Técnica: Materiales:
► Para construir el Fram de Nansen (1892) se recurrió a gran variedad de técnicas para incrementar la resistencia del casco probadas por primera vez.
Para determinadas juntas se complementó la madera de roble con madera de fresno, un árbol que soporta duras condiciones climáticas y emplazamientos severos, y a pesar de ello puede llegar a crecer lenta y retorcidamente durante mil años.
► Los polinesios, que demostraron una gran habilidad para la navegación de altura entre las islas del Pacífico, recurrían a la fibra de cocotero para elaborar el cordaje necesario para la navegación a vela. Este tipo de cuerdas presenta una gran resistencia a la acción degradante del agua de mar y dura mucho más que la fibras empleadas tradicionalmente en occidente.
► La rápida degradación del casco de madera permaneció durante siglos como una constante amenazadora para la vida útil de las embarcaciones y una limitación para los viajes de exploración. Aparte de cuidadosos y frecuentes calafateados y carenados, una primera medida paliativa fue el recubrimiento del casco con láminas de cobre sujetas con clavos con cabeza plana o convexa [tacha]. Hasta el siglo XIX los clavos se fabricaban mediante forja. A comienzos del siglo XX máquinas que cortan varillas a partir de lingotes permiten fabricar clavos de una forma mucho más rápida [clavo cortado]. A lo largo del siglo XX se va perfeccionando la técnica de fabricación a partir de una fina varilla larga y con perfil redondo [clavo de alambre]. La oxidación fue el gran problema de los cascos de hierro, pronto sustituidos por los de acero.
Madera de drago:
A pesar de lo que consignaron varios cronistas a partir del siglo XVI, las pruebas de flotabilidad de la madera de drago han resultado muy decepcionantes. Estos cronistas, como Frutuoso, que nunca visitó Canarias, se limitan a recoger testimonios de lo que se decía sobre desplazamientos entre islas de los guanches por sus propios medios. Se mencionan embarcaciones hechas con madera de drago, troncos agrupados de tabaiba y odres de piel de animal inflados.
Torriani indaga durante su estancia en las islas y anota lo que le cuentan del uso de la madera de drago en siglos pasados, tomándolo más como un hecho que como una posibilidad.
La construcción naval de pueblos primitivos suele dejar abundantes restos arqueológicos, ausentes en el caso de los guanches.
El breve y puntual asentamiento en la isla de Lobos sí dejó un largo listado de materiales, herramientas, útiles de metal, artes de pesca, cerámica, objetos varios y evidencias sobre técnicas de elaboración. Los restos del yacimiento de Teguise (Lanzarote), estudiados en 2009, eran de origen fenicio.
En las pruebas iniciales que Thor Heyerdahl realizó en El Callao (Perú) para la construcción de la Kon-Tiki no apareció un comportamiento particular de la madera de balsa que sí sobrevino durante la navegación por el Pacífico. El diseño de la balsa se hizo a partir de muy poca información disponible sobre cómo se construían en esa misma región según descripciones registradas en textos españoles. Las propiedades de la madera ligera empleada variaron durante el tiempo que los grandes troncos permanecieron sumergidos en el agua. Durante los días de navegación absorbieron una notable cantidad de agua, se volvían más pesados, algo menos resistentes e incluso frágiles en el área en que las cuerdas los fijaban fuertemente entre sí. Este cambio progresivo en las propiedades de la madera de esta embarcación a vela y sin casco, aunque redujo la flotabilidad, no empeoró la solidez de la estructura general.
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