Brexit tras el NO en el referéndum: Negociación del acuerdo de salida:
El 52% de los votantes estaban a favor de la salida.
La mayoría de los escoceses, norirlandeses y londinenses votaron por el remain, mientras que la mayoría de los galeses e ingleses votaron por el leave.
Cameron manifestó su intención de mantener con Francia los acuerdos de Calais, que permiten mantener que el control de la frontera británica se base en dicho puerto francés.
Según el premier no hay motivos para un nuevo referéndum en Escocia porque las razones de su permanencia siguen vigentes desde 2014.
Se retomó el plan de reforzamiento de la integración militar de Federica Mogherini, la alta representante para la Política Exterior Europea, guardado ante las reticencias del Reino Unido a avanzar en la coordinación de los ejércitos.
Parlamentarios escoceses se pronunciaron vehementemente a favor del abandono del Reino Unido por parte de Escocia.
Tras el escrutinio Cameron anunció inmediatamente su dimisión.
Convocar un referéndum que entraña un cambio radical cuando la población está dividida en dos mitades es una senda hacia problemas mayores.
El 13 de julio de 2016 Theresa Mayes nombrada primera ministra.
Dio a Farage y Johnson responsabilidades de gestión en ámbitos que se verán principal y directamente afectados por el Brexit.
El 13 de julio de 2016 May nombra a Boris Johnson ministro para Relaciones Exteriores.
Mentiras y falsas promesas:
Pronto empiezan a manifestarse las mentiras usadas durante la campaña.
Pocas horas después de sabido el resultado del referéndum Nigel Farage reconocía en televisión que uno de los argumentos más aireados de su campaña, el pago a Bruselas de 350 millones de libras a la semana que se podrían invertir en la Seguridad Social, era mentira. Su partido reconoció públicamente que no se iba a parar la inmigración, que es, sobre todo, extracomunitaria.
● Como resultado de las mentiras sobre las que se construyó el Brexit es imposible para Theresa May llegar a un acuerdo. No hay forma de reconciliar la realidad con las promesas que se hicieron. (Ben Rhodes, febrero 2019)
Tensiones en el partido conservador:
En 2018 las posturas sobre la forma de salida dentro del partido conservador seguían muy enfrentadas.
Sólo en conseguir un ligero acercamiento de posiciones entre ellos, Cameron, May, Johnson y Davis emplearon más de dos años.
Las afirmaciones sobre la necesidad de recuperar la soberanía perdida se expresaban en términos muy tajantes.
El 9 de julio dimiten el ministro para el Brexit David Davis y el ministro de Exteriores Boris Johnson.
Boris Johnson declaró que el Reino Unido adquiriría el estatus de colonia si se seguía el plan de May.
La idea del libro blanco de May era abandonar el mercado único europeo y la unión aduanera.
Buscar un espacio donde se desarrolle su importante sector de servicios y conseguir sus propios acuerdos de libre comercio con terceros países.
Se acabaría con la libertad de movimientos de personas.
Cuando May regresa con un acuerdo firmado con los negociadores de los 27, los representantes de su partido lo rechazan y May trata de conseguir la modificación de la cláusula de salvaguarda irlandesa ya pactada.
May prevé una derrota sonada y aplaza hasta el 14 de enero de 2019 la votación del acuerdo pactado con la UE.
Dos días después tuvo que hacer frente a una frustrada moción de censura presentada por parlamentarios de su partido.
Los tories más euroescépticos quedaron debilitados tras perder la moción de censura contra May.
En el Consejo Europeo le comunican que sobre los acuerdos alcanzados sobre el Brexit puede haber una aclaración pero no una renegociación.
Corbyn anunció que planteará una moción de censura contra May por su rechazo a convocar de inmediato una votación sobre el acuerdo del Brexit en el Parlamento y su mala gestión.
May se opone a un nuevo referéndum arguyendo con juegos de palabras. Usa la expresión People’s vote refiriéndose a que tiene que cumplir el mandato del pueblo, un electorado que ha cambiado mucho respecto a sus posiciones anteriores a la ajustadísima votación.
Declaró que si se convocara otro referéndum, los británicos perderían la fe en la política.
Los sondeos apuntan a que ganaría el remain por escaso margen.
Según la diputada Caroline Lucas un nuevo referéndum sería la primera oportunidad para que la gente vote sobre los hechos, no sobre la fantasía y la fabricación.
El número de representantes que opinan que May debe abandonar el cargo es seguramente mayoría.
