Política
Franco



Los historiadores y la figura de Franco
El ideal de objetividad, el compromiso con la verdad, fue la roca sobre la que se constituyó la profesión histórica desde mediados del siglo XIX. De acuerdo con esos principios, el papel del historiador objetivo nunca debería degenerar en el de abogado o en el de propagandista. Alejado del partidismo y la parcialidad, la principal y primera guía del historiador debería ser un compromiso con la realidad del pasado. Resulta curioso que los miembros de la Real Academia de la Historia, supuestos guardianes de las esencias de la profesión, ignoren esos principios y acaben poniendo la ideología y sus influencias políticas al servicio de la historia. Eso es lo que hacen, como mínimo, en las biografías dedicadas a algunos personajes del siglo XX en el Diccionario Biográfico Español que presentaron el pasado jueves. Resulta difícil imaginar que los historiadores universitarios alemanes aceptaran como argumentos válidos una apología de Hitler. O que la Academia Británica pidiera a un negacionista el análisis del Holocausto. En España, sin embargo, la Real Academia de la Historia encarga la voz dedicada a Franco a su académico Luis Suárez Fernández, un historiador medievalista vinculado a la Fundación Francisco Franco, que tiene como fin, según se lee en su página web, “difundir el conocimiento de la figura de Francisco Franco en sus dimensiones humanas, política y militar, así como de los logros y realizaciones llevadas a cabo por su régimen”. Más equidad y juicio justo de la historia, imposible. Franco estableció un Estado represivo sobre las cenizas de la Guerra Civil, persiguió sin respiro a sus oponentes y administró un cruel y amargo castigo a los vencidos hasta el final. En su larga y sangrienta dictadura reside la gran excepcionalidad de la historia de España del siglo XX, si se compara con los otros países europeos occidentales. La violencia se convirtió en una parte integral de la dictadura franquista, que inició su recorrido con una toma del poder por las armas. Nos ha costado mucho desmontar los mitos que sus apologetas y seguidores construyeron y divulgaron en torno al dictador. Años de investigaciones rigurosas, con historiadores reconocidos en todo el mundo por sus escritos y enseñanzas sobre nuestra historia contemporánea. Hemos tratado de que esos nuevos conocimientos sobre la guerra civil y la dictadura franquista lleguen a las aulas, se difundan en libros en las mejores editoriales. Pero nada de eso preocupa a la Real Academia de la Historia. Volvemos al mito: Franco libró a España del comunismo, evitó que España entrara en la Segunda Guerra Mundial, fue el artífice de una paz duradera y generosa y consagró su vida a la tarea de regir y gobernar al pueblo español con criterios justos. Y ahí estamos, casi cuarenta años después de su muerte. (Julián Casanova, 30/05/2011)

Durante el régimen, la Historia y los archivos fueron sometidos a una limpieza llevada a cabo por historiadores como Ricardo de la Cierva. El dictámen de la Historia, como actividad científica de la comunidad académica, queda opacado por los discursos tergiversadores con fines políticos, pero solo temporalmente. La obra de pseudo-historiadores-revisionistas-afamados representa un obstáculo transitorio, pero la realidad se acaba imponiendo. La generación que llevó a cabo la Transición normalizó demasiaso el olvido y la tergiversación. El revisionismo aplicado a la cuestión de los 150.000 fusilados tiene buen número de paralelismos con el negacionismo de la Shoá. A raíz del empeño (2024) en derogar leyes autonómicas sobre la Memoria democrática se hace circular la consigna equidistante de que ambos bandos cometieron atrocidades. Cuando se acerca la fecha en que se cumplen 50 años de la muerte de Franco se organizan eventos que de forma preponderante inciden en hechos históricos. Cuando el Ejecutivo anuncia que el Estado apoyará algunas decenas de ellos se reabren los discursos exaltados sobre lo que se interpreta como conmemorar la muerte de un Jefe de Estado. En principio, el inicio de una añorada y exitosa etapa democrática un 20N es motivo de congratulación. Ayuso dijo que Sánchez ha declarado la guerra a una parte de los españoles. Jiménez los Santos dice Para tapar los muertos de la dana, que son suyos, [pretenden] usar los muertos de la guerra civil.


