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Santo Grial



El Santo Grial:
Cáliz sagrado que usó Jesucristo en la Última Cena y que más tarde fue buscado piadosamente por los caballeros del legendario rey Arturo. Según la tradición, el Grial lo guardó José de Arimatea, que recogió en él la sangre de Cristo crucificado.

José de Arimatea y el Santo Grial:
Según la tradición el Grial fue robado por un criado de Pilatos, que lo usó para lavarse las manos ante la multitud, y luego entregado al acomodado judío José de Arimatea. Este era posiblemente miembro del Sanedrín y pidió el cuerpo de Jesús a Pilatos para enterrarlo en un sepulcro suyo que había hecho abrir en una peña (Mt. 27:60). Con el Grial recogió la sangre que fluía del cuerpo de Cristo crucificado. Una leyenda muy extendida durante la Edad Media pretendía que el Santo Grial fue llevado a Inglaterra por José de Arimatea cuando se estableció en Glastonbury alrededor del año 63, fundando la primera iglesia británica. Los poemas de Arturo lo representan trasladando el Santo Grial a Inglaterra. La búsqueda del Santo Grial constituye uno de los principales temas de la leyenda artúrica. Al tomar los cruzados Cesarea (1101), encontraron lo que ellos creyeron ser el verdadero Grial: un plato hecho de un gran esmeralda, conservado en la catedral de San Lorenzo de Génova. Según otra leyenda el Grial fue traído del cielo por unos ángeles y confiado a un grupo de caballeros que lo guardaban celosamente en la cima de una montaña. Era invisible para todos menos para los inmaculadamente castos.


En busca del Santo Grial:
En el núcleo de la leyenda del rey Arturo está la búsqueda del Santo Grial, la copa en que bebió Jesús en la última cena y que supuestamente poseía milagrosos poderes curativos y regenerativos. Junto con la lanza usada por un soldado romano para herir el costado de Jesús crucificado, la copa fue dada a José de Arimatea, cuyos descendientes la trajeron a Inglaterra. Según la leyenda, uno de estos guardianes de las santas reliquias olvidó su voto sagrado y miró lascivamente a una mujer peregrina, por lo que la lanza cayó sobre él, provocándole una herida que no sanaría. Fue entonces cuando desapareció el Grial. Merlín envió un mensaje a Camelot, instruyendo a Arturo para iniciar la búsqueda de la copa perdida. Insinuó que pronto aparecería el caballero destinado a hallarla, Arturo y sus caballeros se reunieron en la mesa redonda en vísperas de la vigilia de Pentecostés, cuando un rayo y relámpagos anunciaron una visión del Santo Grial: estaba cubierto por una rica tela blanca mientras flotaba por el salón. Poco después, un anciano propuso a un candidato para el único lugar que en ese rnornento se encontraba desocupado de la mesa redonda: sir Galahad, hijo de Lancelot. Durante la búsqueda del Grial, los caballeros de la mesa redonda pasaron por muchas aventuras y rnuchas veces se les desafió a sacrificarse de modos que excedian sus posibilidades. Pero Lancelot fue finalmente rechazado por no poder olvidar su pasión prohibida hacia la reina Guinevere. Tal y como lo predijo Merlín, fue sir Galahad quien tuvo la fortuna de descubrir el Grial y tomar de él los sacramentos. Arrodillándose ante él, el joven caballero supo que había concluido la misión de su vida. Su alma fue llevada al cielo y su cuerpo yació muerto ante el altar. Dos años después de partir, los caballeros regresaron a Camelot para referir al rey su búsqueda y las aventuras que ocurrieron. La magia y la fantasía llenan de un color inconfundible la belleza de las legendarias aventuras. En otra versión de la historia, es sir Percival quien cumple la misión. Encuentra el vaso sagrado en el castillo de Monsalvat, en los Pirineos españoles, vigilado por Amfortas, rey de los caballeros del Santo Grial. Pero un hechicero ha herido a Arnfortas con la lanza de la crucifixión y el rey yace moribundo, rechazando los sacramentos de la Eucaristia debido a que sus pecados no han sido perdonados. Sólo cuando Percival cura la herida tocándola con la lanza, el Santo Grial aparece en el altar.
(Extraído de: www.geocities.com/Augusta/5130/arturo.htm)

El romance medieval de Parsifal:
[o Percival]. De joven, Parsifal quiere alcanzar el título de caballero de la corte del rey Arturo, el rey pescador. Un día llega al castillo del rey, que es su tío aunque lo ignora, y custodio del Santo Grial y de la lanza que hirió a Jesucristo en la cruz. Debido a sus pecados, el rey pescador ha enmudecido en presencia del cáliz sagrado. Cuando Parsifal entra en el castillo, contempla una procesión en la que la lanza manchada de sangre y el Santo Grial pasan ante el rey mudo. Asombrado, Parsifal no acierta a preguntar nada sobre la extraña visión, sin saber que si él, un alma pura y libre de culpa, hubiera hablado, su tío habría recuperado la palabra. Tras diversas andanzas, Parsifal vuelve al castillo del Grial y refunde una espada rota o, según otra versión, devuelve la capacidad de habla a su tío, y hereda el trono. La leyenda se inicia con el poeta francés Chrétien de Troyes (s.XII), que a su muerte dejó un poema inconcluso, Perceval el Galo, después continuado por otros escritores. De las mismas fuentes que las del romance de Chrétien o del poema mismo, se sirvió el poeta épico germano del siglo XIII Wolfram von Eschenbach para su Parzival, uno de los tratamientos más logrados del tema del grial. Richard Wagner aborda la leyenda en su drama musical del mismo nombre, que tiene lugar en los dominios de Monsalvat. Concibió la obra en 1857, tardó 25 años en completarla y la estrenó en 1882. Se trata de un drama sacro lleno de sucesos mágicos. Mucho tiempo después de su partida Parsifal regresa del reino de Klingsor con armadura negra y portando la Lanza. Su largo viaje de vuelta había sido alterado por una maldición le hacia siempre perderse por los caminos.

España medieval:
Una de las tradiciones míticas más importantes del Medievo español está en relación con la leyenda del Santo Grial, de origen iranio, pero introducida en toda Europa a partir del siglo XII. El argumento, muy simplificado, es que Parsifal, rey del templo del Santo Grial, donde se guarda la copa con la sangre que José de Arimatea recogió del costado de Cristo rasgado por la lanza, falta al juramento de su Orden, seducido por los encantos de Elsa, y pierde el tesoro cuya custodia tiene encomendada. El hijo de Parsifal, Lohengrin, se encargará de rescatar este tesoro, para lo que permanecerá incólume a toda clase de tentaciones. Hay una enorme variedad de tradiciones y desarrollos de esta leyenda, que tuvo una impresionante penetración en las capas populares de la Edad Media. El fondo crítico de la leyenda aparece en cualquiera de las versiones, sobre todo en las que giran en torno a las hazañas del rey Artús y los caballeros de la Tabla Redonda. El profundo simbolismo de las múltiples leyendas gira casi siempre en torno al Santo Grial, expresión de la pureza, fuente de toda sabiduría y de todo bien espiritual. Un detalle que no carece de significación para nosotros es que el templo del Santo Grial se situaba en los "confines de España". (José Luis Abellán)


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