres por las calles con la intención de procurarse aguardiente. A cambio de un poco de alcohol entregan sus pieles, sus tesoros, sus vestidos y todo lo que poseen. Una vez en posesión del aguardiente, lo van engullendo hasta perder por completo los sentidos. El vaso pasa de mano en mano acompañado de gritos. A cada momento puede verse por las calles una docena de estos indios víctimas del alcohol, o se les encuentra echados refunfuñando junto a los caminos. Es raro el día en que no hay disputas, cuchilladas u otros accidentes. (Volney)
De la misma manera que veía a los indios destrozados por la civilización y el aguardiente el francés Volney, los veían también los colonizadores puritanos. Pero que aquellos hombres podían ser de otra manera, no se descubrió hasta 1832, gracias a dos pintores y un naturalista: George Catlin, Karl Bodmer y el príncipe de Wied. Estos volvieron a encontrar en el Oeste salvaje a los hombres primitivos y sanos que tanto habían entusiasmado a Rousseau y en los que todavía se soñaba en Francia. Entre los años 1832 y 1834, el príncipe Maximiliano von Wied-Neuwied, uno de los zoólogos y coleccionistas más distinguidos de aquellos días, recorrió con el pintor suizo Karl Bodmer la región del Missouri superior, y a su regreso, publicó una obra magnífica, con ilustraciones de Bodmer, que presentaba por primera vez ante los ojos de los lectores europeos los pueblos indios en su estado natural. Y George Catlin, pintor y abogado de Pensilvania recorrió también durante ocho años los territorios del sur y oeste del país, vivió entre los indios y publicó un libro con trescientos grabados al acero bajo el título de Letters and notes of the manners, customs and conditions of the North American Indians; éste fue el primero de una larga serie de libros simpatizantes con los indios, que más tarde habrían de provocar el gran cambio de opinión.
Catlin deshizo la fábula intencionada de la bestialidad de los pieles rojas. Visitó cuarenta y ocho tribus distintas, dibujó y pintó más de mil quinientos apuntes de la vida, costumbres y cultos indios, aprendió a conocer la danza del búfalo, la magia, las concepciones de tabú, los métodos de caza, el arte de curar y las fiestas de conjuración de los indios y llegó a la conclusión siguiente:
He observado durante mucho tiempo y con mirada crítica los rostros de estos hijos de la pradera, que jamás se alteraron por las preocupaciones... En nombre de esta gente pacífica y generosa, todavía no mancillada por los vicios del mundo civilizado, declaro solemnemente: El honor de nuestro país, el honor del ciudadano de la República, la dignidad humana, exigen que nuestro gobierno intervenga, por fin, enérgicamente para preservar a los indios que todavía quedan de la peste que les amenaza de una manera inmediata. (George Catlin)
Catlin entendía por peste la invasión del hombre blanco en la pradera. Pero como el gobierno tenía precisamente interés en ganar terreno hacia el oeste, no hizo caso de aquella llamada y no intervino. La gente se burló del idealismo de Catlin; los más atrevidos le preguntaban cómo se las había arreglado para vivir tanto tiempo entre los salvajes y conswervar su cuero cabelludo. (Wendt)
Indios |
Nueva York |
Lewis y Clark |
Mayflower |
Florida |
Miami |
Mackenzie (1793) |
Cabeza de Vaca |
USA s.XIX
|