Stolpersteine:
En más de 1.800 localidades de 20 países europeos se han instalado (2016) más de 60.000 piedras de memoria. Idea de Gunter Demnig, hijo de uno de los aviadores de la Legión Cóndor, que colocó la primera stolpersteine (piedra en el camino) en 1993. Son unos pequeños adoquines cuadrados de cemento con una placa de latón en la que figura el nombre de la víctima, su año de nacimiento, la fecha de su deportación y de su muerte. Son colocadas como un adoquín más frente al lugar en que vivió o murió el homenajeado. Recuerdan a represaliados de todo tipo, desde víctimas de experimentos clínicos y eutanasia a homosexuales y pacifistas. Unos 9.300 españoles fueron deportados a campos de concentración nazis. 550 madrileños fueron enviados a campos de concentración nazis por decisión consensuada entre Franco y Hitler. Abundan los combatientes huídos a Francia y hechos prisioneros tras incorporarse a la resistencia. Eran llamados por los SS Rotspanier (rojos españoles). El Estado español no se ponía en contacto con los familiares para comunicarles el paradero de los deportados. Las gestiones de alto nivel para esta colaboración entre gobiernos fueron llevadas a cabo por Serrano Súñer.


La resistencia al alzamiento en Tenerife:
El Gobierno Civil de Santa Cruz de Tenerife, en la actual plaza de la Candelaria, entonces plaza de La Constitución, fue defendido por fuerzas de la Guardia de Asalto, al mando del teniente A. González Campos, y tuvo que ser tomado por la fuerza, aunque toda la acción duró pocos minutos. Antes, el Gobernador Civil había reunido a varios dirigentes tinerfeños del Frente Popular y pronunciado un breve discurso desde un balcón del edificio, leyendo un telegrama, falso en origen o en destino, en el que se aseguraba el fracaso del golpe de Estado. En el intercambio de disparos resultaron muertos el cabo de Asalto A. Muñoz Serrano y el falangista S. Cuadrado Rodríguez, y varios heridos leves. El día 11 de agosto fue fusilado el teniente González Campos, y el siguiente 13 de octubre el Gobernador Civil M. Vázquez Moro, su secretario particular I. Navarro López y otros defensores frentepopulistas de ese día. En Los Silos y Buenavista del Norte se produce una cierta resistencia al golpe, rápidamente sofocada. También se detectan acciones de hostigamiento a las fuerzas golpistas en diversas localidades y durante varios días. La Federación Obrera convoca una huelga general, que tiene un seguimiento parcial, como se advierte en el parte del Comandante Militar de tenerife publicado el día 24 de julio. Los huelguistas, además de incurrir en otras responsabilidades, son sancionados con la pérdida de su trabajo.

Resistencia en la Palma:
Debido a la fortaleza relativa del Frente Popular en la isla, La Palma es el núcleo de resistencia al golpe de mayor entidad en toda Canarias y el que logró sostenerse durante más tiempo. En una fecha tan tardía como el 26 de julio, la Gaceta de Tenerife reconoce el control que las fuerzs del Frente Popular tenían sobre la población hasta el día anterior. La Guardia de Asalto colaboró también activamente en la defensa de la legalidad republicana en la isla. Sin embargo, un plan de los comunistas palmeros de huida a África en un vapor interinsular, previa escala en El Hierro, fracasa. La situación llega hasta el punto de que el cañonero Canalejas, con una columna de desembarco, es enviado desde Las Palmas. Arriba al puerto de Santa Cruz de La Palma el sábado 25 de julio, y los frentepopulistas huyen hacia el interior y La Caldera, donde mantienen un hostigamiento permanente, que poco a poco se va debilitando. Los integrantes de estos grupos, que el profesor A.Millares Cantero denomina de esforzados e imposibles guerrilleros, fueron llamados alzados, y el grupo más famoso fue el de la partida de los trece. estos grupos constituyeron el único intento canario de establecer un frente guerrillero y hasta el mes de noviembre es posible detectar la existencia de alguno de ellos. La durísima represión, que incluye la ejecución del líder comunista J.M. Pérez y Pérez el 4 de septiembre, termina por someter completamente la isla. (Juan Hernández Bravo de Laguna)

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