Boris Johnson y 6 ministros hacen campaña para que May sea sustituida y encarar las negociaciones de manera diferente.
Solo un 33% de británicos ven aceptable un brexit sin acuerdo.
Tensiones en el partido laborista:
En diciembre de 2018 Tony Blair interviene para referirse a la situación de bloqueo político y la posibilidad de un segundo referéndum.
Dijo que tras dos años de debates los políticos y ciudadanos son mucho más conscientes de las dificultades y los riesgos que entraña la decisión.
Un nuevo referéndum se centraría ahora en hechos, no en promesas o aspiraciones.
Corbyn demoró mucho su declaración de posición y ofreció apoyo a cambio de de cinco puntos: unión aduanera permanente, protección social, equivalencia de mercado único, permanencia en las agencias comunitarias y acuerdos claros de seguridad. Esta idea consigue escasos apoyos.
En febrero de 2019 siete representantes laboristas abandonan la formación.
Uno de los motivos fue la reacción a la detección de 45 casos de antisemitismo.
Una deriva de populismo y apoyo irreflexivo y fervoroso a la causa palestina.
Cuando se llegaba al límite temporal para el acuerdo el congreso laborista alcanza un compromiso para apoyar un segundo referéndum.
No está claro el motivo por el que Corbyn aplazó su decisión de respaldar esta postura, una muestra más de indecisión.
Probablemente había constatado que los miembros del Parlamento partidarios de un segundo referéndum constituyen una clara minoría.
En marzo los laboristas dieron a conocer una iniciativa para evitar el leave sin acuerdo.
Permitiría aprobar el acuerdo negociado por May, a cambio de un segundo referéndum en el que los votantes elegirían entre esa opción y la permanencia en la UE.
Unos 40 laboristas euroescépticos se oponen a un segundo referéndum.
En un segundo referéndum participarían dos millones de jóvenes que no lo hicieron en el 2016, un 87% de los cuales son partidarios de la permanencia.
Los líderes europeos se pronunciaron de forma algo rotunda contra la opción de volver a negociar desde cero.
Si se celebrara un segundo referéndum es posible que contemplara las opciones 1) no abandonar la Unión Europea, 2) abandonar con el acuerdo firmado con la UE, y 3) abandonar con otro acuerdo.
Tras presentarse la petición con tres millones de firmas para parar el Brexit un portavoz de Downing Street comunicó que May no toleraría fallarle a la democracia británica dando marcha atrás a lo votado en referéndum. [...] Salir de la UE es la voluntad del pueblo (21 marzo).
Sobre una prórroga adicional Macron planteó cuatro cuestiones: ¿Ayudaría ese tiempo extra a ratificar un Acuerdo de Salida? ¿Se usaría para cambiar la Declaración Política sobre la relación futura, buscando algo más ambicioso? Si no es para ninguna de esas dos cosas, ¿para qué la quieren? Y, sobre todo, ¿cómo puede garantizar Reino Unido que al finalizar esa prórroga no estaremos en la misma situación crítica que ahora?
Los parlamentarios británicos de ambos grupos muestran repetidamente su desconfianza ante las intenciones y capacidad negociadora de May, y limita sus atribuciones sobre el tema.
Los euroescépticos conservadores rechazan de forma tajante la unión aduanera.
En julio de 2018 Boris Johnson dimite como ministro mientras Theresa May negocia la salida de la UE.
En junio de 2019 Boris Johnson es nombrado primer ministro.
En septiembre de 2021 Johnson nombra a Liz Truss Secretaria de Estado para Relaciones Exteriores, sustituyendo a Dominic Raab.
En diciembre de 2021 Liz Truss sustituye a Lord Frost como presidente del Consejo de Asociación Unión Europea-Reino Unido.
Se convierte en negociadora principal para el proceso de abandono de la UE.
En enero de 2022 la policía de Londres anunció que estaba en curso una investigación sobre reuniones festivas realizadas en Downing Street durante la pandemia.
La investigación interna relacionó una lista de infracciones y comportamientos censurables que logró indignar a la opinión pública (2022).
Boris Johnson dimite en septiembre de 2022 y es sucedido por Liz Truss hasta que en octubre la sucede Rishi Sunak.
Mientras se lleva a cabo la revisión parlamentaria de las mentiras vertidas para esquivar las consecuencias del partygate Boris Johnson es mucho más popular que Rishi Sunak entre los miembros del partido (marzo 2023). Son muy pocos los dispuestos a no pasar por alto su historial de comportamientos deshonestos.
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