Marruecos:
En 1956, en el marco de los procesos descolonizadores, Francia y España se retiran del protectorado y otorgan la plena independencia al Reino marroquí.
En 1961 el primogénito Hassan II, sucede a Mohamed V como rey.
Promulgó una Constitución aprobada en 1962 que lo convertía en monarca absoluto, con un simulacro de elecciones políticas periódicas.
Se le enfrentaron el extremismo nacionalista del Istiqlal y surgió la Unión Nacional de Fuerzas Populares, dirigida por el prestigioso político socilista Ben Barka, cuyo programa exigía la democratización plena del país y no descartaba una opción republicana.
Hassan endureció su política y en 1965 agentes se sus servicios secretos, organizados por el general Ufkir, asesinaron a Ben Barka en París, lo que provocó la ruptura de relaciones diplomáticas con Francia. En 1972 el general Ufkir fue ejecutado, a su vez, por órdenes del monarca, con la alegación de que preparaba un golpe de estado contra la Corona.
Prestó apoyo al movimiento guerrillero Sidi Ifni, hasta que el gobierno español se la cedió (1969).
Siempre rodeado de inestabilidad y manejando a políticos serviles, tras unos pactos fronterizos con Argelia (1970) promovió otra Constitución menos autoritaria, pero mantuvo su dictadura. En 1971 pudo sortear un golpe de estado y en 1972 salió ileso de un atentado.
Procedió a una política de corrupción del Ejército, repartiendo abundantes cargos entre la cúpula militar y la oficialidad.
Fue acumulando todos los poderes del Reino tras una escenografía de falsa libertad política. Apoyó matizadamente la lucha de las organizaciones palestinas contra el Estado de Israel, pero mantuvo a Marruecos alejado de los gobiernos progresistas del mundo árabe, sin afrontar ninguna reforma social dentro del país, convertido en uno de los más pobres del norte de Africa y foco de emigraciones masivas clandestinas hacia Europa.
En 1975 ordenó la brutal represión de los movimientos estudiantiles de Casablanca y, para exacerbar el nacionalismo, en octubre de este año ordenó la masiva ocupación cívica de la Marcha Verde, incumpliendo los acuerdos con la ONU.
La ocupación del Sahara Occidental inició un largo enfrentamiento armado con el independentista Frente Polisario.
Década 1980:
El poder de Hassan era omnímodo y contaba con el respaldo de las potencias occidentales por situación de baluarte frente al comunismo, el nasserismo y el fundamentalismo islámico, a pesar de gobernar un Reino de millones de pobres y analfabetos, y de violar continuamente los derechos humanos, según denunciaban repetidamente los organismos internacionales.
En 1984 Marruecos suspendió su participación en la OUA por razones diplomáticas ligadas a la problemática descolonización del Sahara Occidental y al reconocimiento y posterior admisión en 1982 de la República Arabe Saharaui Democrática como miembro de la organización.
Década 1990:
Mantuvo una posición ambigua respecto a la Guerra del Golfo (1991), y en 1992, tras reprimir numerosas manifestaciones de protesta social, anunció una nueva Constitución. En junio de 1993 se celebraron elecciones, simpre mediatizadas, en las que venció la opositora Unión Socialista de Fuerzas Populares, pero él formó un gobierno ajeno a los resultados, integrado por técnicos: otorgó una amnistía parcial, abrió negociaciones con España para solventar la cuestión de la pesca y reivindicó Ceuta y Melilla. Las elecciones de 1998 confirmaron el triunfo de los socialistas y Hassan debió aceptar a su líder, el exiliado Abderraman Yusufi, como primer ministro, aunque otorgándole poderes muy recortados. Cuando murió (1999) había acumulado una de las principales fortunas personales del mundo sin haber elevado el nivel de vida de sus súbditos, muchos de los cuales seguían emigrando por cualquier medio a Europa.
Le sucedió en el trono su primogénito con el nombre de Mohamed VI.
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